La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Aitana Mas, se marca como objetivo para la legislatura ser coherente con los principios del Pacto del Botánico y desarrollar al máximo las políticas que inició Mónica Oltra. La dirigente de Compromís ha recibido este jueves el traspaso de carteras de su antecesora en el Palau dels Català de Valeriola, tras un sonoro aplauso de varios minutos, arropadas ambas por las entidades sociales, y representantes de la patronal y los sindicatos. También por todos los miembros del Consell salvo el presidente, Ximo Puig, la titular de Universidades, Josefina Bueno, y la consellera de Transición Ecológica, Mireia Mollá, que se encuentra en una cumbre de las Naciones Unidas sobre los océanos.
Mas asume todos los cargos que desempeñaba Oltra en el Ejecutivo autonómico: vicepresidenta, portavoz, consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas y secretaria del Consell. A su antecesora le ha agradecido que fuera quien le transmitiera la ilusión por la política, a ella y a toda una generación que hoy lleva las riendas de Iniciativa-Compromís, su partido; también la reversión de las políticas sociales de 20 años del PP, con la puesta en marcha de la renta valenciana de inclusión y las medidas de dependencia o la agenda feminista. Desde que Oltra tomara la titularidad de Igualdad en 2015 “se han conquistado derechos y no se han perdido”, ha recalcado la nueva vicepresidenta, que se ha fundido en un emotivo abrazo con su antecesora.
Pese a las palabras y al cariño con la exdirigente, a la que ha calificado de “insustituible”, Mas ha reafirmado que no será una sucesora ni pretende tener un perfil bajo. Consciente de que contará con un año en el Ejecutivo hasta la convocatoria electoral, se ha marcado como reto virar la mirada gubernamental hacia Alicante, de donde proviene, descentralizando la acción para revertir el empobrecimiento de las comarcas del sur. Estos deben ser “los meses del buen gobierno”, ha emplazado a sus compañeros del Pacto del Botánico, remarcando que “no será bastante la eficacia” sin contar con “la lealtad mutua entre todas las partes en la gestión”. Aitana Mas quiere transmitir que las políticas públicas son “una acción de todo el gobierno” y debe “tejer complicidades basadas en la escucha activa” para resolver los problemas estructurales y urgentes, como los derivados de la guerra en Ucarnia.
La coherencia, apunta Mas, también es una virtud. Por ello ha querido dejar constancia de su faceta como mujer, madre y joven, sin querer renunciar a ello por pasar a primera línea política, “una trituradora de personas”, abogando por la conciliación personal, laboral y familiar, sin dejar de lado la crianza y los cuidados propios, una idea que hace extensible a todo el Gobierno autonómico y a sus trabajadores. Como vicepresidenta, asume “el compromiso político y personal de intentar ser coherente con los usos del tiempo y la crianza. Ser vicepresidenta debe ser compatible con ser y ejercer de madre”. El sistema, apunta, es difícilmente compatible con la vida, los afectos o el bienestar mental. “No tiene sentido hablar de ello si somos incapaces de cuidarnos, de tener espacios personales. Es fundamental guardar espacios para la vida real”, ha insistido.
El núcleo cercano a Mas destaca su perfil dialogante y un carácter fuerte. Es una mujer que cae bien, incluso en ámbitos complejos para su formación como el contacto con la patronal, y que no se deja intimidar, apuntan. Ingeniera de formación, arrancó su carrera política con 20 años como concejal en Crevillent, ha sido candidata al Congreso, directora general de Transparencia en la Generalitat y portavoz adjunta de Compromís en las Corts Valencianes, donde ha negociado todos los presupuestos del Pacto del Botánico desde 2019. Ahora, su incorporación a la primera línea del Consell se entiende como un activo para reforzar el Pacto en su año clave.