Un “emblemático” coto de caza debe cerrar durante un año por la aparición de veneno
La Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Toledo ha notificado la imposición de suspensión de actividad cinegética de un año a la finca Mochares en Toledo, según ha anunciado Ecologistas en Acción. La organización ecologista es parte personada en el expediente sancionador incoado contra el titular de la finca, tras haber encontrado veneno dentro del coto.
La autoría de los responsables del veneno no se ha podido acreditar, algo que Ecologistas señala sería también motivo de sanción penal, pero sí se ha confirmado la presencia del veneno en el coto. Además, la organización señala que algunos de los animales murieron de forma “fulminante” después de ingerirlo. Debido a estos hechos, se ha podido establecer la responsabilidad “in vigilando” del titular de la finca y la consecuente sanción ante la falta de vigilancia adecuada, así como por no haber dado aviso del veneno.
Ecologistas en Acción liga el caso al 'Nambroca', uno de los “más graves” que se han detectado en España relacionados con el veneno. Los hechos fueron investigados por los agentes medioambientales en diciembre de 2014, y finalmente se detectaron los cadáveres de cinco milanos reales, cuatro aguiluchos laguneros, un águila ratonera y varios zorros, así como de 16 cebos envenenados con pesticidas según confirmaron las analíticas posteriores.
Mochares es la única finca, de las tres donde se encontraron los animales muertos, que mantiene una “intensa” actividad cinegética. Ecologistas señala que en su misma publicidad se anuncia como un coto intensivo y que desarrolla “numerosas” campañas de publicidad invitando a personajes destacados y medios de comunicación del sector de la caza. También es la única finca con antecedentes de aparición de casos de veneno, si bien no habían sido sancionados por “defectos” en los expedientes.
La asociación señala que este caso pone de manifiesto la relación de la caza con la aparición de veneno como una manera de controlar los predadores de las piezas, “sobre todo” en sus modalidades más intensivas y publicitadas. Es por esto que confían en que el cierre del coto tenga efectos “inmediatos” y que sea una llamada de atención a los cotos “tentados” en usar veneno u otros métodos de caza ilegales en la región, donde las actuaciones se repiten con “demasiada frecuencia”.
