Gordos de la música clásica: el tamaño sí importa
El hipster, como, anteriormente el punk y el indie, tiende a ser escuchimizado. Mejor alimentados estaban los nuevos románticos de los 80, mientras que los grunges eran atléticos con la excepción de Cobain. Había bastante obesidad entre los heavys de barrio y la gordura es una cuestión de peso en la música clásica, sobre todo en la ópera.
Dentro y fuera de la música, la obesidad es la primera excusa para discriminar al prójimo por su físico. Y en este caso es más grave que el color de la piel o la discapacidad porque los médicos han convertido en políticamente correcto el linchamiento del gordo. Ante el aplauso de la prensa, radio y TV, algunas estadísticas nos han dado a entender que el exceso de peso va a suponer un gasto extra para la Seguridad Social que de un modo u otro recaerá en nuestros bolsillos. La gente, que siempre parece feliz sintiéndose superior a los demás, ha tragado con alegría y voluntariedad.
Nuestra sociedad perdona todos los vicios, la lujuria y la pereza principalmente, pero no perdona la gula. Y los que se erigen en jueces de las cinturas ajenas se niegan a aceptar que el que come demasiado no es gordo sino barrigón, mientras que quien es gordo casi siempre es a causa de un problema metabólico.
Velvet d'Amour es modelo y fotógrafa: “Soy una abogada apasionada de la inclusión positiva de las mujeres de talla plus en los medios. Nuestra ética de belleza está mucho más dominada por los medios de lo que nos queremos creer”. Velvet pesa casi 140 kgs. y ha desfilado para firmas como Galiano o Gaultier. Una de sus quejas es que los entrevistadores se creen obligados a preguntarle si alguien tan gordo tiene buena salud: “No bebo, no tomo drogas, no fumo y nunca lo he hecho. Muchas de mis colegas flacas hacen una o las tres cosas y no se les hace esta pregunta por el mero hecho de que pesan menos que yo. He leído en los foros que si desfilo en la pasarela de Gaultier, estamos promoviendo la obesidad. Me dejas de piedra: ¿de verdad crees que las niñas de ocho años van a ponerse a comer pizza para emularme?”. “En la historia ha habido gente gorda y siempre la habrá”, continua Velvet. “Rechazar la posibilidad de mostrarnos de modo positivo con la excusa de que se está promoviendo un modo de vida gordo es absurdo”.
Doce hombres (y mujeres) sin cintura
A los amantes de lo clásico nos gustan los gordos y mucho. Para animar a superar prejuicios a algunos hipsters que aun los incuban, vamos a dar un breve repaso a la vida y milagros musicales de 12 grandes figuras de la música. Los gordos son capaces de crear belleza inmortal:
1. Rossini, Gioachino (1792-1868). Empeñado en salir en esta serie como sea. En 1992, con motivo del bicentenario de su nacimiento, el sello Philips editó una recopilación -Il Banchetto Musicale- acompañada de un folletito con las recetas culinarias del compositor. Esto son sus Pichones Rossini: Destripar y lavar tres pichones blancos, envolverlos en tocino. Coger una vejiga de cerdo fresca, lavarla y meter dentro los pichones con una pizca de sal, la pulpa de un limón y medio vaso de Marsala. Atar la vejiga, introducirla en una perola con cuatro litros de agua salada, tapar y dejar hervir durante hora y media. Sacarla, cortarla, servir los pichones en un plato y regarlos con el jugo. Imagino que se puede sustituir la vejiga con una de esas bolsas de plástico para cocinar.
2. Albéniz (1860 –1909). Se firmaba el Saco Gordo. Llevaba un bigote rizado al estilo de los que se han puesto de moda. Arturo Rubinstein le consideraba “un gordo español muy alegre”. Padecía del riñón y murió joven después de una vida rocambolesca, la mayor parte de cuyos episodios se los inventó él mismo según biógrafías recientes. Su composición dedicada a Asturias ha pasado del nacionalismo postromántico a la cultura pop gracias a infinidad de adaptaciones y plagios, desde los Doors a Jam & Spoon.
3. Melchior, Lauritz (1890 –1973). Coloso wagneriano de voz y cintura legendarias. Cuenta la leyenda que cantó Parsifal en Bayreuth e hizo llorar a un espectador llamado Adolf que se haría famoso por hacer llorar a todo un continente. Sus interpretaciones de los héroes wagnerianos se consideran el canon oficial dado que recibió instrucciones directas de Cosima y Siegfried Wagner. Para ayudarse en la respiración, reforzar sus músculos lumbares y disimular su descomunal panza, Melchior se tenía que poner una faja que era un prodigio de ingeniería.
4. Flagstad, Kirsten (1895 –1962). Soprano noruega especializada en los papeles más dramáticos. Era maravillosa: poderosa y expresiva como nadie, sigue siendo una de las mejores Brunildas. Ya famosa en Europa, fue fichada por el Met en 1934. La invitación de la directiva es el motivo por el que aparece en esta lista: “Venga a Nueva York lo más pronto posible y, sobre todo, no se le ocurra ponerse gorda. Su figura esbelta y juvenil es una de las razones por las que ha sido contratada”.
5. Callas, Maria (1923 –1977). Cuando triunfó en la Arena de Verona pesaba 91 kilos para 1'74 m de estatura. Sin embargo nuestra memoria colectiva guarda la imagen de una mujer esbelta y high fashion. Poco después, hacia 1953, la Callas se convirtió en un símbolo de elegancia con una figura envidiada por todas gracias a una dieta estricta a base de proteínas y verduras. Las malas lenguas dijeron que la soprano había ingerido una tenia para adelgazar. El caso es que perdió casi 40 kilos y se mantuvo delgada hasta que falleció. Para algunos, su voz no volvió a ser la misma.
6. Caballé, Montserrat (1933). Es la perfección. La mejor voz, la mejor técnica y el mejor gusto. Es el gorjeo de un ruiseñor. Especialista en bel canto, también ha cantado a Wagner y R. Strauss. Hay quien dice que le falta dramatismo, pero no necesita más que abrir la boca para entusiasmarnos con la facilidad con que lleva a cabo las más difíciles acrobacias vocales. Ha hecho cosas que nadie había hecho antes como cantar tumbada, grabar con estrellas de rock o ponerse, en vez de quitarse, los siete velos de Salomé.
7. Sánchez, Esteban (1934 –1997). Un extremeño especialista en el repertorio pianístico español. Poseía una técnica asombrosa y la utilizaba como trampolín para expresar lo inexpresable. Se entrega con nervio y riesgo a la interpretación y da la sensación de que quiere emocionar al oyente. Por lo visto, a veces sacaba de quicio a los críticos. También fue compositor. Sus problemas de peso eran tan extremos como los de Oprah Winfrey o Luther Vandross.
8. Pavarotti, Luciano (1935 –2007). Tenor italiano tan célebre por su garganta como por su apetito pantagruélico: “Una de las mejores cosas de la vida es que periódicamente tenemos que dejar lo que hacemos para dedicar nuestra atención a la comida” (Pavarotti: Mi propia historia, 1985). Tenía una gran voz y muy bella y era un apasionado de la fama, el dinero y la mujeres. Un tipo populachero, atrevido y divertido. En España, algunos le llaman Tutto.
9. Levine, James (1943). Director norteamericano que se ha tenido que retirar hace unos meses por su mala salud. Nada que ver con su exceso de peso. Ha dirigido las mejores orquestas en USA y Europa, ha dirigido Bayreuth y Mickey Mouse le endereza la pajarita en la película Fantasia 2000 cuya banda sonora dirigió y arregló.
10. Voigt, Deborah (1960). Excelente soprano norteamericana cuya fama mundial obedece no a sus méritos profesionales, sino a haber protagonizado un escándalo sonado. En 2004, Ms. Voigt vio rescindido su contrato con el Covent Garden. El director artístico pretendía que llevase en la Ariadna de Strauss un sencillo vestidito negro de corte contemporáneo en vez de la correspondiente túnica grecorromana. En la mejor tradición operística, la Voigt estaba muy pasada de peso y sencillamente, no le entraba. Un director artístico no cambia sus conceptos: ¡A la calle! Se hicieron camisetas, un video viral... Finalmente, con la excusa de un dolor de rodillas, Ms. Voigt se hizo un bypass gástrico y con 61 kgs. menos, obtuvo el papel cuatro años más tarde. Por ahí dicen que su voz ha sufrido bastante...
11. Tennant, Scott (1962). Guitarrista virtuoso nacido en Detroit. Actúa y graba en solitario y como miembro de Los Angeles Guitar Quartet. También es autor de varios métodos de guitarra. Como en general los buenos músicos norteamericanos, quiere y sabe gustar y entretener al público. Grandullón y simpaticote, Tennant era tal vez responsable de que LAGQ tuvieran durante mucho tiempo sus recetas favoritas online.
12. Beethoven, Ludwig van (1770–1827). ¿Gordo o sordo?