Tenerife pone la directa al nivel 3: qué ha pasado en la isla desde que comenzó junio

Mapa de capacidad asistencial en Tenerife

Canarias Ahora

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“¿Qué ocurre en Tenerife?”. La evolución poco favorable que lleva registrando desde comienzos de junio obligó este jueves al portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, a reservar unos minutos para hablar exclusivamente sobre la situación pandémica de la isla del Teide. La subida de los contagios ha hecho que que se establezca un contraste claro entre el conjunto del Archipiélago, que anota “cifras aceptables”, y Tenerife, en donde la curva de incidencia ha tomado rumbo cuesta arriba.

Lo cierto es que la isla empezó el año con muy buen pie. La aplicación de restricciones durante la época navideña hizo que Tenerife saliera invicta de una de las épocas con mayor movilidad y reuniones sociales del año. Mientras, en la mayor parte de la comunidad los contagios se disparaban, dando una calurosa bienvenida a la tercera ola.

Las semanas pasaron y, tras un largo estancamiento en el que el Archipiélago se encontraba impasible ante la crisis sanitaria (ni subían ni bajaban los casos), Canarias comenzó a ver la luz al final del túnel. Aunque cada isla y cada municipio muestran siempre sus particularidades, los datos generales empezaron a ser favorables. Sin embargo, Tenerife se resiste desde comienzos de junio a sumarse a la tendencia de sus vecinas.

Su incidencia acumulada (IA) a 14 días empezó el mes con 92 casos por cada 100.000 habitantes. Este jueves, ese mismo indicador anotaba 125 casos. Por ese entonces, Lanzarote sumaba una incidencia mucho más alarmante, 146 casos por cada 100.000 personas. Entonces, ¿por qué no se pone el foco también en la isla conejera?

La diferencia entre ambas islas es clara: Lanzarote ha conseguido revertir la curva justo en el momento en el que la incidencia de Tenerife iba in crescendo a pesar de estar desde el pasado 4 de mayo en nivel 2 de alerta sanitaria. Además, si nos vamos un poco más atrás en la línea de tiempo, se observa que la isla, en realidad, nunca ha llegado a bajar del todo sus cifras desde comienzos de año. Ese “letargo”, por otro lado, se ha convertido en una línea recta hacia arriba, haciendo que en los últimos días la isla cope la mayor parte de los contagios insulares.

El municipio tinerfeño más afectado es Santa Cruz de Tenerife, el municipio canario con mayor incidencia de COVID-19 y el tercero en España, con más de 320 casos por cada 100.000 residentes, un dato que rebasa de largo el nivel muy alto en base a los niveles establecidos por el Ministerio de Sanidad. Hay otra localidad que rompe la tendencia favorable del conjunto de las Islas. Granadilla de Abona, con una IA a 14 días de 98 casos por cada 100.000 residentes, se posiciona como la tercera ciudad en la que más han crecido los contagios en el panorama nacional, anotando una tendencia al alza del 127%.

Las causas, sin determinar

Esta situación también desconcierta a la Consejería de Sanidad que, pese a haber elaborado un informe con distintos datos epidemiológicos, sociosanitarios y de atención sanitaria, no ha dado con la clave para entender la subida disparada de los contagios en la isla. Sin embargo, Julio Pérez sí ha destacado algunas diferencias que mantiene con el resto del Archipiélago, como el rastreo de los casos. En Tenerife, este rastreo no permite como en otras dar con los casos asociados. Pérez ha vinculado esto con la población juvenil, ya que en Tenerife hay una población de unas 50.000 personas más en ese rango de edad que en Gran Canaria, y este grupo poblacional está siendo más afectado por el coronavirus en las últimas fechas. Otra, ha añadido, es la dispersión de la población en la isla, que se encuentra más diseminada por toda su geografía. Eso produce una mayor movilidad, y por tanto, un mayor contagio.

Ante la falta de una causa clara, Pérez ha explicado que no hay sobre la mesa nuevas medidas, pero sí alienta a una mejor aplicación de las normas vigentes fomentando su estricto cumplimiento.

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