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El joven tutelado al que los Mossos reventaron un ojo pide una indemnización a la Generalitat

El joven A.K., fotografiado hace un año en el centro de menores en el que vivía

Oriol Solé Altimira / Pau Rodríguez

4 de noviembre de 2021 06:06 h

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A.K. perdió el ojo izquierdo el día que cumplía 18 años. Ocurrió en la plaza Urquinaona de Barcelona, en una de las jornadas más violentas de las protesta tras la sentencia del procés. Dos años después la investigación judicial no ha podido determinar qué agente de los Mossos d'Esquadra disparó el proyectil causante de la mutilación, pero sí ha abierto la puerta a que el joven reclame una indemnización a la Generalitat.

“Yo no tenía ni idea de que había todo eso”, contaba hace un año A. K. a este diario sobre los altercados, en una entrevista en que relataba los efectos negativos para su inserción laboral y su estado de ánimo que tuvo la mutilación. El informe de la médico forense que ha analizado a A.K. corrobora la explicación del joven, y además de la lesión física reseña “sentimientos de vacío y creencia de tener pocas expectativas de futuro fruto de la pérdida del ojo”.

El dictamen, al que ha tenido acceso elDiario.es, concluye que la mutilación ocular que sufrió A.K. “es compatible con un impacto a gran velocidad de un objeto compatible con un proyectil de 'foam' de 40 milímetros de diámetro”, como los que lanzan los Mossos. Este informe forense es la principal baza de este joven, al que representa el centro Irídia, para conseguir que la administración catalana reconozca que uno de sus agentes provocó la agresión y le indemnice.

La importancia del estudio forense radica en que señala el 'foam' como responsable de la lesión. Se despeja así la duda que mantenía la víctima, que no sabía si su lesión la causó el proyectil que disparan los Mossos o una bala de goma empleada por la Policía Nacional, que también actuó en la zona en que resultó mutilado.

El joven, que por entonces vivía en un centro de menores tutelados de la Generalitat en la comarca del Maresme, cogió su paga semanal y bajó a Barcelona el 18 de octubre de 2019 para comprarse una camisa. Horas después ingresaba en la UCI con el ojo reventado. “Me han quitado un ojo y lo he denunciado para que no vuelva a pasar”, contó el joven, que pasó un mes ingresado en el hospital y se ha sometido a dos operaciones, una de ellas para implantarle una prótesis ocular.

En paralelo al proceso de recuperación psicológica y física ha transcurrido la investigación judicial del caso, que no ha podido determinar qué agente disparó el proyectil que vació el ojo a A.K. Es algo habitual en los casos de lesiones causadas por la policía en manifestaciones y altercados. Aunque se intente por parte de juez y acusaciones, resulta imposible dar con el agente que provocó la lesión.

La abogada de A.K., Anaïs Franquesa, valora que la instrucción del caso ha puesto de manifiesto “una vez más” que los mecanismos de rendición de cuentas de los Mossos “no funcionan”: la policía catalana informó al juez de que hasta 19 agentes se encontraban en la zona cuando el joven fue mutilado. Una cifra demasiado elevada para el avance de la causa penal, que exige individualizar las acciones presuntamente delictivas, si bien Franquesa resalta que el informe forense permite disipar las dudas sobre el cuerpo policial responsable de la lesión.

Pese a que el de cierre la vía penal conlleva la impunidad del agente concreto que disparó, la víctima tiene derecho a reclamar una indemnización a la administración. Así ocurrirá en el caso de A.K. y de otra joven herida el mismo día en la zona de Jardinets de Gràcia de Barcelona por un proyectil de 'foam', a quien también representa Irídia. En su caso, adelantado por La Directa, el impacto fue en la cabeza y le ha provocado pérdida de audición en un oído y un diagnóstico de epilepsia crónica que afectan su vida laboral y social.

También tiene derecho a interponer una demanda contra la conselleria de Interior el joven que resultó herido en el ojo por un 'foam' cuatro días antes en el Aeropuerto de El Prat en la protesta convocada por Tsunami Democràtic. En su caso la jueza también disipó en favor del cuerpo autonómico la duda inicial sobre si la herida era de un proyectil de los Mossos o de la Policía Nacional, pero terminó archivando el caso ya que ninguno de los tres mossos investigados reconoció la autoría del disparo.

Esta redacción ha preguntado a la conselleria de Interior el conjunto de heridos por 'foam' de los Mossos en las protestas tras la sentencia del procés que han interpuesto una demanda contra la Generalitat sin obtener respuesta al cierre de esta edición. En la mutilación por 'foam' más reciente, la de una joven en febrero de este año en los altercados contra el encarcelamiento de Pablo Hasel, la propia conselleria abrió de oficio el procedimiento para indemnizarla, que no se cerrará hasta saber cómo termina la instrucción del caso.

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