ENTREVISTA President de la Generalitat

Pere Aragonès: “Para hacer más llevadero el dolor que causa la prisión, cualquier medida será bienvenida”

Neus Tomàs

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Nunca se habían visto tan pocas corbatas en el Palau de la Generalitat. El nuevo president, Pere Aragonès, es de los pocos que la lleva. No le gusta nada que los medios se refieran a él como un millennial. Más allá de las etiquetas, lo que no es debatible es que con 38 años se ha convertido en el más joven de los molt honorables que ha tenido Catalunya desde la restauración de la democracia. A diferencia de Quim Torra, él sí ha ocupado el despacho reservado al president. No es la única, pero es una manera de marcar diferencias con su antecesor. Cuando entró solo había una bandera, la senyera, y ordenó colocar a su lado la de la Unión Europea. La mesa, de cristal, es funcional. Nada que ver con una parte del mobiliario de la zona noble del edificio. 

Silvia Sabat, su secretaria ya cuando era vicepresidente, le describe como un jefe autónomo. Cuando los técnicos entran para preparar una videoconferencia, Aragonès ya lo tiene todo a punto. Ella trabajó también con Oriol Junqueras y considera que aunque parezcan muy diferentes no lo son tanto. El president, dice, es más ordenado, pero también es de los que cuando se le mete algo entre ceja y ceja no para.

El nuevo jefe del Ejecutivo catalán lee los diarios en la tablet antes de llegar al despacho y hace tiempo que eliminó la aplicación de Twitter de su móvil. Así evita distraerse con bulos como el que asegura que es miembro del Opus Dei pese a que él se define como un ateo practicante o con las campañas que en las redes le acusan de abaratar las aspiraciones independentistas. 

–¿Qué es lo que más le ha sorprendido, lo que más le ha gustado y lo que menos desde que es presidente de la Generalitat?

–Lo que me ha sorprendido más es la liturgia que existe aquí en el Palau de la Generalitat, pero la asumo como parte de la continuidad institucional. Lo que más me ha gustado es tener un contacto más intenso con la ciudadanía. Después de unos meses de provisionalidad forzada por la inhabilitación injusta del president Torra se necesitaba un president que estuviese en plenas funciones. Esto lo he notado en el calor que te da la ciudadanía.

–¿Y algo malo?

–No nos han dejado ni 100 días. Bueno, ni 100 días ni 100 horas. Ya vamos con un menos 100 por parte de determinadas fuerzas de la oposición. Lo asumimos y estamos aquí para trabajar para el país.    

–Pero en el pleno de esta semana en el Parlament la percepción fue que el tono entre el Govern y el principal partido de la oposición ha cambiado ahora que es el PSC y no Ciudadanos.

–Creo que persisten las diferencias y los posicionamientos políticos, que en muchos aspectos son antagónicos, pero han cambiado las formas. Es de agradecer que pueda haber un debate, una confrontación de ideas y que pueda ser sin crispación. 

–¿Ha ocupado ya el despacho de presidente?

–Sí. 

–¿Qué es lo que pensó cuando se quedó solo?

–Sentí el peso de la responsabilidad por estar en esta institución que ha sido objeto no solo de persecución por parte del Estado, sino que ha protagonizado momentos muy importantes de la historia de Catalunya. 

–En este caso, que usted haya decidido trabajar en ese despacho tiene un significado simbólico porque su antecesor, Quim Torra, no quiso hacerlo.

–Refleja la etapa que se abre a partir de las elecciones del 14 de febrero. A diferencia de las anteriores, en el que el cabeza de lista de Junts no pudo ser elegido a causa de la represión, esta vez yo soy el número uno de la lista de ERC y la ciudadanía tiene bien presente que si nuestra fuerza política tiene la opción de tener la presidencia será porque el número uno será presidente. A partir de ahí, con toda la legitimidad del Parlament, es importante ejercer las funciones de president plenamente y utilizar todos los recursos que están a disposición de la presidencia de la Generalitat. 

–En varios de sus discursos ha asegurado que quiere ser el presidente de todos. ¿Cómo lo hará para que los votantes no independentistas lo vean como un presidente que también piensa con ellos?

–En primer lugar porque al lado de la resolución del conflicto político con el Estado hay que poner claramente como prioridad los derechos de la ciudadanía, la reconstrucción económica, social y diría que también emocional de muchos proyectos de vida que se han visto truncados por la pandemia. Hay que fortalecer el Estado del bienestar. Mi proyecto es el de un independentismo inclusivo, que ofrece más derechos, que no quita derechos a nadie. Esta forma de gobernar debe ser la antesala de la república que vamos a construir.  

Esta entrevista tuvo lugar antes de que Aragonès y Sánchez mantuvieran, el viernes a las 12 del mediodía, su primera conversación por teléfono. Conversaron 40 minutos y se emplazaron a reunirse durante el mes de junio. El presidente de la Generalitat es muy reticente a hablar en público de los indultos a los presos, pero a diferencia de algunos sectores del independentismo, además de reivindicar la amnistía y el derecho a la autodeterminación, se muestra claramente a favor de esta medida de gracia.

–Antes de que se aprueben los indultos ya hay manifestaciones convocadas en Barcelona y en Madrid. ¿Le preocupa?

–No voy a especular con el procedimiento de los indultos. Si el Gobierno del Estado tiene una posición, debe tomar una decisión que sea justa y lo antes posible. A partir de aquí, cualquier paso que se lleve a cabo para encauzar el conflicto, sacarlo de los tribunales y encauzarlo políticamente, siempre va a ser rechazado por la derecha y la ultraderecha española. Lo vimos en su momento con la primera foto de Colón, que era cuando se estaba intentando construir la mesa de diálogo. Ahora, ante la mera posibilidad de que pueda haber indultos, volvemos a ver lo mismo. Por lo tanto, se necesita valentía y coraje por parte de las instituciones del Estado y en especial por parte del Gobierno. Nosotros ya hemos demostrado la voluntad de abrir una etapa de negociación para resolver el conflicto político y hacerlo de forma clara. Nuestra propuesta es clara, somos muy transparentes, es amnistía y autodeterminación. Ahora llega el momento de confrontar y debatir las diferentes propuestas, tanto por parte del Gobierno del Estado como del de la Generalitat. 

Cualquier paso para intentar encauzar el conflicto y sacarlo de los tribunales siempre será rechazado por la derecha española

–¿El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se la está jugando por ustedes?

–Lo que se necesita para avanzar y superar el bloqueo es valentía y coraje. Nosotros lo hemos tenido en Catalunya, en una situación de represión. Un mes después de la sentencia que condenaba a un siglo de cárcel a mis compañeros del Govern y a líderes sociales por el 1-O, ERC iniciaba una negociación para la investidura del presidente Sánchez. Si esa valentía y coraje que demostramos se pueden ver correspondidos para avanzar en la resolución del conflicto, sacarlo del Código Penal y llevarlo a una mesa de diálogo, será algo bienvenido.    

–En 2019, Junqueras dijo literalmente en una entrevista que el Gobierno se metiese el indulto por donde le cupiese. Ahora ERC afirma que no se opondrá a los indultos. ¿Qué ha cambiado?

–Lo que ha pasado en estos dos últimos años es que continuamente hemos visto una especulación sobre los indultos, a veces hecha ex profeso y a veces a causa del debate político. Cada vez que ha pasado y no se han producido los indultos, ha habido más dolor por parte de las familias y de los presos políticos. Precisamente, para hacer más llevadero el dolor que provoca una pena de prisión, cualquier medida será bienvenida. Si hay unos indultos encima de la mesa nosotros no nos vamos a oponer. Al contrario, vamos a recibirlos con satisfacción, pero, evidentemente, siendo muy conscientes de que la resolución del conflicto político va mucho más allá y especialmente en el ámbito de la represión se necesitan medidas mucho más amplias.   

–¿Usted es de los que afirma que lo volverán a hacer?

–Nosotros nunca nos vamos a rendir y por lo tanto mi objetivo político es conseguir la república, una Catalunya independiente. Hemos dado muchos pasos adelante y hemos visto también las dificultades del camino. Si por un camino es difícil, vamos a transitar por otro, pero al final el futuro de Catalunya lo vamos a decidir los ciudadanos de Catalunya. 

–Cada vez que lo dicen, el que lo afirma más claramente es Jordi Cuixart, como se recoge en el escrito del Supremo contra los indultos, no queda claro qué es lo que volverán a hacer. ¿Qué significa para usted? ¿Una nueva declaración unilateral, otro referéndum, uno que esté pactado?

–Para mí significa persistir en el compromiso con la independencia de Catalunya. Conseguir una república que genere más bienestar para toda la ciudadanía. Y ahora tenemos la oportunidad de situar esta propuesta política en una mesa de negociación. Sé que va a ser muy difícil pero así es como se deberían tratar las cuestiones políticas de calado en una democracia avanzada. Diálogo, negociación y podemos acordar los procedimientos y condiciones. Mi voluntad es trasladar eso a la mesa de negociación.

–¿Si esa mesa es entre gobiernos, tiene sentido que estén dirigentes como Oriol Junqueras o de otros partidos?

Cuando pongamos fecha para ponerla en marcha, el Govern va a decidir la composición de su delegación siendo muy consciente de que la idea es que es una mesa entre gobiernos y que en la solución deberán implicarse de una manera u otra las personas represaliadas, especialmente los dirigentes que están en la cárcel o el exilio.

–¿Propondrá alguna fecha?

–Lo que no voy a hacer es especular. Pero llevamos mucho tiempo esperando esta oportunidad y la vamos a aprovechar.    

–La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzié, considera que los indultos desarman al independentismo. ¿Qué le contesta? 

–El independentismo solo se desarmará si los independentistas queremos. Y nosotros no queremos desarmarnos, en un movimiento pacífico. Nuestras convicciones no se desarman y nuestra voluntad de conseguir amplias mayorías para avanzar hacia la independencia se mantienen. Por lo tanto, no nos desarma nadie. 

Una de las obsesiones del equipo de Aragonès es olvidarse de la última legislatura, marcada por las discrepancias continúas entre ERC y Junts. Eso explica el nombramiento de Patricia Plaja, la periodista que hasta ahora estaba al frente de la comunicación de los Mossos, como nueva portavoz del Govern. Su elección responde a la estrategia que pilota el director de la Oficina del president, Sergi Sabrià, que pese a ser uno de los nombres que provoca más que recelos en las filas de Junts, asegura que su propósito es acabar con las suspicacias entre ambas formaciones, entre ellos, el de pelearse continuamente por quién sale más en los medios. Suena a propósito de enmienda. Se le ha comparado con el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, el archinombrado Iván Redondo, o incluso con Lluís Prenafeta, a quien Jordi Pujol le dijo aquello de “Lluís, la Generalitat somos tú y yo”, el día que ambos entraron por primera vez en el despacho del president.

El nuevo hombre fuerte del Palau de la Generalitat pronostica que el hecho de que haya tantos consellers independientes ayudará a superar las diferencias entre los socios del Govern y asume que en el caso de uno de los nombres que más ha sorprendido, el del exdirector general de la Fundación La Caixa, Jaume Giró, como titular de Economía, la distancia ideológica con ERC es clara. El director de la Oficina del president asegura que “las vías con Waterloo” están abiertas y que tanto Junqueras como Aragonès han hablado con Puigdemont más de lo que ha trascendido públicamente. Sabrià, que ha dirigido las últimas ocho campañas electorales de los republicanos, intenta referirse solo lo justo a Quim Torra, cuyo despacho ocupa él ahora. El expresident, uno de los más críticos con el pacto de gobierno entre Junts y ERC por considerar que no fija una estrategia clara, dejó al irse algunos libros en una estantería y poco más.

–President, cuando usted ya estuvo investido, Carles Puigdemont le hizo llegar una carta. ¿Quim Torra, que es aficionado a escribir, le ha entregado también algún texto?

–Con el president Torra hemos tenido la oportunidad de mantener varias conversaciones, tanto en el debate de investidura como en la toma de posesión. No puedo hacer más que agradecerle su colaboración y que se haya puesto a disposición de la institución, como el resto de expresidentes.

–¿Le parecen injustas las críticas que le dedica en su libro?

–Es su reflexión. Probablemente sobre algunos aspectos tenemos recuerdos distintos. Lo importante no es mirar por el retrovisor sino mirar hacia adelante, que es lo que nos pide la sociedad catalana.

–¿Está escribiendo también un dietario, como han hecho la mayoría de sus antecesores? 

–No tengo esta costumbre, pero creo que deberé adoptar esta disciplina para anotar algunas de las reflexiones, guardarlas y en el futuro, ya se verá.  

Entrevista completa a Pere Aragonès.

El asesor en la sombra

El amigo que escribe sus discursos

Arnau Albert compartió militancia con Pere Aragonès en las juventudes de ERC. Desde entonces son amigos y es la persona que está detrás de sus discursos. Nada dado a aparecer en público y menos a hablar con periodistas, explica que escribe siempre primero a mano las intervenciones del president. Si sufre, no lo parece y argumenta que el entrenamiento que Aragonès tuvo en el Parlament, donde estuvo una década como diputado, hace que improvise a menudo y se sienta cómodo en las réplicas, ahora como protagonista de las sesiones de control en la Cámara catalana.