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La presión de Albiol sobre los desalojados en Badalona traslada a la calle el choque entre entidades y grupos antimigrantes

Xavier García Albiol junto a las personas que se concentraron el domingo contra los inmigrantes desalojados

Arturo Puente / Helena Sala Gallardo

22 de diciembre de 2025 21:58 h

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El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, fijó hace meses el instituto ocupado B9 como uno de sus objetivos políticos e instó judicialmente a su desalojo. Se trataba de trasladar una imagen de dureza ante lo que él llama delincuencia –aunque la policía no halló en el edificio a ninguna persona con una orden de detención pendiente– y de aparecer ante los vecinos como la antítesis de las decenas de inmigrantes que malvivían en el local de titularidad municipal.

El desalojo se autorizó y efectuó la semana pasada pero, aunque el auto judicial mandataba explícitamente a los servicios sociales del municipio a hacerse cargo de la situación, el alcalde dejó bien claro que no atenderían a las personas desahuciadas. Una gestión que priorizó que acabó generando varios campamentos a la intemperie, como el que se formó bajo la carretera C-31, una nueva ocupación, en este caso del antiguo equipamiento de Can Bofí Vell, y la entrada en acción de las entidades sociales de la ciudad.

Ni la negativa a la atención social ni los discursos incendiarios han servido para resolver un problema de vivienda y convivencia que, ahora, una vez trasladado a la calle, amenaza con convertirse en un choque entre vecinos. Una parte de ellos se han organizado para protestar en contra de los inmigrantes, otros, junto a las entidades sociales, están dispuestos a mostrarles su apoyo.

El pasado fin de semana un dispositivo solidario liderado por Cruz Roja tenía previsto acoger a una parte de los migrantes en la parroquia Verge de Montserrat, del barrio de Sant Crist. Pero un grupo de personas, alentadas por el propio alcalde, organizó una protesta a las puertas de la iglesia que impidió el acceso de las personas necesitadas de asistencia.

La respuesta ha llegado este lunes, cuando cerca de 400 personas se han manifestado frente a la masía de Can Bofí Vell, en Badalona, para protestar por los hechos ocurridos en los últimos días tras el desalojo de las personas que ocupaban el antiguo instituto B9 de la ciudad. En la concentración, separada por un cordón policial, han acudido también decenas de personas en contra de los inmigrantes desalojados. Esto ha generado una tensión que entre ambas partes que ha durado durante toda la concentración.

Manifestantes muestran carteles contra el racismo y a favor de facilitar viviendas a los migrantes desalojados

Se han escuchado silbidos, abucheos e incluso insultos racistas y homófobos, como “quítale el micro al negro de mierda”, “sois unos maricones” o “negros hijos de puta”. Estos gritos se han producido de manera simultánea a cánticos como “La solidaridad, nuestra mejor arma” o “no se entiende, gente sin casas y casas sin gente”, coreados por los manifestantes y miembros de las entidades convocantes.

La protesta ha sido organizada por el Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya y la Organització Juvenil Socialista de Catalunya, junto con otras entidades. El portavoz de la organización juvenil, Mamadou Yero Seydi, ha denunciado públicamente que el pasado domingo alrededor de 150 seguidores del alcalde Xavier Albiol impidieron la entrada de quince personas desalojadas, en situación de vulnerabilidad, a la parroquia de la ciudad donde iban a recibir alojamiento temporal durante un mes.

Por su parte, la portavoz del Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya ha señalado que estos episodios son “consecuencia de una crisis de vivienda que las instituciones están demostrando ser incapaces de resolver, así como de la campaña de criminalización que están llevando a cabo Albiol y sus seguidores”.

Desde el Sindicat afirman que están realizando un seguimiento de las personas desalojadas y que la mayoría de ellas se encuentra actualmente durmiendo en la calle, muchas todavía bajo el puente de la C-31, debido a la falta de alternativas habitacionales ofrecidas por las autoridades. Aunque unas 40 personas han recibido opciones de alojamiento temporal, consideran que estas medidas no son “suficientes” para dar respuesta a la situación.

Sin solución habitacional

Mientras la falta de gestión por parte del Ayuntamiento enciende los ánimos en al calle, los inmigrantes siguen sin tener una solución para pasar las noches, cuando se cumple una semana de su desalojo y cuando las temperaturas comienzan a ser más duras en los primeros compases del invierno. Una parte de ellos ya habían abandonado el antiguo instituto badalonés antes del desalojo. Otros continúan en el campamento bajo la carretera, equipados con tiendas de campaña.

Un tercer grupo de unas 15 personas fue el que optó por entrar sin permiso en Can Bofí Vell. Esas instalaciones habían sido, de hecho, las señaladas por la Generalitat para ser habilitadas por el consistorio, por tratarse de un antiguo albergue. Badalona carece de equipamientos de este tipo y el Govern entendía que podía ser una solución de emergencia adecuada. Pero Albiol se negó a proporcionar el espacio.

Otra parte del colectivo desalojado son los están a la espera de los pasos de las entidades sociales, que cuenta con el apoyo de Cruz Roja, Cáritas y otros colectivos, además del departamento de Asuntos Sociales del Govern.

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