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Banco de paja de arroz, una alternativa a la quema de este residuo en L'Albufera

Un tractor transporta una bala de paja de arroz.

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El cultivo de arroz en L'Albufera de València genera cada año un problema medioambiental: ¿qué hacer con la paja del arroz? Tradicionalmente se ha optado por la quema de este residuo, un método que afortunadamente es cada vez más excepcional y al que se buscan alternativas. 

Desde 2013, una de las soluciones que se plantea es el banco de paja de arroz, impulsado por Acció Ecologista-Agró y la cooperativa agroecológica L'Aixada: “Es un proyecto sin ánimo de lucro y de espíritu reivindicativo que impulsamos hace ya ocho años para facilitar a la ciudadanía el acceso a la paja del arroz, evitando que se convierta en un desecho problemático”. Este año, el proyecto vive su octava edición

Ante la “falta de soluciones” para gestionar como residuo este material, con este proyecto se “reivindica su valor como materia prima”, apuntan los ecologistas, que consideran la paja, cuando no se quema, como un recurso “muy aprovechable sin llegar a convertirse en un problema medioambiental y de salud pública, tal y como venimos demostrando desde 2014 gracias a los usuarios del banco de paja”.

“Es una paradoja de tener un espacio natural donde cada año se estaban pudriendo o quemándose 70.000 toneladas, de un producto que podría ser un recurso para muchas finalidades y así, no tener que depender del empacado de la paja de trigo”, sostienen los ecologistas, que explican que su objetivo es: visibilizar y fomentar los diferentes usos de la paja del arroz; facilitar el acceso a los usuarios a este material; incidir en la mejora de su gestión para que “deje de ser un problema ambiental, en forma de humo por la quema o por su descomposición estancada en los campos”; promover la participación de todos los sectores implicados (agricultores, políticos, administraciones...) y la ciudadanía en la conservación de los espacios naturales; la divulgación de la agroecología “como modelo de gestión integral del territorio, y mucho más para las áreas naturales protegidas con actividad agrícola”; y la apuesta por una transición hacia modelos de producción y consumo “más circulares”. 

Entre las finalidades de este material se encuentra: el almohadillado en campos, huertos o reforestaciones; material de bioconstrucción; su uso para evitar la erosión en los montes, especialmente en aquellas que han sufrido recientemente un incendio forestal; para el sector ganadero; como mobiliario en jornadas de educación ambiental; para trabajos escolares; o como material de embalaje o para compostaje.

Así, el banco se encarga de almacenar y distribuir -de forma gratuita gracias a las subvenciones de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica- las balas de paja: “Habrá un límite máximo, de modo que si la demanda supera la cantidad establecida, deberemos repartirla. Todo ello se confirmará una vez se hayan recibido todas las solicitudes”.

Desde Agró explican que, aunque este proyecto está principalmente activo durante el periodo de empaquetado, durante el resto del año “continuaremos con la labor divulgativa y dinamizadora, sirviendo de enlace y respondiendo las diferentes consultas para que se pueda hacer un uso agroecológico de las balas de paja”. Además, teniendo en cuenta que el año pasado hubo problemas con las lluvias y la “burocracia” en las subvenciones, “estamos haciendo lo posible para que este año L'Albufera pueda ofrecer las balas de arroz en buenas condiciones para los proyectos de bioconstrucción”.

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