Se le conoce como 'el puente árabe' en Guadalajara. Algunos historiadores lo atribuyen a época romana, pero los estudios más recientes lo dataron en el siglo X, en época califal con origen vinculado a la creación de la ciudad islámica de Guadalajara.
Según el departamento de Cultura de Castilla-La Mancha, el puente se situaba próximo a la calzada principal que iba a Zaragoza y que vigilaba el paso del río Henares. El hecho de que Abdal Rahman III mandara personalmente iniciar su construcción, prueba la importancia que hacia el año 950 había ya adquirido la Wadi-I-Hiyara (Guadalajara) de la Marca Media andalusí.
Tras la reconquista cristiana, el puente se amplió y reforzó, datando de entonces (siglo XIII) las múltiples marcas de cantería que se ven en los sillares bajos, entre las que abunda la estrella de cinco puntas. Los castellanos le hicieron dos torres nuevas: una central, sobre el lomo principal, alta y fuerte.
Posteriormente sufrió numerosas intervenciones en los siglos XV y XVI, siendo parcialmente destruido en la Guerra de Sucesión y posteriormente reconstruido en el siglo XVIII, en época de Carlos III.
Mide 117 metros de largo, y está formado por cinco arcos y cuatro pilastrones, fuertes y macizos los dos centrales, llevando uno de ellos un aliviadero muy característico de los puentes árabes. Se trata de una obra en la línea más pura de la arquitectura califal cordobesa de la época.
La pasada primavera se temió por su estabilidad tras la crecida del río Henares por el desembalse en la presa de Beleña, aguas arriba, ante las abundantes lluvias. El Ayuntamiento de Guadalajara envió en marzo un escrito al delegado del Gobierno regional para pedir que se garantizase la seguridad de la infraestructura. Días antes el río Tajo se había llevado parte de otro puente histórico, en este caso en Talavera de la Reina debido a su elevado caudal.
Este miércoles, el delegado de Educación, Cultura y Deportes Ángel Fernández-Montes hacía un llamamiento a todas las partes implicadas en la preservación del monumento “para que asuman sus responsabilidades” en la preservación de “uno de los elementos arquitectónicos más antiguos de la ciudad y que debemos mantener por su propio valor histórico y patrimonial”.
En una comparecencia conjunta junto al delegado de Fomento, Javier del Molino, el responsable de Patrimonio ha explicado hoy qué tareas de mantenimiento y preservación corresponden al Gobierno regional en el puente árabe y también han detallado las que competen al Ayuntamiento de la capital.
La Delegación de Fomento realiza periódicamente tareas de mantenimiento en la estructura al ser titular de la carretera que discurre sobre él, uno de los accesos principales a la ciudad, y de la propia estructura del mismo. El puente está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y la Delegación de Educación, Cultura y Deportes vela por su mantenimiento.
Las fincas adyacentes propiedad del Ayuntamiento de Guadalajara
El hecho de ser BIC afecta también a su entorno más cercano y es ahí donde hoy el Gobierno de Castilla-La Mancha apela a la responsabilidad del Ayuntamiento de Guadalajara. Las dos fincas adyacentes a ambos márgenes del río son propiedad municipal, según ha puntualizado hoy el delegado de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Fernández-Montes.
Por ello, desde la Delegación se han enviado este mismo año dos requerimientos al Ayuntamiento, con fechas 24 de enero y 9 de septiembre, respectivamente, para que lleve a cabo en sus fincas las acciones necesarias para preservar este BIC.
En concreto, se le ha requerido al Consistorio que, en la margen izquierda del río, actúe sobre la barbacana (muro que sujeta la finca al situarse esta en altura) eliminando totalmente los tocones de árboles que han ido naciendo y que dañan las piedras de este elemento constructivo que se encuentra en riesgo y con daño visibles en su estructura.
Asimismo, se les ha requerido para que asuman un mantenimiento periódico de la vegetación en su finca para evitar más daños futuros.
Un proyecto integral para las compuertas del Molino del Duque
En cuanto a la margen derecha se ha solicitado al Consistorio que realice un proyecto integral para valorizar de la casa de compuertas del Molino del Duque. En este punto, se le propone que actúe de forma coordinada con la Delegación de Fomento por ser propietaria del puente, elemento con el que la finca comparte un muro. En los requerimientos se le pide también al Ayuntamiento que se haga cargo de la instalación de un sistema de desagüe con una válvula antirretorno en la zona más próxima a los arcos recuperados (SUE-30) para evitar los encharcamientos que se producen en momentos de fuertes lluvias.
A la Delegación de Fomento se le solicitó que retirara un cartel informativo vandalizado que se encontraba ubicado en la salida superior del puente, que ya ha sido eliminado. Asimismo, desde este departamento del Gobierno regional en los últimos meses se ha retirado la vegetación que cubría los tajamares del puente y se han ido eliminando las pintadas que han aparecido en dos ocasiones en algunos de los ojos.
El delegado de Fomento, Javier del Molino, ha lamentado que a día de hoy se produzcan este tipo de actos vandálicos y ha recordado que para llevar a cabo su limpieza es necesario contar un proyecto de actuación y encomendar la tarea a empresas especializadas en el tratamiento de BIC, lo que encarece y retrasa el procedimiento.
La responsabilidad de la Confederación del Tajo
El tercer organismo con responsabilidad en la zona es la Confederación Hidrográfica del Tajo, a quien desde la Delegación de Educación, Cultura y Deportes se le solicitó un informe técnico sobre la viabilidad de desplazar la mota situada en la margen derecha del río ante la solicitud de abrir los últimos ojos el puente que permanecen cerrados.
La Confederación ha contestado que “no es viable modificar dicha mota ya que cumple una función esencial como defensa contra posibles inundaciones, ya que esta infraestructura protege frente a avenidas y su alteración incrementaría el riesgo para personas, bienes y patrimonio”.
Guarinos descarga la competencia en el Gobierno regional
La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, ha afirmado este miércoles que, hasta donde ella sabe, la Barbacana y el Puente Árabe son responsabilidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y no del Consistorio y por tanto tiene que arreglarlo el Gobierno regional, según recoge Europa Press.
La regidora ha señalado que los informes de los técnicos municipales son claros y que el Ayuntamiento no asumirá inversiones que corresponden a otra administración.
“Pedimos simplemente que la Junta asuma sus obligaciones y cumpla con sus responsabilidades en materia de Patrimonio”, ha puntualizado.
“La barbacana y el puente son responsabilidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha o al menos eso dicen los informes técnicos”, ha precisado.