Un mar de 10.000 ramas
Desde anoche los curiosos y los amantes más fieles de La Rama, comenzaban a llegar a su cita anual con la fiesta de la villa marinera. La encargada tradicional de dar el pistoletazo de salida a las 05.00 de la mañana, fue la Diana protagonizada por las bandas de Agaete y Guayedra. Anunciaban así, el inicio del día festivo más largo que durante el año vive el municipio.
Desde las 10.00 los asistentes comenzaron a bajar con las ramas traídas desde el pinar de Tamadaba mientras bailaban y agitaban la ofrenda que posteriormente sería llevada a la ermita de Las Nieves en el Puerto y al mar. Se notó este año la afluencia de menos visitantes por tratarse de un día laboral pero no por ello la fiesta de la villa marinera perdió un ápice de su encanto, su alegría y también, por qué no decirlo, su halo de nostalgia al terminar.
Sorprendió a los asistentes en esta edición, el número de baños portátiles que ayudó a mantener las calles más limpias y la ausencia de mercadillos ambulantes multiculturales en el centro del pueblo como en años anteriores.
La jornada de La Rama, guardó para los agaetenses un acto entrañable a las 22.00 horas, donde los niños del municipio, paseron por lo que horas antes fue un campo de batalla de baile, iluminandolo todo con los farolillos que ellos mismos han pintado para la ocasión. Luego los fuegos artificiales y otra vez se cierra el telón, que cae como se abrió, con una estrofa de la canción de Mestisay,“ya se despide la fiesta y con la resaca a cuestas el deseo se adormece aguardando un año más, aquí en la mar”.