Page: “La violencia de género no puede quedarse entre las paredes de un domicilio”
Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Machista, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha organizado un acto institucional en Hellín (Albacete), donde el presidente de la comunidad autónoma, Emiliano García-Page, se ha referido en varias ocasiones al papel “pionero” que la región cumplió cuando aprobó la primera normativa contra la violencia de género en España, bajo el Gobierno de José Bono en 2001. Este recordatorio le ha llevado también a promulgar la necesidad de adaptarse a nuevas realidades, motivo por el que la nueva Ley castellano-manchega sobre esta cuestión comenzará a tramitarse en el primer trimestre del año que viene.
García-Page ha comenzado su intervención aludiendo al “objetivo común” de continuar con una “lucha real” para “evitar que haya malnacidos que se crean en el derecho de propiedad sobre otras personas”. Ha aludido por ello al nombre del Teatro Victoria de la localidad donde se ha celebrado el acto. “Victoria es lo que estamos consiguiendo entre todas y todos contra esa lacra, y victoria será el final de una sociedad que si se aprecia a sí misma, solo podrá reconocerse mejor si tiene claro que no pueden faltar recursos ni energías para combatir la desigualdad global y la que se traduce en violencia”.
Tras elogiar la labor de las Fuerzas de Seguridad y de la Administración de Justicia en las condenas por violencia de género, el presidente regional ha ensalzado a Castilla-La Mancha como la “tierra que dio origen a esta batalla”. “Fue la primera vez que se rompió el silencio y la complicidad social. La ley que aquí se aprobó abrió esa brecha, y ha sido precursora en España y en toda Europa”, ha destacado. También se ha referido a todas aquellas asociaciones y colectivos de mujeres que mucho antes se habían marcado ese objetivo, y que “nos pidieron que la dignidad no tuviera tabiques, que no permitiéramos que de puertas adentro, todo estuviera permitido”.
Asimismo, García-Page ha resaltado que esta comunidad autónoma esta es la región de España que más dinero dedica en su presupuesto a la promoción de la igualdad de género, bajo la premisa de que “no se puede ser neutral en la lucha contra la igualdad, y debemos ser precavidos con las nuevas realidades de injusticia”. “La peor violencia es la que se oculta, la que lleva algunos a hacer chistes en la barra de un bar, la que se produce cuando la gente mira para otro lado en el domicilio, en la escalera o en el colegio”, ha añadido.
Ninguna “complicidad” con los hombres que quieran “maltratar, acosar y matar”
“No es un delito que pueda quedar entre las paredes de un domicilio. Que los hombres que quieran maltratar, acosar y matar sepan que no solo van a tener un juez delante, sino que tampoco van a tener ningún cariño ni complicidad de la sociedad”. Además, en cuanto a la contribución de la mujer al desarrollo, ha dicho no imaginarse que la modernización de los últimos 40 años en España hubiera sido posible sin la incorporación de ocho millones de mujeres al mercado de trabajo, y ha elogiado la labor de las asociaciones de mujeres y colectivos de todo tipo, “la parte más activa y dinámica en muchos de nuestros pueblos y sobre todo en zonas rurales”.
Finalmente, ha reiterado que la nueva Ley castellano-manchega contra la violencia de género volverá a convertirse en la más avanzada de España, ha pedido el apoyo de Podemos y el PP para su aprobación, y ha recordado que, entre otros asuntos, esta normativa obligará a que haya materia curricular en los centros educativos sobre este tema y considerará huérfanos a los niños que pierdan a su madre a manos de su marido o compañero, a efectos de ayudas y programas de solidaridad.
Previamente, la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, tras mostrar su agradecimiento a todas las administraciones, entidades y colectivos que luchan por la igualdad, ha querido referirse de forma especial a las mujeres con discapacidad o con capacidades diferentes que sufren violencia de género. Ha pedido a todas las víctimas asesinadas pero también a aquellas que han sobrevivido y las que “soportan la tortura cotidiana del maltrato”; también a sus hijos, las “víctimas más vulnerables”; a las mujeres y niñas sometidas a explotación sexual, “la esclavitud más antigua del mundo”; y a las que han sufrido violaciones, mutilaciones genitales o han sido forzadas a casarse en edades muy tempranas.
Araceli Martínez: “El amor no es control ni celos”
En especial, ha querido dirigirse a las más jóvenes, a aquellas cuyos novio vigilan sus móviles o sus redes sociales, les dicen cómo deben vestirse y las controlan, alegando “que es por lo mucho que las quieren”. “El amor es algo completamente diferente. No es control ni celos. El amor tiene que liberar, ser apoyo mutuo, crecimiento y respeto a la privacidad. La vida en pareja es compartir espacio y alegrías pero nunca someterse al otro. Si aprendemos a querernos a nosotras mismas y a nosotros mismos, no tendremos la sensación de depender de otras personas”, ha subrayado.
“La violencia tiene mil caras pero solo un motivo, el machismo, y solo un responsable, el agresor. Las víctimas nunca son responsables”, ha remarcado la directora del Instituto de la Mujer, quien también ha querido recordar que las desigualdades a veces se manifiestan mediante un “machismo sutil” y que todavía queda trabajo por hacer en cuanto a la brecha salarial, la distribución de las tareas domesticas, o la precariedad en el trabajo. Ha arremetido igualmente contra la poca presencia de mujeres en los espacios públicas, poniendo como ejemplo que ninguna mujer haya sido reconocida este año en los Premios Nobel.
Igualmente, tras recordar que la violencia de género se ha cobrado la vida de más de 900 mujeres desde 2003, cuando comenzó el recuento oficial, ha preguntado al público asistente: “¿Se imaginan si en estos trece años se hubiera asesinado a un millar de futbolistas o de ‘celebrities’, de famosos? Sin duda se habría generado una alarma social”.
“Imaginemos un mundo en el que exista una sociedad tan igualitaria que la violencia ha desaparecido y los agresores no tienen cabida; que ya no hay mujeres prostituidas, que ya no hay miedo a caminar solas por si nos asaltan sexualmente. Imaginemos que en una relación si no decimos que 'sí', es que es 'no'; que siempre se reconoce la labor de las mujeres al desarrollo social y económico; que superamos las pequeñas desigualdades. Porque si somos capaces de imaginarlo, somos capaces de conseguirlo. Eso significa que ya estamos construyendo una sociedad sin violencia de género”, ha concluido.