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Castilla y León, donde algunas capitales celebran el Orgullo por primera vez y otras ni siquiera tienen asociación LGTIBQ+

Alba Camazón

Valladolid —
5 de julio de 2025 10:29 h

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Madrid en el Orgullo se llena de gente. Miles de personas salen a la calle a reivindicar y a festejar la diversidad, aunque muchos de ellos no viven en Madrid. Las pequeñas provincias celebran también el Orgullo, aunque de manera menos numerosa, y es por varios motivos. ¿Uno de ellos? La ausencia de una estructura asociativa fuerte que organice eventos en junio y actividades durante el resto del año. Es un fenómeno que viven territorios como Castilla y León, donde algunas capitales celebran el Orgullo por primera vez y otras ni siquiera tienen asociación LGTIBQ+.

En otras, como en Burgos, han tenido problemas: Métrika tuvo que suspender su concierto ante los insultos y agresiones que sufrieron. Días después, la verbena La Reina Show recordó lo sucedido y también recibió botellazos e insultos. “En La Reina Show no aceptamos ningún tipo de discriminación y siempre alzaremos la voz ante cualquier acto de odio”, reflejó la orquesta en Instagram. “La alcaldesa hizo balance de las fiestas y dijo que habían sido muy tranquilas y diversas. Como colectivo, eso nos ha hecho daño porque ha habido incidentes en los conciertos y ha habido gente que ha tenido que pedir ayuda para ir a casa porque les gritaban 'maricones' por la calle”, lamenta Álex Heras, de Espacio Seguro LGTBI Burgos.

En Soria no existe una asociación del colectivo que organice el Orgullo ni actividades lúdico-educativas durante el curso. Es el propio Ayuntamiento el que organiza alguna actividad un poco antes del 28 de junio porque coincide con las fiestas patronales de Soria. El consistorio firmó hace unos años un convenio con la asociación madrileña Órbita Diversa y, juntos, organizan “una pequeña fiesta del Orgullo”. “El objetivo no es únicamente conmemorar el Orgullo, sino generar un espacio al que se pueda acercar gente para que surja una asociación”, explica el concejal de Juventud de Soria, Eder García.

Para el edil socialista, el principal obstáculo que viven lugares como Soria es el de la visibilidad. “Las personas adultas o con el privilegio o la suerte de ser abiertamente visibles para la ciudadanía están fuera de Soria. A lo mejor participan en las actividades, pero no se animan a montar una asociación”, lamenta García, que sí que ve a personas “visibles en redes”, pero no tanto de una manera tradicional. “No es en el único ámbito, ocurre en todas las asociaciones como Cruz Roja, de vecinos o partidos políticos. A lo que se le suma el tema de la visibilidad”, explica.

“Si no hay gente visible, poco se puede hacer. Y si no están comprometidas, menos aún. La mayor parte de las asociaciones surgen porque al menos hay esos dos ingredientes, que a veces son difíciles de conseguir en la provincia, la capital u otras zonas”, explica Gema Segoviano desde la asociación Segoentiende, que resume la problemática en dos factores: “Está el 'qué dirán' y la falta de compromiso”.

La asociación segoviana lleva en activo, con sus altibajos, desde febrero de 2008. Segoviano recuerda cómo en los últimos veinte años se han ido creando y disolviendo diferentes asociaciones. “Necesitas que la gente se implique, que haya un entorno de gente con ganas. Pero si no hay relevo, esa asociación desaparece. Hubo una asociación en Zamora 2005 que se disolvió en 2010. Hubo un intento en Benavente en 2018 que no duró más que un año o dos, en Ávila surgió otra en 2008 y pasó lo mismo. Desde Soria hace unos años nos escribieron unos chicos para preguntar un poco por los trámites a realizar, pero se quedó en nada”, lamenta Gema Segoviano.

“Es un poco de cada: cuestiones laborales, miedo a la visibilidad, a llamar la atención, a que se nos señale en una ciudad pequeña y luego el tema familiar: que aunque lo sepan, algunos tampoco quieren destacar demasiado, también por un poco de homofobia interna, por el rechazo que pueda suponer”, comenta Anxo Trigueiro, de AWEN LGTBI León Ciudad.

Castilla y León es la única autonomía sin una Ley LGTBIQ+ propia después de varios intentos fallidos desde hace más de diez años. Hace unas semanas, el parlamento autonómico acordó debatir esta norma, pero no se tiene mucha fe en que llegue a término. “Volvemos a sentir que avanza la legislatura y tememos que vuelva a haber triquiñuelas legales para evitar que sea aprobada”, lamenta Segoviano, que critica a aquellos que creen que con la aprobación del matrimonio igualitario está todo hecho. “Eso fue una puerta para poder avanzar y decir que aún queda mucho por lograr. Castilla y León es la autonomía con menos matrimonios del mismo sexo por cada 100.000 habitantes. En concreto, 7,5 matrimonios, por detrás de Galicia (7,9 por cada 100.000 habitantes) según los datos del INE.

Frente a estas estadísticas, en algunos sitios se niegan a sucumbir al sexilio al que muchos se ven sometidos y se animan a celebrar el Orgullo. Este año en Zamora, el colectivo Ku.Za ha convocado la primera manifestación del Orgullo LGTBIQ+ que se recuerda en años. Medina de Pomar (6.000 habitantes, Burgos) también ha vivido su primer Orgullo también este año, de la mano de la Asociación Alternativa Medina, que surgió hace años para buscar una alternativa a los festejos taurinos del pueblo.

“El año pasado hubo pintadas homófobas hacia un chico de un instituto y eso fue el detonante. Yo me marché de aquí por el y volví después de la pandemia y no quiero que nadie más pase por situaciones lo más remotamente similares a lo que tuve que pasar yo, o que se tenga que marchar del entorno rural”, explica Samu Pereda. En Medina de Pomar se han organizado varias actividades educativas y musicales con una “muy buena aceptación”, aunque Pereda reconoce que también ha habido cierta “polarización”.

“Otros años, cuando el Ayuntamiento colgaba la bandera LGTBI y lo publicaban en redes sociales, había mensajes de rechazo y comentarios negativos contra los que nadie se posicionaba y este año han recibido respuestas en defensa de la fiesta”, explica este medinés, que cree que el rechazo público permanece en muchos sitios.

“Este año ayuda muchísimo que hayamos podido salir con las banderas. Hemos sacado unas camisetas con el lema 'existimos y resistimos' porque la gente en el medio rural no es consciente de que estamos aquí y piensa: 'Mientras se queden en Madrid...'. Estamos aquí y no queremos marcharnos. Tenemos aquí a nuestro entorno y nuestra familia y hay que educar a la población”, defiende Pereda.Este fin de semana el pueblo leonés de Barrillos de Curueño acoge una nueva edición de La Cuireño, una fiesta autogestionada y comunitaria que celebra la diversidad desde el medio rural najo el lema: 'En los pueblos también caben otras formas de estar y de ser'.

Asociaciones que arrancaron con la pandemia

Álex Heras, desde Espacio Seguro LGTBIQA+ Burgos, recuerda a otras asociaciones previas que han organizado actividades desde los años 80, aunque cuando decidieron organizarse fue durante la pandemia, cuando muchos burgaleses residentes en otras ciudades decidieron volver a casa. “En los primeros años nos tocó convivir con el PSOE, que debería haber sido más fácil, pero pese a las buenas palabras no hubo un compromiso por hacer una programación del Orgullo dentro de los Sanpedros”, reprocha.

En Ávila arrancar también fue difícil hace solo seis años. “Al principio fue muy difícil. El primer Orgullo fue en un espacio tipo gimnasio, en la época de la COVID... No había asociación ni infraestructura”, sostiene Dani Muñoz, de ArcoÁvila, que reconoce que en las ciudades pequeñas es “más difícil exponerse”. “La gente es más reacia a participar en Ávila que en Madrid o Barcelona, porque muchos se marchan a ciudades más grandes y su actividad es allí”, explica Muñoz, que reconoce que la respuesta “es buena”, aunque la plataforma quiere que sea un poco mejor “porque la ciudad y la gente lo merecen”.

Un espacio seguro para el colectivo

Desde León, Anxo Trigueiro explica que incluso allí hay “poca gente que se quiera implicar de lleno”. “La gente que está en asociaciones me dice que León es una ciudad difícil para el asociacionismo, pero aparte hay gente que cree que esto no va con su estilo de vida y su forma de ser, o que no lo necesita... No participa aquí pero después sí van a Madrid”, apostilla Trigueiro.

En Medina de Pomar se está buscando desestacionalizar las actividades relacionadas con el colectivo LGTBIQ+ y también entrar en los entornos educativos para visibilizar esta diversidad. “Nos gustaría también servir como puente de ayuda o de asesoramiento para poner en contacto a la gente con plataformas más grandes como Espacio Seguro Burgos”, suscribe Pereda.

Segoviano subraya la importancia de tener un espacio seguro para el colectivo, porque el ocio, en muchas ocasiones, se realiza fuera. En Segovia, de hecho, es frecuente que el ocio sea en Madrid. Históricamente ha sido así, pero ahora se añade el factor digital: “Es más cómodo relacionarse por redes sociales y quedar en Madrid. Segovia no tiene, no te digo ya un bar de ambiente, un bar que sea abiertamente amigable con la comunidad. Aquí la gente está muy acostumbrada a ia Madrid con al idea del ocio y de escapar. Pero no perdemos la esperanza de que a alguien aquí se le encienda la bombilla”, espera Segoviano. Pereda recuerda que este año hubo bares que colocaron la bandera LGTBIQ`+ en sus locales durante el fin de semana pasado, pero otros lo rechazaron “por miedo a perder clientes”.

Ávila aún no ha celebrado sus fiestas, que han decidido organizar para el 12 de julio con una carrera por la diversidad, un partido de voleibol, un coloquio sobre la LGTBIfobia en el deporte, la primera carrera en tacones de Ávila, un desfile de carrozas y una entrega de precios a la diversidad.

En Soria y en otros sitios pequeños es necesario un compromiso mayor que en las ciudades grandes para tener esa visibilidad. “Es bastante triste que en Soria apenas haya referentes visibles. No hay un punto en el que un chaval de 14 años pueda acercarse, por ejemplo, y aunque en las plataformas hay contenido audiovisual de sobra con referentes, es una faena y me gustaría que fuese mucho más fácil”, explica.

Estos referentes, aunque sean pocos, existen en las pequeñas ciudades y en el medio rural. Muchos de ellos tienen intención de continuar organizando actividades no solo festivas, sino también reivindicativas y educativas. Para que aquellos que lo necesiten sepan que tienen un lugar seguro al que ir.