PASO A PASO

'Kokedama': así puedes hacer tus propias macetas vivas para interior

Cómo hacer una 'kokedama'.

Diego Olivares

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No todo en jardinería son plantas creciendo a sus anchas en el suelo o cultivadas en macetas. A estas alturas las hemos visto crecer de mil formas: directamente en recipientes en agua, en bolsas de tela dispuestas en un jardín vertical o en lugares tan insospechados como viejas botas de montaña. Dentro de esta fascinación por la experimentación jardinera y con una forma muy estética y elegante se encuentra el resurgir de las kokedama. Esa técnica tan original en la que una planta es capaz de vivir ricamente en una bola de musgo. Te contamos todo acerca de ellas.

¿Qué es exactamente una kokedama?

Aunque el término kokedama es de origen japonés (“koke” significa “musgo” y “dama” significa “bola”), la técnica en sí misma no es exclusivamente japonesa. Se ha practicado en diversas culturas a lo largo de la historia y se puede encontrar en otras tradiciones de jardinería, como la nebuta en Japón y el string garden en Holanda.

Esta técnica consiste en envolver las raíces de las plantas en musgo de forma que se sustituye la tradicional maceta por una bola de musgo elaborada artesanalmente. Los amantes de la tradición japonesa de jardinería, que utilizan el musgo para muchas de sus composiciones paisajísticas, han ido refinando y popularizado la técnica, lo que ha llevado a su difusión global y al uso del término kokedama para describir esta técnica particular de cultivo de plantas.

Esta técnica consiste en envolver las raíces de las plantas en musgo de forma que se sustituye la tradicional maceta por una bola de musgo elaborada artesanalmente

Cómo hacer una kokedama

Materiales

  • Una planta adecuada: la mejor opción es elegir plantas a las que les guste estar en interior, ya que en principio planteamos la kokedama para dentro de casa y protegida de la intemperie (el musgo lleva peor ambientes extremos). Buenos ejemplos a emplear para hacerte una kokedama son los helechos, los ficus ginseng, el anturrio, la Beaucarnea o la Aglaonema.
  • Sustrato: puedes hacer una mezcla de fibra de coco, ya que tiene la capacidad de conducir y almacenar muy bien la humedad, con abono granulado de liberación lenta (un 10% será suficiente) que será el encargado de aportar los nutrientes necesarios en los primeros meses.
  • Musgo vivo: dicha mezcla se cubrirá posteriormente con musgo (o Sphagnum), el cual deberemos ir compactando para formar una bola. Asegúrate de que sea un musgo sostenible y libre de pesticidas.
  • Hilo de jardinería o hilo de pesca transparente para atar y asegurar el musgo alrededor de las raíces. Ir volteando las raíces con un hilo para limitar su crecimiento es un buen truco. Así conseguimos que la planta no necesite un trasplante porque ella misma ya controla su crecimiento para no 'desmadrarse'. Así, tendremos siempre la planta en kokedama sin necesitar un cambio de maceta.
  • Tijeras para cortar el hilo y el musgo.
  • Un recipiente con agua para remover el musgo y facilitar su manejo.

La 'kokedama' no necesita un trasplante porque ella misma controla su crecimiento para no 'desmadrarse

Paso a paso:

  1. Remoja el musgo vivo en agua durante al menos 30 minutos para que se vuelva maleable. Exprímelo suavemente para eliminar el exceso de agua.
  2. Prepara la planta: extrae con cuidado la planta de su maceta original y sacude suavemente el exceso de tierra de las raíces. Asegúrate de que las raíces estén limpias.
  3. Mezcla el sustrato: mezcla tierra para macetas con una pequeña cantidad de musgo húmedo hasta obtener una mezcla uniforme. La proporción puede variar, pero generalmente se usa una parte de musgo por cada tres partes de tierra.
  4. Crea una bola de sustrato: toma un puñado de la mezcla de sustrato y forma una bola compacta alrededor de las raíces de la planta. Asegúrate de que las raíces estén completamente cubiertas.
  5. Envuelve: una vez empapado el musgo, envuelve bien alrededor de la bola de sustrato de manera uniforme, presionando firmemente para que se adhiera. Utiliza el hilo de jardinería que tenías preparado para asegurar el musgo haciendo nudos firmes pero no demasiado apretados.
  6. Da forma: recorta cualquier exceso de musgo y asegúrate de que la kokedama tenga una forma redondeada y estética.

Cómo cuidarla (bien)

Ahora toca cuidarla para que dure. Recuerda que al no crecer en una maceta al uso o directamente en el suelo, su comportamiento a la hora de hidratarse y crecer es distinto. Veamos los principales cuidados:

Riego

Como aquí la técnica del dedo no funciona demasiado bien para ver si el sustrato está seco, deberás ir tanteando el peso y la textura de la kokedama. Una buena pista para saber si necesita un riego es preguntar: ¿Pesa poco? ¿Está un poco seca al tacto? Ante la duda, sumerge la bola en un bol y agrega la medida de un vaso de agua dentro del recipiente. El musgo se encargará de absorber y almacenar el agua en su interior hasta que esté completamente hidratado, como si lo hiciéramos con el método de riego por inmersión.

Mantenimiento

Ubica la kokedama en un lugar adecuado según las necesidades de la planta en cuanto a exigencia ambiental, tal y como lo harías si estuviera en maceta. Las plantas que puedes ver en exterior como la Pachira, la esparraguera o la kentia, ubícalas cerca de una ventana con una buena luz. Revisa también su tamaño final. Si su tamaño final suele ser más bien grande, esta técnica no es demasiado recomendable.

Al no crecer en una maceta al uso o directamente en el suelo, el comportamiento de la 'kokedama' a la hora de hidratarse y crecer es distinto

Pros y contras de las kokedama

Como es una técnica algo desconocida, te contamos algunas de sus bondades y peculiaridades para que decidas si son para ti:

Pros

  1. Limpieza: es una buena opción para los más maniáticos de la limpieza, ya que al no tener tierra 'al aire' que pueda desprenderse o ser investigada por tu mascota, los problemas de suciedad serán menos.
  2. Estilo: las kokedama tienen bastante clase y su estética peculiar añade un toque distintivo y natural a cualquier espacio interior.
  3. Espacio eficiente: tampoco ocupan mucho espacio, con lo que son ideales para quienes desean poner algunas plantitas en áreas pequeñas; tampoco crecerán mucho al tener poco espacio para hacerlo sus raíces.

Contras:

  1. Riego: a pesar de la facilidad que puede suponer su riego (riego por inmersión), hay que estar muy atento, ya que el musgo y la mezcla de sustrato se secan más rápido que otros materiales como la perlita.
  2. Trasplante: cambiar una planta en una kokedama puede ser más complicado que trasplantar en una maceta tradicional, ya que implica deshacer y volver a crear la estructura de musgo.
  3. Limitación en el tipo de plantas: dado que las kokedama están contenidas en una esfera de musgo, solo pueden acomodar plantas de cierto tamaño. No son adecuadas para plantas grandes o de rápido crecimiento.
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