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Oh My God Barcelona!

Los integrantes de la Compañia Bratislava que interpretan Oh My God Barcelona! en El Maldà

Oriol Puig

Este 2016 hace 150 años que Jaques Offenbach escribió La vie parisienne, una opereta cómica que, a día de hoy, sigue muy vigente, a pesar de ser una obra poco conocida que nunca se ha representado en catalán. De hecho, no consta ninguna traducción en esta lengua. El compositor alemán hace una crítica franca y humorística de las costumbres frívolos de la sociedad parisina del siglo XIX. La vie parisienne anticipaba el París de la Belle Époque, un período de florecimiento de las artes y de cierta fascinación por las nuevas tecnologías. Estrenada en el Théâtre du Palais Royal de París el 31 de octubre de 1866, Offenbach utiliza como telón de fondo de esta opereta o ópera bufa (género operístico que nació en pleno período barroco) una ciudad agitada por el entusiasmo de la próxima celebración de una de las primeras exposiciones universales, para retratar la locura que asociamos con el decadente “París alegre” de nuestra imaginación.

Estamos, pues, ante una obra atemporal que utiliza la música y el humor para hacer una crítica a la burguesía y al turismo de masas. La directora de Oh My God Barcelona!, Mónica Bofill, comenta que La vie parisienne ironiza sobre el París del siglo XIX con palabras que bien podrían retratar nuestra Barcelona. “Y lo hace de una manera absolutamente divertida y desenfadada, donde ninguno de sus protagonistas es del todo inocente”, apunta. Es una crítica satírica que no deja de ser también una celebración de la ciudad, sin embargo admite que “tenía muchas ganas de encontrar con los miembros de la compañía la manera de trasladar la esencia de la pieza de Offenbach”. Concluye diciendo que las partituras del compositor “encomiendan una alegría que es la que nosotros hemos querido hacer llegar al espectador. Fuegos artificiales, efervescencia, ecos de una ciudad que se esfuerza por atraer la mirada del extranjero”.

Si el original es una crítica a las costumbres frívolas de la sociedad parisina del siglo XIX, Oh my God Barcelona! nos habla del escaparate turístico que es la ciudad condal actualmente. La esencia de la obra original se ha respetado, pero como ya pasó con La Gran Duquesa de Gerolstein, su primer espectáculo, han eliminado personajes y también escenas. El espectáculo es una crítica humorística en la ciudad escaparate volcada a satisfacer al turista. Comienza en la estación de Sants con la llegada de dos turistas ingleses pertenecientes a la realeza: un Lord y su Lady. Los que vienen a la ciudad condal para pasar unos días y disfrutar de la gran ciudad moderna que se vende en el extranjero. Estos personajes serán engañados y burlados por un barcelonés y todo su círculo cercano, para conseguir la atención de una mujer de clase y poder vivir sin preocupaciones. Un vodevil cómico con farsas, disfraces, fiestas y engaños. Todo ello con música en directo por los mismos actores-músicos-cantantes.

La relación de la Compañía Bratislava con el compositor alemán Jaques Offenbach viene de lejos. Esta joven compañía surgida del Instituto del Teatro -se gestó durante una huelga de controladores aéreos en el aeropuerto de la capital de Eslovaquia- debutaba la pasada temporada con el montaje en catalán La Gran Duquesa de Gerolstein. Desde que acabaron de interpretarla buscaban una nueva obra, y al principio no querían repetir autor; leyeron muchos textos, pero ninguno les acababa de convencer; hasta que, por casualidad, volvió a caer una obra de Offenbach. No dudaron. El salto temporal funcionaba perfectamente. El texto de 1866 sigue siendo completamente actual, la adaptación de la obra al contexto de Barcelona y en el siglo XIX encajaba. Fruto o no de la casualidad la compañía integrada por Anna Arena, Albert Ruiz, Laura Pou, Mónica Portillo, David Anguera, Jofre Bellés y Xuel Díaz pretende conquistar al público y la crítica. Ya lo hicieron inesperadamente con su primera obra con una estancia de más de 3 meses en Barcelona, una gira por todo el territorio, un éxito de críticas y de público, y varios reconocimientos. Con Oh My God Barcelona! podrían repetir el mismo éxito y nada será casual.  

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