Las entidades sociales y el Govern de la Generalitat han cerrado un acuerdo para reubicar a buena parte de los desalojados del antiguo instituto B9 de Badalona que están acampados bajo el puente de la C-31, así como los que ocuparon hace unos días el antiguo albergue de Can Bofí Vell. Según han confirmado fuentes del Govern, la mediación se ha alargado durante toda la noche y este martes, y han participado además del ejecutivo, las entidades sociales de Badalona y la Sindicatura de Greuges.
Con esta intervención, que podría alargarse hasta dos meses, el Govern considera que se acaba con el problema generado tras el desalojo del antiguo instituto, cuando cerca de un centenar de las personas que quedaban dentro quedaron sin techo y repartidas en diferentes zonas de la ciudad. Una situación que se agravó debido a la falta de atención que el Ayuntamiento de Xavier García Albiol decidió que se les dispensara.
Precisamente este martes la Fiscalía ha requerido al Ayuntamiento a confirmar si ha atendido a las personas que expulsó del instituto B9, tal y como reclamaba la interlocutoria judicial. En su auto, el juzgado de Badalona dejaba claro que, si bien autorizaba el desalojo del edificio ocupado, las personas que estaban dentro debían ser atendidas por los servicios sociales de la ciudad, algo que no se ha producido.
Unas horas antes de alcalzar este acuerdo, el operativo para acoger de urgencia en una parroquia a varios de los migrantes desalojados del instituto B9 en Badalona había quedado definitivamente descartado. Las entidades sociales que lo lideraban, entre ellas Càritas, han reconocido que renuncian al dispositivo por falta de seguridad de los realojados debido a las protestas a las puertas de la iglesia.
Aunque eran solo una quincena los que debían ser alojados temporalmente en la parroquia Verge de Montserrat, finalmente el boicot de algunos ciudadanos contrarios a dar cobijo a los inmigrantes ha acabado por frustrar su acogida. Con todo, las entidades sociales han informado que les han reubicado en otros emplazamientos, aunque no han indicado cuáles para evitar nuevas movilizaciones.
“Ante la presión ejercida de algunos vecinos y vecinas, la vulneración del derecho de acogida a un espacio propio, y con la voluntad de no añadir más sufrimiento a los miembros de la comunidad parroquial, se ha decidido suspender el dispositivo de emergencia temporal de B9 de Badalona en la parroquia”, han comunicado desde Càritas.
El plan de acogida, que estaba ya preparado el domingo antes de que fuera boicoteado, implicaba además de Càritas a la Fundación Llegat Roca i Pi y a Sant Joan de Déu Serveis Socials, además de Cruz Roja, que era quien debía gestionar el espacio y aportar el material. Contaban también con el apoyo económico del Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat, que ha estado inmerso en negociaciones con entidades y con el Síndic de Greuges para encontrar una salida.
Sin embargo, la intención del Ayuntamiento que gobierna Xavier García Albiol ha sido no dar asistencia a los desalojados del B9, cerca de 400. Asimismo, ha acusado a Gobierno y Generalitat de no hacerse cargo de ellos, aunque la sentencia que avalaba el desalojo también ordenaba a los servicios municipales badaloneses que debía actuar.
Sea como sea, Càritas explica en un comunicado que ya asumido el realojo de 52 personas, entre las que se cuentan las quince que debían dormir en la parroquia. Algunos equipamientos son privados de entidades y otros, de la Generalitat, según fuentes al corriente de la situación. Los hay además en Badalona y fuera de la ciudad. Entre ese medio centenar no se cuentan los que ocuparon el albergue municipal Can Bofí Vell, a los que Derechos Sociales ha trasladado también este martes a otros emplazamientos. Eran entre 20 y 30.
En la noche del domingo, alrededor de 150 vecinos impidieron el acceso a la parroquia a los trabajadores de Cruz Roja —que transportaban material de primera necesidad como colchones, mantas, comida y productos de higiene— e incluso llegaron a increpar e insultar a dos de las personas que iban a pasar la noche en el recinto, según han confirmado fuentes de Càritas. Tras el episodio, las entidades mantuvieron conversaciones con Albiol para intentar que, a partir del día siguiente, algunas personas pudieran refugiarse en el interior del recinto, al menos durante el mes previsto inicialmente como emergencia.
En este contexto, Albiol convocó el lunes por la tarde reuniones con vecinos, una de ellas en el aparcamiento del campo de fútbol del barrio de Montigalà, con el objetivo de mediar con ellos. Según fuentes de Càritas, el alcalde explicó, a través de un megáfono, que las quince personas que iban a ser acogidas no tenían antecedentes penales, que algunas de ellas trabajaban y que su estancia se limitaría a pernoctar entre las 20.00 y las 8.00 horas.
Sin embargo, el mensaje no convenció a la mayoría de los vecinos, que mantuvieron su negativa a permitir la estancia de estas personas en el recinto. La portavoz de Càritas, Mercè Darnell, presente en el encuentro, asegura que algunos le respondieron al alcalde cuestionando su discurso, ya que hasta ese momento él había defendido públicamente que la mayoría de desalojados del B9 eran delincuentes.
De hecho, este mismo martes, el alcalde ha dicho, en una entrevista en RAC1, que “bastantes” de los desalojados del B9 son delincuentes –aunque ha admitido no tener cifras que lo demuestren– y que algunas entidades sociales se han negado a acoger a estas personas porque son “conflictivas”.
Ocupación desalojada en pocas horas
En paralelo al dispositivo de realojo liderado por las entidades, un grupo de afectados por el desahucio del B9 ha ocupado este martes otro equipamiento municipal, de nuevo un instituto en desuso, el Ventura Gasol. Pero han sido desalojados a las pocas horas.
La Guardia Urbana de Badalona y los Mossos d'Esquadra han expulsado a los ocupantes sólo dos horas después de que entraran. Media docena de personas había accedido al espacio, pero algunos vecinos alertaron rápidamente a la policía local.
El instituto lleva años cerrado. En el exterior del espacio se han concentrado entidades de apoyo a los colectivos vulnerables y en defensa de una solución para los migrantes del B9, pero también han acudido badalonenses contrarios a la ocupación. Se ha producido algún abucheo y la policía ha separado a los dos grupos, sin más incidentes.