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El Cabildo de Tenerife defiende turnos de trabajo, taxis compartidos y un Consorcio de Transportes para compatibilizar distanciamiento social y movilidad

Intercambiador de guaguas de Santa Cruz de Tenerife.

Antonio Vacas

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El transporte público de pasajeros no será igual ante el inminente escenario de  desescalada y una vez concluyan los tiempos de confinamiento como consecuencia de la pandemia de la COVID-19. Así, la necesidad de establecer unas medidas de distanciamiento social, también en los desplazamientos, genera unas “enormes complicaciones y dificultades operativas y económicas” para garantizar los servicios y la movilidad de los ciudadanos, reconoce el vicepresidente primero y consejero de Carreteras, Movilidad e Innovación del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga.

Desde la Corporación insular se trabaja en la aplicación “lo más pronto posible” de una batería de medidas -algunas ya en fase de prueba- que permitan acomodarse a las directrices del Gobierno central que manejan reducir al 30% el grado de ocupación de los transportes colectivos para asegurar la distancia de seguridad entre pasajeros. Incluso se propone la adaptación de estas restricciones, como podría ser que la capacidad alcance el 50% con la obligatoriedad del uso de mascarillas para todo el pasaje.

En este sentido, Arriaga confía en la predisposición del Estado para atender a las condiciones de cada territorio, porque si no vaticina el colapso del transporte. “El servicio de tranvía y guaguas dependientes del Cabildo movilizó el pasado año a 70 millones de pasajeros, con una flota acorde a esa demanda, pero reducir la oferta de plazas hasta el 30% nos obligaría a triplicar la flota para cubrir la demanda”, señala como una hipótesis inasumible.

Con todo, el consejero de Movilidad subraya que la adaptación a los nuevos requisitos de movilidad requiere agilizar la puesta en marcha de iniciativas hasta ahora en estudio y también la colaboración de toda la sociedad. Una de ellas es el escalonamiento en los horarios de entrada y salida del trabajo, elemento que requiere la implicación de empresas y empleados, más allá de que se extienda la fórmula del teletrabajo. 

Aún así, el Cabildo revisará la oferta y frecuencia de rutas, sobre todo de guaguas. Sería el caso de líneas como la 111 desde Santa Cruz hasta Playa de Las Américas, una de las más concurridas entre las que brinda la compañía TITSA, y que a partir de los nuevos criterios de ocupación por distanciamiento social podría aumentar los viajes en detrimento de otras rutas. 

Sería ahí donde ganaría protagonismo el servicio de taxi compartido para cubrir mediante transbordos las líneas con menos pasaje o que incluso pudieran suprimirse en determinados tramos. El Cabildo ya realiza pruebas piloto con el servicio de taxis compartidos en municipios como Los Realejos y Candelaria, de manera que el vehículo ligero facilite el transporte entre determinadas localidades y las paradas de guaguas. Las dificultades se producen a la hora de gestionar de forma ágil y segura las compensaciones y pagos entre los diferentes medios.

Para ello, Enrique Arriaga tiene claro la necesidad de acelerar la creación del Consorcio de Transportes de Tenerife (similar al modelo existe en Gran Canaria), que facilitaría los pagos con un sistema que contemplara en un mismo bono o tarjeta toda la oferta de transporte público terrestre de pasajeros. 

La sucesión de acontecimientos derivados de la crisis de la COVID-19 ha supuesto para el área de Movilidad del Cabildo un enorme trabajo para adaptar la operatividad del transporte a un escenario cambiante, subraya Arriaga, “ajustando rutas y frecuencias sobre la marcha”, hasta el punto de requerir los servicios del superordenador Teide, del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), uno de los más potentes de España, para la gestión de datos y algoritmos que permitieran “ajustar la oferta de flota y demanda de pasaje con rapidez, acierto y menor coste”.

Se felicita además, el consejero de la pronta adopción de medidas de prevención por parte del servicio de transporte dependiente del Cabildo de manera que, hasta el día de hoy, no se ha contabilizado ningún contagio ni en la plantilla de TITSA (guaguas) ni en la de Metropolitano de Tenerife (tranvía). La Corporación prepara el cierre de cabinas para los conductores de guagua con pantallas de policarbonato, a semejanza de los servicios urbanos de Madrid o Sevilla.

En cualquier caso, las medidas de confinamiento y el propio fenómeno del coronavirus han supuesto una caída en el uso de guaguas y tranvía en Tenerife por encima del 90%, con una reducción de ingresos que el Cabildo cifra en unos 12 millones de euros al mes. 

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