La pelota del cierre de Tenecco se coloca en el Ministerio de Industria

El cierre de la planta de Tenneco en Gijón llega al Ministerio de Industria. El PP asturiano ha forzado un encuentro entre el secretario general, Luis Valero, y el comité de empresa de la factoría asturiana, que espera arrancar el compromiso del Gobierno central a su lucha contra la decisión de la multinacional, empresa líder de producción y distribución de equipamientos y piezas de recambio para la industria del automóvil. La pelota ya está en el tejado del departamento de José Manuel Soria, mientras la empresa, nerviosa por las presiones que está recibiendo, acelera el proceso de los despidos, con la presentación del expediente de regulación de empleo que será efectivo el 30 de marzo de 2014.

Si Europa no lo impide, si el Ministerio de Industria no actúa o si el Gobierno de Asturias no se saca de la manga alguna fórmula ingeniosa, la multinacional norteamericana Tenneco ganará la partida de cerrar la planta de Gijón. Un nuevo capítulo del culebrón, abierto hace un mes con el anuncio del cese de su actividad en esta localidad asturiana, se cierra con la presentación de un ERE y el despido de 221 trabajadores.

Las presiones que se están ejerciendo desde la UE, con el Comisario de Industria Antonio Tajani involucrado personalmente en este asunto, desde los comités de empresa y desde las distintas instituciones autonómicas han puesto nerviosos a los directivos de la empresa en Ermua y en Bruselas, que quieren acabar cuanto antes y a la brava con el incómodo cierre de la factoría asturiana, aunque sea por burofax.

Las líneas gruesas del expediente de regulación de empleo, que contiene mil páginas, contemplan el despido de 112 trabajadores de la fábrica y de 9 del área de innovación, ofrece la posibilidad de recolocar a solo diez empleados y deja fuera las jubilaciones previstas y los contratos temporales, que cesan. Las indemnizaciones serán las mínimas de 20 días por año trabajado, de acuerdo con la nueva normativa laboral.

Tras el anuncio de cierre, a primeros de septiembre, el Gobierno asturiano designa como su representante oficial, por requerimiento del parlamento, al consejero de Economía, Graciano Torre, con la misión de negociar con la empresa y evitar el cese de la actividad en la factoría de Gijón. Las explicaciones de los directivos de Tenneco no convencieron al consejero, que hizo frente común con los trabajadores y calificó las explicaciones dadas por la empresa de “falta de fundamento”.

La postura adoptada por el consejero no fue del agrado de la multinacional, que literalmente despreció al representante del Gobierno asturiano. Los directivos de Tenneco centraron sus esfuerzos en mantener el contacto con los trabajadores, que evitaron cualquier reunión con la dirección de Ermua, y en concreto con Agustín Arrieta, director de las dos factorías, y comenzaron a llamar a las puertas de todas las instituciones del marco europeo para exponer su caso.

Hace unos días, una representación del comité, acompañada por Graciano Torre, viajó a Estrasburgo para explicar las sombras que se ciernen sobre la decisión de la multinacional de cerrar la planta asturiana, que hasta hace poco más de tres meses se considerba la ‘niña bonita’ de la multinacional en Europa. La deslocalización hacia los países del Este, con mano de obra más barata, y las subvenciones del Gobierno vasco a esta empresa, subyacen como fondo de esta decisión.

Tanto el portavoz oficial del ejecutivo asturiano como los representantes de los trabajadores regresaron de Estrasburgo “con la moral alta”, tras conseguir el apoyo del Comisario de Industria y vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani, quien se comprometió a llevar el asunto personalmente e interceder ante la dirección europea de Tenneco.

En las manos de Tajani no está frenar la decisión de la empresa, ya que no tiene capacidad legal para hacerlo, pero sí influencia política “y la peor propaganda para la compañía en Europa y en Estados Unidos, con quien la UE está negociando un tratado”, dijo Torre tras la reunión con el Comisario.

La reacción de la empresa, ante todos estos movimientos, ha sido acelerar el proceso para seguir adelante con sus planes, mientras el gobierno de Asturias permanece con el hacha de guerra levantada. “Seguiremos luchando, porque este cierre es incomprensible, carece de fundamento y supone una decisión nefasta tanto para los trabajadores como para Asturias. Supongo que las presiones que están recibiendo les han puesto nerviosos”, dice el consejero Torre en referencia al burofax del ERE.

Toda la clase política asturiana está involucrada en paralizar este cierre. Ahora le toca el turno al Ministerio de Industria. Pero si la acción política no logra cambiar la decisión de la multinacional, los trabajadores mantendrán su estrategia de presión. El siguiente paso es solicitar que un auditor independiente revise el plan de cierre y a continuación parar este expediente de regulación tanto por la vía administrativa como judicial. Los trabajadores saben que los jueces asturianos no están por la labor de dar luz verde a los ERE’s y que están tumbando gran número de expedientes de regulación en contra de los criterios de la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy. Una baza importante que puede representar un obstáculo en las previsiones de la multinacional norteamericana.