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Ashley Madison: filtraciones que pueden causar la muerte

Cuelgan en internet los datos robados de los usuarios de una web para casados infieles

Marta Peirano

Ashley Madison estaba diseñada para ayudar a personas casadas a tener encuentros clandestinos (su lema era: “La vida es corta, ten un affair”), ofreciendo un espacio seguro donde conocerse, encontrarse y olvidarse sin consecuencias. Es por eso que, para muchos muchos, el secuestro y posterior “liberación” de los datos personales de sus 37 millones de usuarios a cargo del grupo que se llama a sí mismo The Impact Team es un castigo ejemplar, incluso kármico.

Primero, por confiar tontamente en las promesas de protección de una compañía cuyo negocio era, técnicamente, ayudar a mentir. Pero, sobre todo, porque la mayor parte de los usuarios eran hombres casados que engañaban a sus esposas durante viajes de negocios falsos. En los últimos días han empezado a brillar los matices: no hace falta estar casado para que tus relaciones sexuales tengan que ser clandestinas. Por ejemplo, en cualquiera de los 75 países del mundo donde la homosexualidad es ilegal, incluyendo Oriente medio, África, el Sudeste de Asia y la mayor parte del Caribe.

“Podría ser lapidado por tener relaciones homosexuales”, publicaba el pasado julio en varios foros de Reddit un supuesto “hombre gay y soltero de Arabia Saudí que usó Ashley Madison para conseguir citas”. El servicio incluía una sección llamada Down Low diseñada para “hombres casados buscando a otros hombres para contacto casual, sin ataduras”. “Down low” es jerga para describir a un heterosexual que se acuesta con hombres, por el motivo que sea. El suyo: “Estaba soltero pero lo usaba porque soy gay; las relaciones gay están penadas con la muerte, y por eso quería mantener mis encuentros en la oscuridad”.

Es perfectamente probable que este caso sea falso; no hay referencia directa ni datos que confirmen su existencia más allá de sus propios posts en el foro, donde también dice ha pedido asilo en los EEUU como refugiado LGBT. Lo que sí está comprobado es que, entre las 37 millones de cuentas de correo “liberadas”, hay 1.200 cuentas con el sufijo de Arabia Saudí (.sa). Además, había más de 50 usuarios de Qatar, donde las relaciones homosexuales están penadas con cinco años de cárcel y hasta 1.500 de Turquía, donde ser gay abiertamente te excluye de la vida pública y hasta de hacer el servicio militar.

Cuando la libertad sexual depende de la privacidad de los datos

Hay 75 países donde la homosexualidad está penada con cárcel, castigo físico y hasta la pena capital. También hay países donde se conciertan los matrimonios. Hay familias que casan a sus hijas con sus acreedores para condonar una deuda o una afrenta; o como salvoconducto para emigrar a países más convenientes como Inglaterra o Bruselas. Hay lugares donde uno se casa muy joven y no se puede divorciar, por desafortunado que sea el matrimonio o infelices que sean los dos miembros de la pareja.

El Consejo de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha declarado que “los matrimonios forzosos impiden que las personas vivan sus vidas sin ser sometidas a ningún tipo de violencia y que puedan disfrutar de sus derechos fundamentales sin temor a represalias, incluyendo el derecho a educación y el derecho a gozar del mejor estado de salud posible, incluyendo la salud reproductiva y sexual”. Un estado represivo es el que condena a sus ciudadanos por ser lo que son.

No todo el mundo en Ashley Madison eran homosexuales buscando refugio. 10.000 de los correos encontrados pertenecían a cuentas del gobierno norteamericano, incluyendo el Departamento de Justicia y -volviendo al karma- agentes de la NSA. Había 6.700 con el dominio us.army.mil. También había cuentas oficiales de los gobiernos británico y australiano. Evidentemente, la web era especialmente popular en los países de la Common wealth.

No hace falta ser un homosexual perseguido para tener derecho a la privacidad. Este mediodía, la policía de Toronto ha descubierto que dos usuarios de Ashley Madison se han suicidado como consecuencia de las “filtraciones” y es poco probable que les hubieran sacado del armario en uno de los países más gay-friendly del planeta. Es importante recordar que el adulterio no es un crimen. Y que el derecho a la intimidad es uno de esos derechos que garantizan la participación en la vida pública, sin temor a represalias ni consecuencias fatales para su salud y la de su familia. También es importante recordar que todo el mundo comete errores y que Internet no los olvida jamás.

La vida es corta pero Internet es para siempre: no salgas de casa sin una clave GPG

De momento, no se conoce la identidad de los “hackers” que secuestraron los 9,7 Gigas de datos y chantajearon con ellos a los ejecutivos de la empresa, antes de “liberarlos”. Pero hay un elemento vengativo que podría indicar que se trata de un antiguo trabajador de la empresa que se ha marchado con la llave del castillo en el bolso. Además de los datos de los usuarios, publicaron también datos de los propios ejecutivos de Avid Life Media -la empresa detrás de Ashley Madison- incluyendo cuentas de PayPal, contraseñas de acceso al sistema y documentos internos de la empresa. Había también un informe con “áreas de preocupación” sobre los datos de los usuarios donde se ponía en entredicho la integridad del sistema, debido a un ataque remoto cuya intención era acceder a las tarjetas de crédito de sus clientes.

Bryce Evans, el superintendente de la empresa, ha declarado hoy que Avid Life Media ofrece medio millón de dólares a cualquiera que les ayude a identificar, arrestar y juzgar a los responsables de las filtraciones. Hasta el momento y en general, cualquiera que quiera guardar un secreto o, simplemente, mantener el privado los asuntos privados deberá introducir la criptografía en todos sus dispositivos. A diferencia de la fe, confiar en los extraños y las promesas de cualquier puntocom, la criptografía funciona.

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