En un llamamiento a recuperar la educación como motor social, a revisar los referentes para encarar el futuro, el Moviment Laic i Progressista (MLP) y la Associació de Mestres Rosa Sensat sellaron ayer una alianza para impulsar el Moviment d'Educació Popular a Catalunya. Una plataforma de debate abierta a los distintos actores sociales catalanes, asociaciones y entidades culturales, políticos de la izquierda parlamentaria y síndicatos, ateneos y esplais, siempre vindulados a la defensa de una escuela pública y que defienda los valores progresistas, para avanzar hacia “una educación hecha desde abajo: la que la gente construye autónomamente para emanciparse”, defendían en su manifiesto, a modo de declaración de intenciones.
Durante la presentación, fueron constantes las alusiones a los referentes pedagógicos del siglo XX en Cataluña: se habló de la pedagogía progresista de Marta Mata, se citó a la educadora Rosa Sensat, y por encima de todos, no hubo ningún ponente que no se refiriera a Francesc Ferrer i Guàrdia, pedagogo defensor de la liberación del individuo y el desarrollo de la personalidad infantil --la llamada Escola Moderna--, asesinado tras ser acusado de instigar la revuelta de la Semana Tràgica en Barcelona. “Exploremos a fondo lo mejor de nuestra tradición para proyectarla hacia el futuro”, sentenciaba el documento.
A lo que aspira principalmente el movimiento es a “construir nuevas formas de cooperación de ideas”, según expuso Joan Francesc Pont, director de la Fundación Ferrer i Guardia, dado que “la autodeterminación, la emancipación, nacen del poder compartir conocimiento”. En la misma línea se expresó Santi Castellà, hasta ahora presidente del MLP, quien hizo bandera del “librepensamiento”, de la educación como método de formación de personas libres.
Fueron constantes, en consecuencia, los llamamientos a repensar también el sistema democrático, eventualmente a través de la educación --“en la escuela y en la calle”, como recogía el manifiesto--, e incluso los representantes de la administración pública que participaron en el acto admitieron que “ya no vale con votar cada cuatro años”. Estas fueron palabras de Carles Agustí, comisionado de Participación y Asociacionismo del Ayuntamiento de Barcelona, y luego la consellera de Benestar Social Neus Munté, de la denominada rama socialdemócrata de CDC y sindicalista de UGT, bendijo el movimiento.
Se abre el proceso de adhesiones sin prisa para llenar la agenda
A partir de ahora, esta plataforma que se considera abierta a la sociedad espera recibir el apoyo de las entidades, asociaciones y colectivos a los que ha apelado. Según fuentes de las dos entidades impulsoras, a día de hoy ya se habrían sumado al proyecto una quincena de federaciones de asociaciones vinculadas a la educación: desde cooperativas hasta movimientos locales pasando por fundaciones dedicadas al estudio de la materia. Las puertas están abiertas: “Convocamos a todo el mundo a sumarse a un nuevo movimiento de educación popular”, propugna claramente su documento fundacional.
Ante la vaguedad de la propuesta --sólo se hizo pública ayer la declaración de intenciones--, las fuentes aseguran que no hay prisa para concretar actuaciones, que en los próximos meses trabajarán sobre todo los acuerdos desde las bases y desde el principio. “El proceso en el tiempo, en democracia y en educación, es a veces tanto o más importante que el resultado”, destacó ayer durante su intervención Irene Balaguer, presidenta de Rosa Sensat. Aún así, aseguró que “hay que abordarlo con ambición”.
Al acto asistieron distintas caras visibles del abanico de la izquierda parlamentaria catalana: Joan Herrera (ICV-EUiA), Oriol Amorós (ERC), Rocío Martínez-Sampere y Laia Bonet (PSC), entre otros. También estuvieron presentes los secretarios generales de CCOO y UGT, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez, respectivamente, así como decenas de educadores, maestros e incluso estudiantes de todo el territorio.