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La crisis del coronavirus pone en jaque a la industria del cochinillo y del lechazo en Castilla y León

Los cochinillos en una explotación.

Ángel Villascusa

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La crisis del coronavirus amenaza con una crisis económica de grandes proporciones. Aunque el Gobierno no ha decretado el cierre de la actividad industrial no esencial como sí ha sucedido en Italia, la industria agroalimentaria no tiene visos de verse tan afectada como otros sectores, ya que los supermercados y las tiendas de alimentación seguirán abiertos aunque se endurezcan las medidas. Sin embargo hay dos productos de Castilla y León a los que el coronavirus ha puesto en jaque: el lechazo y el cochinillo.

Con el cierre de la hostelería los ganaderos especializados en este tipo de carne se enfrentan a pérdidas millonarias. El 99% del lechazo y prácticamente el 100% del cochinillo tienen como mercado los restaurantes, por lo que se encuentran con mucho producto al que no ven posible dar salida. Desde que se decretó el cierre de la hostelería el pasado domingo, las ventas de ambas especialidades culinarias han sufrido una caída de ventas.

“Hay muchísima incertidumbre. No sabemos qué hacer con las crías; si cebarlas y que se hagan adultas, o si sacrificarlas para congelación”, resume Rosa Arranz, una ganadera segoviana dedicada a la cría de cochinillos de cerdo. Arranz señala que en su caso sí tiene la posibilidad de seguir cebando a los cerdos, pero que no es el caso de otros compañeros de profesión. “El problema lo tienen las explotaciones más pequeñas. Las cerdas están inseminadas como mínimo desde hace cuatro meses, por lo que van a seguir pariendo estos días. Muchos ganaderos se van a ver en la tesitura de decidir qué hacer con las crías cuando nazcan”, indica.

Las pérdidas económicas, aunque son difíciles de calcular de momento, se prevén millonarias. Alrededor de dos mil crías no se han sacrificado, y la semana pasada la lonja de Segovia no fijó precio de las piezas debido a la crisis. Los productores asumen que la cifra estará muy alejada de los 39 euros que suelen percibir. “No sabemos ni cuánto nos pagarán ni cuándo podremos darles salida”, explica Arranz por teléfono. Para parchear la situación el sector apuesta por la congelación y por las ayufas, mientras que las instituciones, según explicó el consejero de Agricultura, Jesus Julio Carnero, van a intentar que aumente su consumo en los supermercados.

Desde PROCOSE, la marca de garantía de calidad del cochinillo de Segovia, su gerente, José Ramón Marinero, alerta de que la semana pasada se sacrificó menos de 1/3 de lo habitual. La marca de garantía, que incluye a alrededor de cincuenta ganaderos y varios mataderos, está en contacto con la Junta de Castilla y León para buscar soluciones. Marinero apuesta por la congelación de los animales. “De los 5 mataderos, 3 tienen capacidad para congelar. Afortunadamente las congeladoras estaban vacías”, resume.

Enfocar las ventas a los supermercados y tiendas de alimentación podría ser una fórmula. La alternativa, explican los ganaderos, es más factible para el lechazo que para el cochinillo.“Es más fácil ver lechazo en los lineales de los supermercados que en los cochinillos”, explica Marinero. “Además, sabemos que esta situación tiene a todos los supermercados colapsados. Es posible que se pueda consumir algo de cochinillo en casa, pero no va a poder asumirlo todo porque se trata de un plato típico de hostelería”, cuenta el gerente.

Según explicó el consejero de Agricultura, desde el gobierno autonómico están tratando de poner en contacto a los productores con los distribuidores, para que se promocionen ambos productos en los supermercados. Una práctica, que según Carnero, ya se está haciendo en varios centros de compras. Carnero no desgranó en qué se basará la campaña de promoción ni cómo se iba a llevar a cabo. El consejero se limitó a decir que el producto tenía un precio excelente y que invitaba a los castellanos y leoneses a que lo consumiesen.

El lechazo es más sencillo de llevar a los establecimientos que el cochinillo. De hecho, en los supermercados y carnicerías de Castilla y León es habitual verlo, aunque sobre todo en navidades. Sin embargo, el presidente de la IGP protegida del lechazo de Castilla y León, José Luis Fraile, no ve una salida sencilla que no pase por la intervención directa de la Junta de Castilla y León o del Gobierno central. “Aunque se venda, el lechazo está asociado a celebraciones como Navidad o Semana Santa. Con la paralización de comuniones y bodas todo se complica. No hay que ser pesimista, pero auguramos que no va a ser fácil”, remata.

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