Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

La Berlinale cierra su desfile de aspirantes con Asia y apunta hacia los Osos

La Berlinale cierra su desfile de aspirantes con Asia y apunta hacia los Osos

EFE

Berlín —

0

La Berlinale cerró hoy su desfile de 19 aspirantes a los Osos con cine asiático, a la espera de que mañana el jurado internacional reparta los premios de un festival en el que Latinoamérica brilló y donde los nuevos talentos del cine aportaron agradables sorpresas.

La vietnamita “Chá Va con Vá” -“Big Father, Small Father and Other Stories”- dio una última dosis de sensibilidad asiática al servicio de una bonita historia, mientras que la japonesa “Ten No Chasuke” -“Chansuke's Journey”- deleitó a los amantes de lo delirante, en viajes de ida y vuelta entre el cielo y la tierra.

La primera, dirigida por Phan Dang Di, es una película mágica, de jóvenes en periodo de iniciación a todo, que discurre entre las calles de Saigón y los lodazales de la periferia y que despertó al festival, pese a que los ánimos estaban ya algo agotados en esta última jornada.

La segunda, del japonés Sabu, es un paseo onírico alrededor de un “ángel” que desciende a lo terreno para salvar la vida a una muchacha a quien el ejército de guionistas celestiales colocó bajo las ruedas de un automóvil.

La exquisitez vietnamita y el ritmo trepidante japonés en medio de historias que se enredan y desenredan se repartieron el protagonismo del último tramo de un festival en el que, de acuerdo a su código de conducta no escrito, no hay que dar nada por descartable.

Al jurado encabezado por el director estadounidense Darren Aronofsky, con asistencia de su colega peruana Claudia Llosa, el actor alemán Daniel Brühl y la francesa Audrey Tautou, entre otros, le corresponde emitir su veredicto, sea coincidente con la crítica internacional del festival o buscando su propio Oso.

Las preferencias, tanto en la revista del festival “Screen” como en barómetros de diarios locales, se inclinan claramente por “45 Years”, del británico Andreas Haigh y con la excelente Charlotte Rampling al frente de la historia de un matrimonio gastado.

Sus directos perseguidores son “El club”, del chileno Pablo Larraín, “El botón de nácar”, de su compatriota Patricio Guzmán, así como “Ixcanul”, del guatemalteco Jayro Bustamante, y “Eisenstein in Guanajuato”, el filme rodado en México por Peter Greenaway.

Nada mal, para las cuatro películas con participación latinoamericana a concurso. Ocurra lo que ocurra con el reparto de Osos, dichos filmes representan cuatro formas distintas de hacer cine y de sabiduría cinematográfica, proceda ésta de veteranos como Greenaway o de debutantes como guatemalteco.

Otro joven talento, el alemán Sebastian Schipper, aportó a la competición un nuevo lenguaje cinematográfico, con una película rodada como una secuencia única, donde todo gira alrededor de una joven española, “Victoria”, papel interpretado por Laia Costa.

La neófita Laura Bispuri impactó con “Vergine Giurata”, una película rodada entre Italia y Albania que toma como protagonista a un muchacho/muchacha atado al juramento de una virginidad perpetua.

De estos nombres procedió el componente de savia nueva que todo festival quiere mostrar, mientras que las mayores decepciones procedieron de nombres consagrados, como el alemán Werner Herzog y su superproducción “Queen of the Desert”, así como Terrence Malick y la etérea “Knight of Cups”.

Tampoco se ganó el agrado de la crítica la española Isabel Coixet -especialmente la alemana, que fue implacable con su “Nobody Wants de Night” (“Nadie quiere la noche”)-.

Nada es descartable, puesto que al jurado se le atribuye el derecho soberano a tomar cualquier vía, de lo que hay constancia en los veredictos de todo festival de cine que se precie.

“Taxi”, el filme del iraní de Jafar Panahi, sería una opción más bien política o solidaria hacia el cineasta inhabilitado por Teherán, mientras que premiar la rumana “Aferim” se entendería como un reconocimiento a uno de los ejes temáticos de esta 65 edición del festival: el racismo, en este caso contra los gitanos.

Por Gemma Casadevall

Etiquetas
stats