Por una vez y sin que sirva de precedente, el PSOE de Santa Cruz de Tenerife parece haber estado atinado y ajeno a los cantos de sirena del alcalde de Santa Cruz. Zerolo no se dirigió de modo oficial al partido, sino expresamente al concejal Ramiro Cuende, probablemente conocedor de sus puntos débiles. Los socialistas vieron venir la jugada con antelación y, tras sacudirse de encima a Gloria Rivero, a la que veían actuar de modo sospechoso y poco comunicativo, han colocado a Cuende contra las cuerdas para mejor proveer. Se supone que con estos dos movimientos habrán advertido a Florentino Guzmán, otro débil de espíritu que transita en los jardines zerolianos, de que el que se mueve no sale en la foto. La lección parece aprendida: nunca más un independiente como Cuende, rebotado de las frustraciones áticas, en las listas del PSOE, que luego se ponen nostálgicos y les vence la tentación.