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Madrid sí tiene edificios públicos vacíos

El inmueble de Corredera, 20 fue vendido por la EMV a Prime Cities Spain / MCyP

Paula Corroto

El colectivo del Patio Maravillas busca un nuevo edificio desde que, en enero de 2014, la empresa Nivel 29 les informó de que ellos eran los dueños del inmueble de la calle Pez 21, que hasta entonces había sido propiedad de una empresa vinculada a Fernando 'Gigi' Sarasola, según indican desde el Patio. El proyecto de esta promotora es crear un Youth Hostel en ese edificio, un nuevo local que se sumaría al Mercado de San Ildefonso, el lugar de ocio y gastronomía gourmet que Nivel 29 abrió en 2014 en la calle Fuencarral. “Esta empresa es un agente de gentrificación del barrio Malasaña”, afirman desde el Patio.

Ahora han pedido sentarse con el Ayuntamiento de Madrid para conocer qué edificio público vacío se podría habilitar para sus actividades, pero desde el consistorio han contestado que no hay edificios vacíos disponibles. El Ayuntamiento afirma que les han solicitado un imposible, un inmueble de 3.000 metros cuadrados en el centro de la capital. El Patio niega que este sea el caso.

Lo que seguro que no es cierto es que no haya inmuebles de titularidad pública disponibles. En la capital existe ahora un buen puñado que llevan años, incluso décadas, en desuso y que son propiedad municipal (o bien de la Comunidad de Madrid). Edificios en estado cada vez más ruinoso y por los que no se está haciendo nada, salvo dejarlos morir. Eso sí, a la espera de un inversor que los transforme en hoteles o centros comerciales, como han denunciado en ocasiones desde Izquierda Unida.

El colectivo Todo por la praxis, un equipo multidisciplinar que trabaja por la reconquista del espacio público y su uso colectivo y que forma parte de la red Arquitecturas Colectivas, realizó a principios de 2014 un estudio sobre edificios vacíos que hay en Madrid –muchos de ellos, cines y teatros históricos y otras edificaciones emblemáticas– para conocer el deseo de los ciudadanos sobre su reutilización. Además, este colectivo ha señalado que sólo en la almendra central existen 421 inmuebles vacíos.

Estos son algunos de los edificios emblemáticos vacíos a los que no se les ha dado ninguna utilidad:

Mercado de frutas y verduras de Legazpi: Este inmueble inaugurado en 1935 lleva cerrado tres décadas. Hubo un proyecto del equipo de Alberto Ruiz Gallardón para convertirlo en la sede del Gobierno de Urbanismo y Vivienda, pero al final quedó en nada. También se planteó su venta o convertirlo en un intercambiador de transportes, operaciones finalmente desestimadas. En noviembre de 2014 hubo una movilización por parte de los vecinos del distrito de Arganzuela para reclamar al Ayuntamiento su cesión y poder utilizarlo para actividades sociales y culturales, después de que fuera demolido el espacio vecinal La traba el pasado agosto.

Teatro Madrid: Este teatro, ubicado en el Barrio del Pilar, es propiedad del consistorio madrileño y a día de hoy no tiene ningún uso. La idea del ayuntamiento era sacarlo a concurso, pero no ha tenido pretendientes. Permanece en ruinas, con la cubierta caída. No se ha hecho ninguna obra, a pesar de que esa fue la primera intención de la Concejalía de las Artes.

Casa de la Carnicería: Este edificio del siglo XVII y ubicado en la Plaza Mayor fue hasta 2008 la sede de la Junta Municipal del Distrito Centro, pero hoy permanece cerrado. Está declarado BIC (Bien de Interés Cultural), pero la idea del Ayuntamiento, su propietario, no ha sido dedicarlo al uso cultural, sino convertirlo en un hotel, aunque las últimas informaciones señalan que no hay muchos hoteleros interesados en este proyecto. Ahora, la intención del consistorio es convertirlo en un centro comercial o en una tienda de ropa. Mientras tanto, sigue en desuso.

Conde-Duque: A pesar de su rehabilitación, que ha costado casi 80 millones de euros, hay salas aún sin utilizar, que podrían alojar asociaciones sociales y culturales.

Teatro Albéniz: Inaugurado en 1945, lleva cerrado desde 2009 y era propiedad del grupo Monteverde hasta que el banco Kutxabank se hizo con él a comienzos de 2014, tras salir a subasta. No tiene clasificación de Bien de Interés Cultural –le ha sido denegada por la Comunidad de Madrid, aunque hay un recurso en marcha por el cambio de la Ley de Patrimonio. En la actualidad el estado de los cimientos y el interior es bueno, según el último informe oficial y posee esculturas de enorme valor. Sin embargo, aún no se le ha dado ningún uso, pese a las reclamaciones de la plataforma Ayuda al Teatro Albéniz.

Frontón Beti-Jai: Inaugurado en 1894 y ubicado en el barrio de Chamberí, fue un frontón hasta 1918. Después pasó a ser una fábrica de vehículos, un garaje, una cárcel durante la Guerra Civil, y hasta una fábrica de escayolas en 1944. En 1999 salió a concurso y fue adquirido por la sociedad Nuevo Frontón Beti-Jai. Sin embargo, permanece vacío y en ruinas.

Como aseguran desde Todo por la praxis, aún hay muchos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) vacíos por el barrio de Malasaña, que podrían tener un uso cultural y social. Pero como afirman, “prefieren venderse a fondos buitre”, como ocurrió con el inmueble de Corredera Baja, 20, vendido en julio a la sociedad limitada Prime Cities Spain por la mitad del dinero -dos millones de euros- que se había pedido en un principio.

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