La Fundación Global Nature y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha han firmado un convenio de colaboración para recuperar leguminosas tradicionales que fomenten la diversificación de cultivos manchegos y promuevan la competitividad de los productos provenientes de Red Natura 2000. El acuerdo se enmarca dentro del proyecto LIFE Estepas de la Mancha que pretende frenar el descenso de las poblaciones de aves esteparias en colaboración con los agricultores de cuatro de las principales Zonas de Especial Protección para las Aves de la región.
Desde la Fundación señalan que en la Península Ibérica se han cultivado de manera histórica distintas especies de leguminosas, tanto para su uso en alimentación humana, en el caso de la lenteja y el garbanzo, así como para la alimentación animal, como ocurre con la veza y la algarroba. Estos cultivos, sin embargo, han sufrido una “drástica reducción” en su superficie cultivada en toda España y, particularmente, en Castilla-La Mancha.
Esto se debe a distintas razones, explican desde Global Nature: algunas relacionadas con la mecanización de la agricultura, el cambio de hábitos alimentarios en la población, marginación de algunos de estos cultivos en las políticas agrarias, o la escasez de estudios científico-técnicos que permitieran fomentar su utilización En algunos casos, la reducción ha sido “tan drástica” que estos cultivos han desaparecido “totalmente” de los campos castellano-manchegos.
Esta desaparición ha supuesto también la pérdida de distintas variedades seleccionadas a lo largo de siglos y “bien adaptadas” a las condiciones agroclimáticas castellano-manchegas, algo que califican como “un retroceso” en la calidad alimenticia de la población. Además, se traduce en una “degeneración progresiva” de los suelos al ser sustituidos estos cultivos por otros intensivos que necesitan una mayor remoción del suelo y mayor uso de fertilizantes y fitosanitarios. Esto también ha afectado a las poblaciones de aves esteparias al perderse el mosaico agrario manchego tradicional.
Los técnicos de ambas instituciones evaluarán durante dos campañas agrícolas, ocho especies de leguminosas tradicionales, incluyendo algunas que todavía se cultivan, como la lenteja, la vez y el yero, y otras que “prácticamente han desaparecido” de su zonas de cultivo tradicionales, como la algarroba, la almorta y el alverjón. A través de estos estudios se pretende determinar cuál de las leguminosas se adaptan mejor a las condiciones de cultivo en secano en cuatro diferentes Zonas de Especial Protección de Aves Esteparias (ZEPA) de Castilla - La Mancha.
El objetivo es obtener el conocimiento que permita fomentar la diversificación de cultivos en la zona y mejorar la competitividad de los cultivos tradicionales manchegos, a través de la obtención de productos agrícolas que han sido cultivados en la Red Natura 2000. Además, se pretende cultivar las distintas leguminosas bajo un sistema productivo que va más allá de la producción ecológica, fomentando un modelo de explotación agrícola basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados y sólo productos ambientalmente aceptables para combatir las plagas.
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