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Un 65% de la población de EEUU considera que las opiniones racistas son más comunes desde la elección de Trump

Varias personas participan en la 31º marcha anual en honor a Martin Luther King Jr. en Memphis, Tennessee, Estados Unidos.

Icíar Gutiérrez

Fue una de las advertencias más repetidas por organizaciones y activistas tras la llegada de Donald Trump al poder. Temían que su retórica xenófoba se tradujera en un aumento de los episodios racistas a lo largo del país. Una encuesta reciente del Pew Research Center concluye que dos tercios de la población estadounidense, el 65%, considera que se ha vuelto “más común” que la gente exprese opiniones racistas desde que Trump fue elegido presidente en noviembre de 2016. Este porcentaje se eleva al 76% y el 75% en los casos de las personas negras y latinas, respectivamente.

Cuatro de cada diez encuestados, además, piensan que este tipo de comentarios son más admisibles que antes, de acuerdo con el estudio, basado en 6.637 entrevistas realizadas a finales de enero.

Asimismo, más de la mitad de la población encuestada, un 56%, considera que el líder republicano ha empeorado con su gestión las relaciones interraciales frente al 15% que defiende que estas son mejores ahora. Esta es también la visión mayoritaria entre quienes sufren el racismo, esto es, las personas afrodecendientes, hispanas o asiáticas entrevistadas -el 73%, el 69% y el 63%, respectivamente-, en comparación con el 49% de la población blanca que lo piensa.

El dato contrasta, por otro lado, con el número de personas que creen que hubo un progreso en las relaciones interraciales cuando Barack Obama era presidente, que asciende al 37%, frente al 25% que piensa que se deterioraron. “La gran mayoría de personas negras, hispanas y asiáticas cree que el mayor problema es que la gente no ve la discriminación donde realmente existe”, defienden las investigadoras de Pew Research responsables del estudio, Juliana Menasce, Anna Brown y Kiana Cox.

Los resultados del sondeo del grupo de investigación estadounidense refuerzan los datos aportados por otras organizaciones como Southern Poverty Law Center, que han documentado el incremento de grupos que propagan el odio “contra las minorías raciales, étnicas y religiosas” por todo el país. En 2018, registraron la existencia de 1.020 grupos, frente a los 892 contabilizados en 2015. Las estadísticas del FBI analizadas por Southern Poverty Law Center concluyen que los crímenes de odio se dispararon a 7.106 en 2017, un aumento del 17%.

Otro informe publicado por Pew Research el pasado 15 de abril refleja que ha aumentado un 20% desde 2016 el número de estadounidenses que defienden que los judíos soportan discriminación en el país norteamericano. No obstante, se considera que los musulmanes enfrentan mayores dificultades que otros grupos de la sociedad: el 82% dice que quienes profesan la religión islámica son discriminados.

El 63% piensa que aún pesa el legado de la esclavitud

Cerca de seis de cada diez estadounidenses afirma que las relaciones interraciales son malas, de acuerdo con el anterior sondeo del centro estadounidense. El 71% de los encuestados negros comparte esta visión. De hecho, esta población muestra escepticismo acerca de que en algún momento vaya a alcanzar la igualdad de derechos con las personas blancas: la mitad de los afrodescendientes encuestados creen que esta opción “es demasiado improbable”.

Los datos reflejan, además, el 63% de los entrevistados considera que el legado de la esclavitud, abolida hace más de 150 años en el país norteamericano, continúa afectando a la posición de la población negra en la sociedad estadounidense actual. Esta opinión es defendida por un enorme número de encuestados negros, ocho de cada diez, que también piensan que el país no ha hecho lo suficiente para lograr la igualdad racial.

Igualmente, son mayoría los que piensan que ser negro o hispano añade dificultades a las personas a la hora de salir adelante, frente al 59% que dice que ser blanco ayuda. Sin embargo, la percepción aquí también varía entre quienes experimentan el racismo y quienes no.

Entre los que defienden que ser negro perjudica a la hora de tener oportunidades, los encuestados afrodescendientes son mucho más propensos que los blancos a señalar “la discriminación racial, menos acceso a trabajos bien remunerados y menos acceso a buenas escuelas” como razones principales. Las blancas, sin embargo, tienden a señalar “la inestabilidad familiar y la falta de buenos referentes a seguir” como obstáculos importantes para los negros.

Las cifras muestran, asimismo, que una enorme mayoría de la población racializada --alrededor de tres cuartas partes de la comunidad negra (76%) y la asiática (75%), y el 58% de la latina-, asegura haber sufrido discriminación o haber sido tratada injustamente debido a su raza u origen étnico “al menos de vez en cuando”.

El análisis del grupo de investigación estadounidense concluye que el grado de discriminación experimentada por las personas hispanas es mayor cuanto más oscura es su piel. “El color de piel más oscuro también se asocia con una mayor probabilidad a la hora de afirmar que las personas han actuado como si sospecharan de ellos, como si pensaran que no eran inteligentes, que han sido tratados injustamente en situaciones ligadas al trabajo, que han sufrido insultos o chistes o han temido por su seguridad”, sentencia Pew Research.

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