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La Casa Batlló de Barcelona cierra por un conflicto laboral y denuncia “destrozos irreparables” durante una protesta

El impacto de una pedrada en una parte de los emplomados de 1906, restaurados recientemente

ACN

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Un conflicto laboral en la Casa Batlló ha desembocado en el cierre a los visitantes de este icónico edificio de Barcelona obra del arquitecto Antoni Gaudí. El inmueble cerrará sus puertas debido “la escalada de tensión” por la huelga en una empresa subcontratada y después de haber padecido “destrozos irreparables” durante una protesta en la que se rompió parte de una vidriera y su emplomado.

Algunos trabajadores de la empresa Staffpremium de declararon en huelga el pasado 8 de octubre y, desde entonces, han organizado distintas protestas a las puertas de la Casa Batlló. El paro estaba respaldado por el sindicato Solidaritat i Unitat dels Treballadors (SUT) y denunciaba la imposición por parte de la empresa de contratos temporales a “escala fraudulenta”. 

Desde entonces, se han concentrado periódicamente a las puertas de la Casa Batlló. Y el pasado sábado, según la dirección, provocaron destrozos que se califican de “irreparables” en el edificio Patrimonio Mundial, además de varios “incidentes violentos”. Según explican, un grupo de manifestantes “encapuchados” tiraron piedras contra el edificio, rompiendo parte de los emplomados originales de 1906, recientemente restaurados.

Más de una docena de manifestantes se concentran periódicamente ante la fachada de la Casa Batlló con un despliegue de pancartas y con uso de megáfonos y silbatos y, según un comunicado de la dirección, “acosando a los visitantes y provocando que dos empleados de la Casa Batlló hayan requerido asistencia médica por problemas auditivos ”. “Uno de ellos, afectado por tinnitus y con pérdida de audición, sigue con tratamiento médico”, precisan en una nota enviada a los medios.

Según Gary Gautier, director de Casa Batlló, el edificio cierra porque no existen las condiciones para garantizar la “seguridad en la vía pública de empleados, visitantes y de nuestro Patrimonio Mundial, a pesar de haber contratado personal de seguridad privada para su protección”. “Cerramos para protegernos de las agresiones físicas y para proteger un edificio que más allá de un negocio es Patrimonio Mundial”, concluye Gautier.

Desde el sindicato SUT han negado en un comunicado que ningún huelguista ni afiliado haya cometido “ninguna de las actuaciones” descritas por la dirección ni haya “amenazado ni agredido ni realizado ningún acto vandálico”. Aseguran que en el momento de la protesta del sábado, detrás del piquete “alguien tiró un petardo y una bengala” y dos trozos de ladrillo casi caen sobre dos miembros del piquete. “Nosotros seguro que no hemos sido y creemos que es un montaje de la Casa Batlló para sacudirse a los huelguistas, uno de tantos montajes que ha sufrido el movimiento obrero”.

Según los huelguistas, no es cierto que se contratase a vigilantes de seguridad privada para proteger el edificio, tal como afirma la dirección, sino que servían para “suplantar ilegalmente las funciones del personal huelguista”, revisando los tickets y gestionando las colas. Para el sindicato, la semana anterior había sido el personal de mantenimiento que sustituyó a los huelguistas a las colas.

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