¿Por qué lo llaman MUPAC cuando quieren decir despachos?

Si el mundo de la administración pública hubiera llamado la atención de un Plutarco de la política autonómica, a buen seguro hubiera acabado trazando un camino paralelo entre la Consejería de Cultura y el Museo de Prehistoria MUPAC, ambos muy distintos pero de trayectorias paralelas.

Como torciendo las leyes de la física y la perspectiva, ambas líneas paralelas van a confluir en la calle Casimiro Sainz en 2026 o 2027. El nuevo edificio, cuyo ramo se verá en el punto más alto de la estructura en unos días, ya ve concluir la fase más complicada y allanar el camino para albergar ambos departamentos, condenados a compartir tabique.

¿Por qué siempre se habla del edificio como sede del MUPAC cuando en realidad al menos la mitad del inmueble se destinará a acoger la nueva sede de la Consejería de Cultura, es decir, oficinas? Con propiedad, cuando alguien se refiere a él pudiera hacerlo de un modo u otro, aunque reconocer que se hacen más despachos debe dar como cosa con la que cae a los gestores de lo público, que siempre han defendido que la mejora de la administración marcha en proporción directa a los metros cuadrados de los despachos y la altura del pelaje de las alfombras.

Pero el MUPAC está visto que no debe tener la entidad suficiente como para tener su propia sede en exclusiva y no tener que compartir piso como si fuera un universitario.

A nadie se le ocurre decir que en la planta baja del Centro Asociado del Museo Nacional Reina Sofía cohabite una oficina de la Dirección General de Bellas Artes, pero con el MUPAC, sí, porque su destino es estar siempre debajo de otra cosa.

Durante los primeros años de la autonomía estuvo en los bajos de la antigua sede de la Diputación Provincial, en la misma calle Casimiro Sainz, en el mismo solar al que volverá el año que viene. Luego se dio un paseo hasta el Mercado del Este que se anunció como la recuperación de un bien patrimonial y que ahora alberga cafeterías, oficinas y atracciones para los más pequeños, bajo todo lo cual se ha ubicado el MUPAC. En breve volverá, como queda dicho, a la superficie, en Casimiro Sainz, pero compartiendo piso con la Consejería que es un ente insatisfecho con todas las ubicaciones por las que ha pasado: calle Vargas, calle Lealtad, Biblioteca Central de Cantabria y como carabina futura del MUPAC.

Es lo que hay. 

Al menos, como consuelo para visitantes tanto de uno como del otro, debe saberse que en la misma calle, un poco más arriba, habrá un McDonalds.