Özlem Cekic, exdiputada socialista en Dinamarca: “Los socialdemócratas han girado a la derecha con la política de inmigración”

Özlem Cekic fue la primera mujer musulmana elegida en el parlamento danés y por su condición de mujer migrante recibió cientos de mensajes xenófobos y misóginos durante los ocho años que ejerció como diputada en el . Enfermera de formación, dio el salto a la política en 2004, cuando formó parte del comité Ejecutivo del Partido Popular Socialista danés, fundado en los cincuenta por expolíticos que habían abandonado el comunismo.

La exparlamentaria, de origen turco, encontró una forma inusual de enfrentar los mensajes de odio que recibía diariamente, algunos con severas amenazas: invitar a la persona que le escribía a tomar un café. La entonces diputada comenzó una travesía por las casas de personas racistas y xenófobas para conversar, que compartía con la etiqueta #dialogcoffee en redes sociales, con la intención de comprender por qué generaba tanto rechazo en personas que no la conocían.

Años después, Cekic comparte su experiencia sobre los discursos de odio en conferencias o ted talks bajo el título Tomar un café con alguien que dice que me odia, como la que se produjo el pasado jueves en el Colegio Mayor Rector Peset de Valencia, con la organización de la Institució Alfons El Magnànim. En el coloquio, la exparlamentaria tuvo tiempo para reflexionar sobre las recientes elecciones en el parlamento danés (Folketing), donde la socialdemocracia ha crecido y se ha convertido en primera fuerza, aunque necesitará de una gran coalición para gobernar frente a los liberales. 

Cekick desarrolló parte de su actividad parlamentaria durante el auge de un partido marcadamente xenófobo en Dinamarca.  El Danish People’s Party, un partido antiimmigración y antiislam, obtuvo un 21’1% de los votos en las elecciones de 2015, lo cual le dio la clave para formar el gobierno de la nación. Esta fuerza ha quedado en los comicios de la pasada semana en un 8% y las fuerzas aún más extremas no han logrado representación parlamentaria.

Para la exdiputada, los resultados tienen dos lecturas. La primera, que “el populismo ha llegado al límite”, en su opinión, por el factor Brexit, que ha provocado que el resto de Europa vea las consecuencias de estas formas de hacer política. “Los partidos proeuropeos han incrementado sus apoyos”, añade. La segunda, que coincide con la de muchos analistas, que la socialdemocracia ha crecido a costa de 'comprar' parte del discurso antiinmigración al gobierno liberal. “Los socialdemócratas han girado a la derecha con la política de inmigración”, expresa la política.

La inmigración ha sido el tema estrella de la campaña y de la legislatura. La coalición liberal conservadora ha aprobado más de un centenar de medidas migratorias, la mayoría reformas de las leyes existentes para endurecerlas. Entre las más polémicas, las deportaciones de migrantes con antecedentes penales o la prohibición del burka en algunos espacios. Precisamente a la candidata socialdemócrata se le critica una suerte de derechización al no oponerse a estas medidas.

Dinamarca se convertirá así en el tercer país de su región en tener un gobierno de centro-izquierda gracias a la victoria de los socialdemócratas, que previsiblemente formarán una coalición similar a la que gobierna en Finlandia y Suecia, países vecinos, que integran en sus ejecutivos a los partidos verdes. El Partido Socialdemócrata danés consiguió cerca del 27% de los votos y está llamado a formar gobierno con los ecologistas y otras formaciones de izquierda para sacar del poder a los liberales conservadores.

Cómo combatir el discurso de odio

La receta de la exparlamentaria danesa, después del trabajo de campo, es sencilla: no se debe demonizar al que piensa contrario. “Hay que aprender a distanciarse del discurso de odio sin hacerlo de las personas”, afirma. Cekic sostiene que las personas con las que conversó “tienen miedo”, tanto o más que ella de ellos.

“Las opiniones no desaparecen por ignorarlas o prohibirlas”, insiste la parlamentaria, que cree que “aprender a tolerar no quiere decir que todas las opiniones sean iguales” y que “el diálogo -con el contrario- nos ayuda a tomar conciencia de nuestras contradicciones, prejuicios y visiones opuestas”.

Cekic finaliza su intervención con una petición a los asistentes. Quiere que cuando lleguen a casa, en silencio y sinceridad, reflexionen: “¿A quién demonizas tú?”.