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Todo vale para que nada cambie

El poder se mueve por abajo para que no se mueva lo de arriba. Para eso sirven las cloacas. Eliminan la subversión y esconden la ropa sucia. Para eso crea el PP su policía política. Se defiende de la Gürtel o Bárcenas y ataca a los dos únicos movimientos que han amenazado la continuidad del Régimen: el independentismo y Podemos como partido surgido del 15M. Ambos ponían en jaque al Rey, a las torres bipartidistas y a los alfiles y caballos de la banca y la empresa. Había que acabar con ellos como fuera.

Primero fueron a por los políticos convergentes, viejos compañeros de la cloaca que esconden sus sombras bajo la bandera soberanista. La crisis catalana podía provocar una reacción en cadena que cuestionase todo el sistema. Si se pregunta a la gente por el modelo de Estado, van a querer decidir todo lo demás y esto va a parecer una democracia. Quita, quita. Como la policía política no funcionó, mandaron a la otra a partir caras y salió el monarca corriendo a dar la suya en la tele, consciente de que él no cabe en una república.

La unidad de España que les preocupa es la que forman la Corona, el IBEX 35 y su sistema de partidos. Si la Monarquía cae, la Corte se tambalea, así que fueron a por el partido que les llamaba “la casta”. Interviene hasta Rajoy. Una nueva grabación de la brigada política cuenta que autorizó recompensar a un ex alto cargo chavista para que mintiera sobre la financiación venezolana de Podemos. Es la segunda filtración que le señala, después de otra de Fernández Díaz. Rajoy es el señor X de este “GAL sin pistolas”, como bien lo llama Pedro Vallín en La Vanguardia. Es listo haciéndose el tonto.

La cosa es importante si hasta él mete cabeza. Y tanto que lo era. Llegaba Pablo Iglesias, se iba el rey Juan Carlos y el 15M parecía pasarle al sistema por encima. El Régimen estaba de los nervios y puso la máquina en marcha. Como tantos periodistas, viví cómo se silenció el debate sobre la república en los grandes medios. Luego la policía aplicó la ley del silencio en la calle retirando hasta las banderas tricolores. La democracia a pleno rendimiento.

Y así todo. Crean el “Podemos de derechas” que pedía el presidente del Banco Sabadell y le hacen la guerra sucia a Iglesias cuando tantea gobernar con los socialistas. Presionan a Sánchez para que no lo haga y se lo terminan cargando, aunque resucita. Le exigen una Gran Alianza o que pacte con Ciudadanos, pero como el sanchismo les sale rana y se entiende con los independentistas, empiezan a normalizar a la ultraderecha en sus medios para que gane el trifachito. Y llaman a Bertín para que les ponga la cama.

Todo vale para que nada cambie. Desde darle un préstamo público de 300.000 euros a Inda sin avales ni garantías, hasta poner al fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, a limpiar tu basura. Cuando no son las cloacas, son los hilos de las marionetas los que mueven a la opinión pública para evitar a toda costa que discutamos sobre los asuntos importantes, de la Corona a la democracia. Si todo es discutible, nos va a dar por discutirles y se les acabó el chollo de mandarnos sin que rechistemos.

Y nada cambia porque todo sigue igual. El PP se presenta a las elecciones como si tal cosa, Casado dice que sólo han tenido 2 corruptos, Fernández Díaz sigue en la ejecutiva del partido y sus periodistas de presa, en sus panfletos y tertulias. La mano que mece la cuna de los medios es también la mano que da de comer a los partidos y nadie muerde la mano que le da de comer. Por eso ni siquiera el PSOE carga contra las cloacas del PP porque las cloacas son todos. Es todo. Marlaska no puede haber cerrado las cloacas del Estado porque el Estado es una cloaca.

HOY A LAS 10H, EN WWW.CARNECRUDA.ES: LAS CLOACAS

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