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Fonseca confía en el valor y eficacia del periodismo en un mundo globalizado

Fonseca confía en el valor y eficacia del periodismo en un mundo globalizado

EFE

Valladolid —

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Escribir “es para mí como respirar”. Así definió el maestro de periodistas Francisco de Cossío un oficio en cuyo valor aún confía Jesús Fonseca, que este miércoles recogerá en Valladolid el Premio a la Trayectoria Profesional que anualmente convoca la Junta de Castilla y León bajo el reclamo de ese pensador.

El periodismo “sigue cumpliendo hoy día con su tarea: aplaudir los aciertos y denunciar los atropellos e injusticias, y en cualquier lugar donde exista una democracia seguirá siendo así porque la sociedad necesita una prensa libre”, ha afirmado Fonseca (Canfranc -Huesca-, 1952) en una entrevista con la Agencia Efe.

Las nuevas tecnologías, las redes sociales y el “control sutil” del poder a través de los gabinetes de comunicación, junto a las ayudas económicas representan, entre otros, algunos de los riesgos con lo que se enfrenta a diario el informador para contar lo que pasa “y no lo que le interese” a quien manda en cada momento.

Es la misma libertad e independencia que ejemplificó en sus libros, artículos y comentarios Francisco de Cossío (1887-1975), que da nombre a los premios de periodismo creados en 1985 por el Gobierno de Castilla y León para distinguir, en distintas modalidades, el trabajo de los profesionales en esta comunidad.

Predestinado desde su nacimiento en una estación ferroviaria internacional, Jesús Fonseca Escartín ha desempeñado su oficio en tres continentes (África, América y Europa) a lo largo de casi cincuenta años desde que en 1968 ingresó como ayudante de redacción en el diario “La Nueva España”, en la ciudad de Huesca.

“Me hice periodista porque no quise ser otra cosa. Adoro esta profesión a la que debo todo y nunca tuve interés en dejarlo. Siempre me ha interesado la vida, tener experiencias y viajar, y eso sólo lo podía hacer a través del periodismo: una actividad generosa, abierta y con la holgura suficiente para ahondar en cosas, saberes y en el conocimiento de cosas maravillosas”, reflexiona.

Corredor de fondo, disciplinado y polifacético, Fonseca ha olido la tinta fresca en los periódicos de linotipia y chibalete, se ha curtido en las agencias que regurgitaban teletipos estridentes, y se ha puesto delante de las cámaras televisivas como redactor, corresponsal, enviado especial, comentarista y cronista, a pie de calle y también en despachos como coordinador, director o delegado.

La Agencia EFE, los diarios “ABC”, “La Razón”, “La Nueva España”, “La Provincia” e “Información”, la revista “Blanco y Negro” cuya refundación dirigió en 1988, y TVE como jefe de los Servicios de Información Nacional y corresponsal en Bruselas son algunas de las estaciones de paso de este “gacetillero irreverente” como le gusta llamarse.

“De todo ello, lo que más he disfrutado ha sido mis años de agencia en los que podía contar las cosas como eran y no con tantas presiones como luego me encontré en la radio, televisión y periódicos”, ha agregado respecto a un oficio que, en su opinión, “hoy no disfruta de mayor libertad que a finales del Franquismo” y, en algunos aspectos, “bastante menos”.

En los tiempos que corren, “si uno se sale mínimamente del guión, te mandan a las cloacas del sistema y te pudres”, ha ironizado, aunque en el caso de España, ha precisado, “todos los atropellos y casos de corrupción lo hemos sabido por la prensa y no en el Parlamento como debiera haber sido”.

Fonseca también conoció la Prensa y Radio del Movimiento en la Agencia Pyresa, “porque no había cosa”, en una época en la que uno no podía meterse con Franco ni con su régimen, “pero del resto nadie te decía nada y entonces, a diferencia de ahora, no existía la presión de los poderes fácticos, económicos, de los mercados, y la cercanía de un poder que quiere controlar a toda costa”.

Por esta razón, el periodista de hoy “es un poco rehén” de la comodidad que ofrecen las nuevas tecnologías, por una parte, y de las informaciones interesadas y canalizadas a través de los gabinetes de prensa, de comunicación, márketing y relaciones externas que “han hinchado el oficio”, pero el periodismo “es otra cosa”.

El próximo miércoles en Valladolid, junto al resto de galardonados con los Francisco de Cossío 2015, recogerá un premio que le hace especial ilusión porque “viene de la profesión” y también lo tiene, en la categoría de Trayectoria Profesional, José Jiménez Lozano, “el escritor y pensador más lúcido y fecundo que ha tenido España en los últimos años”.

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