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El arquitecto Joaquín Torres declara como testigo en el 'caso Erial': “Estoy atemorizado, no quiero más líos”

Lucas Marco

València —

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Joaquín Torres, el conocido 'arquitecto de los famosos', declaró este miércoles como testigo en el juicio del 'caso Erial' en una de las intervenciones más llamativas de la decena de sesiones de la vista oral. El profesional, muy conocido en el mundo de la prensa rosa, inició su comparecencia por videoconferencia advirtiendo de que ha pasado “penuria” y “acoso” tras la muerte del empresario Luís García-Cereceda, encargado de levantar la urbanización la Finca en Somosaguas para compradores “con alto poder adquisitivo”. “Quiero dejar claro que estoy atemorizado”, afirmó de entrada, para sorpresa de la sala. 

El testigo mantuvo un “contrato en exclusiva” con el constructor para los proyectos de su empresa. Sin embargo, tras la muerte del empresario, el arquitecto se mostró arrepentido de trabajar para la familia García-Cereceda: “No me ha traído más que problemas”. El hombre incluso acusó a Susana García-Cereceda de haberlo “chantajeado”, en una 'subtrama' de su declaración que no venía a cuento. Todo ante la mezcla de estupefacción y sonrisas entre los letrados de las defensas. 

El arquitecto aludió a otros clientes que nada tienen que ver con la causa, como Felipe González o Alberto Alcocer, como ejemplo del mundillo de alto copete para el que trabaja. 

Joaquín Barceló, el testaferro confeso de Eduardo Zaplana, adquirió una parcela en La Finca que luego revendió a la misma empresa de García-Cereceda, en una “operación especulativa”, según la definición del arquitecto. Torres confirmó que le “presentó” una vivienda “al señor Zaplana”, aunque la operación de compra se hizo “a través de secretarios, amigos, intermediarios o empleados” del exministro, según aclaró el testigo. 

Se trata del segundo testigo clave sobre la operación de compraventa en la urbanización La Finca, tras la comparecencia este martes del periodista radiofónico Luis Herrero, consejero independiente del constructor que confirmó el interés de su amigo Zaplana por el “casoplón estupendo”, tal como lo definió. 

“Soy yo en mi esencia pura, un bocazas absoluto”

El fiscal le recordó que en su declaración ante la UCO aseguró que el comprador (Joaquín Barceló) era el “testaferro” de Zaplana. “Lo diría yo como bocazas que soy y que he sido”, dijo en una respuesta que suscitó hilaridad en el tribunal. A preguntas del letrado de Zaplana, el testigo no supo aclarar si el término “testaferro” lo dijo espontáneamente o se lo dijo la Guardia Civil y él respondió afirmativamente.

Joaquín Torres, acostumbrado a los focos de los programas televisivos, reconoció en el juicio que envió los planos de la vivienda al correo electrónico de la secretaria de Zaplana. Sobre otras de sus afirmaciones ante los agentes de la UCO matizó: “Soy yo en mi esencia pura, un bocazas absoluto”. 

El arquitecto también aseguró que en un encuentro casual en Baqueira Beret con una hija del exministro, acaecido después de las detenciones del 'caso Erial', la mujer mantuvo una “exquisitez absoluta”, actitud que agradeció “muchísimo”.