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Los vídeos del odio: soldados israelíes graban y comparten en las redes abusos contra detenidos palestinos

Soldados israelíes en la frontera con la Franja de Gaza, donde el Ejército desarrolla una ofensiva por tierra, mar y aire.

Francesca Cicardi

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Hombres palestinos con los pies y las manos atadas, con los ojos vendados, algunos de ellos desnudos. Tirados y arrastrados por el suelo, golpeados e insultados por militares israelíes. Todo está grabado en un vídeo que los propios soldados deciden difundir en internet: no buscan ocultarlo, sino alardear de sus acciones, que son visionadas y compartidas por usuarios en las redes sociales.

El vídeo circuló online después del ataque que el 7 de octubre el grupo islamista Hamás lanzó de forma sorpresiva contra el sur de Israel, provocando una ofensiva de represalia contra la Franja de Gaza por parte del Ejército israelí en la que ya han muerto más de 11.500 palestinos. Durante su asalto, Hamás mató a unos 1.200 israelíes y tomó más de 200 como rehenes.

Según la ONG con sede en Ginebra Euro-Med Monitor, los hombres que aparecen en el vídeo son civiles palestinos en la localidad de Yatta, en la zona de Hebrón, en el sur de Cisjordania. En ese territorio ocupado han sido arrestadas más de 2.800 personas desde el 7 de octubre, de acuerdo con los datos de la Sociedad de Prisioneros Palestinos, y en este tiempo también han aumentado los ataques por parte de los soldados y de los colonos israelíes contra los palestinos.

Una tendencia al alza

Los protagonistas del vídeo, según los testimonios recogidos por Euro-Med Monitor, fueron arrestados por Israel y retenidos durante dos días por el Ejército, y “sometidos a tortura y abuso deliberadamente”, con métodos que incluyen los golpes, el aislamiento y escuchar música a volumen elevado, tal y como relató el padre de uno de ellos. La ONG ha basado sus investigaciones de este caso en dos grabaciones difundidas a través de un canal de Telegram en el que los usuarios comparten una gran cantidad de imágenes e información sobre operaciones militares, tanto en Gaza como en Cisjordania, incluidas redadas y arrestos, tal y como ha comprobado elDiario.es.

En ese canal, los usuarios han ido publicando vídeos en los que se puede ver el trato vejatorio por parte de los soldados durante redadas en Cisjordania. En una grabación de esta misma semana, y aparentemente grabada desde lejos, se ven a varios hombres que son arrestados y, alguno de ellos, golpeados en la cabeza.

Una investigadora del 'Crisis Evidence Lab' de la ONG Amnistía Internacional, Milena Marin, explica a elDiario.es que es difícil geolocalizar los vídeos y fotografías que están circulando en la red, y confirmar que los hechos son posteriores al 7 de octubre. Desde esa fecha, el laboratorio está investigando una veintena de vídeos e imágenes, pero sólo ha podido verificar tres casos de torturas y maltrato por parte de soldados israelíes. La organización de derechos humanos identificó y habló con uno de los detenidos que aparecía en una imagen tomada pocos días después del ataque de Hamás, en una localidad cerca de Ramalá (Cisjordania), y el hombre explicó que primero había sido golpeado por colonos y, unas dos horas más tarde, habían llegado los militares: “Uno de los oficiales israelíes que vino se acercó a mí y me dio una patada en el costado izquierdo, luego saltó sobre mi cabeza con sus dos piernas empujando mi cara contra la suciedad [del suelo] y siguió dándome patadas mientras estaba cabeza abajo, con las manos atadas detrás de la espalda. Con un cuchillo rompió toda mi ropa y me la arrancó, menos mi ropa interior, y uso parte de mis prendas para vendarme los ojos”.

Marin dice que “los vídeos por sí solos no dicen mucho” y que desde Amnistía Internacional están “hablando con gente, recogiendo testimonios y viendo los patrones que existen” detrás de este fenómeno, incluida la posibilidad de que la violencia esté siendo promovida. Más allá de las circunstancias, la investigadora señala que las violaciones que aparecen en los vídeos son claras: “Degradar a los prisioneros, torturarlos, reírse de ellos y otras similares”.

Según la ONG, “hay una tendencia al alza: hay más vídeos e imágenes, más arrestos y más casos de torturas”. La mayor parte de ese material gráfico procede de Cisjordania. Además, en muchos casos las imágenes son tomadas por militares y esto concuerda con la norma general en los casos de abusos de derechos humanos, dice Marin: “Los perpetradores a menudo se graban a sí mismos y se muestran felices de hacerlo, incluso con abusos mucho más fuertes, como los asesinatos”.

El Ejército está al corriente

Un portavoz del Ejército israelí, el capitán Roni Kaplan, ha afirmado a elDiario.es que tienen conocimiento de los vídeos que circulan en las redes sociales y “preocupan profundamente estos casos de soldados que tienen una conducta inmoral con detenidos”. “No sólo es inmoral la conducta del soldado, sino que es deplorable y no está en línea con las órdenes del Ejército, bajo ningún concepto”, ha agregado.

Según Kaplan, “todos los casos se investigan y, en algunos casos, reservistas que fueron llamados y que filmaron este tipo de vídeos han sido expulsados y devueltos a sus casas”. Sin embargo, el portavoz no especificó cuántos de ellos han sido investigados o castigados hasta el momento.

El diario israelí Haaretz ha verificado 15 vídeos difundidos entre el 7 de octubre y el 7 de noviembre, y el Ejército israelí ha confirmado a ese periódico que cinco de los vídeos fueron grabados por uniformados durante ese periodo de tiempo. “El fenómeno existía antes de la guerra, pero ha crecido mucho desde la masacre de israelíes por parte de Hamás el 7 de octubre”, destaca Haaretz, el medio de comunicación en hebreo más reputado.

El periódico afirma que no se sabe quiénes son los palestinos que aparecen en los vídeos, pero que la mayoría parecen haber sido grabados en Cisjordania, lejos de la zona de guerra. Aparte de los vídeos en los que los soldados golpean e insultan a los detenidos, hay otros en los que les obligan a decir o hacer cosas humillantes para reírse de ellos. En un clip reproducido por Haaretz, un palestino está atado en el suelo, con una bandera israelí por encima, mientras suena una famosa canción infantil en hebreo, que los militares israelíes emplearon el 7 de octubre durante el arresto de atacantes de Hamás que se infiltraron en Israel.

Con esa misma canción de fondo, han sido filmados y publicados vídeos en los que palestinos son humillados o ciudadanos israelíes fingen ser capturados como los milicianos de Hamás. Un ejemplo de ello es la grabación que el político israelí Yinon Magal publicó en sus redes sociales, en la que se ve sus tres hijos maniatados en el asiento trasero de su coche, mientras suena la canción 'Meni mamtera'.

“Estos vídeos están totalmente en el marco de la libertad de expresión. Creo que son de mal gusto y que no son divertidos, pero no están prohibidos. No es incitación al racismo, ni a la violencia o al terrorismo”, afirma a elDiario.es Amir Fucs, un investigador sénior del Instituto para la Democracia Israelí (IDI). El experto en libertad de expresión dice que es “comprensible” que algunas de las reacciones a la masacre perpetrada por Hamás “puedan ser de mal gusto y puedan representar el odio”, debido al “trauma que los israelíes sufrieron hace más de un mes”. Según Fucs, “hacer pequeños vídeos mofándose de los terroristas es una forma de lidiar con el trauma”. “La población israelí perdió su sentido de seguridad”, añade.

Sin embargo, “es muy diferente reírse de los terroristas y del sufrimiento en Gaza. Es triste y es problemático, pero no es ilegal y es entendible de alguna forma”, dice el investigador en referencia a algunos vídeos de Instagram o TikTok en los que israelíes se mofan de los gazatíes que no tienen agua corriente o electricidad tras el bloqueo total impuesto por Israel sobre la Franja a mediados de octubre. Uno de esos vídeos lo publicó el cómico Matanel Layany, cuya cuenta de Instagram tiene más de 84.000 seguidores.

Algunos de los vídeos “cómicos” se han hecho virales en Israel, mientras que han sido muy criticados por parte de usuarios árabes y de otros países en las redes sociales. También en este caso, están amparados por la libertad de expresión, dice a elDiario.es Adam Shinar, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Reichman de Israel. “La sátira, el sarcasmo, la estupidez, la insensibilidad o las declaraciones poco éticas o inmorales suelen estar amparadas por la libertad de expresión”, detalla.

Sólo cuando los vídeos muestran actos prohibidos por la ley, como la tortura, entonces pueden ser perseguidos los perpetradores y la persona que graba y difunde las imágenes, señala Shinar, y en el caso de los militares “pueden ser acusados de 'conducta impropia de un soldado' y ser sometidos a juicio militar”. Hasta el momento, no se sabe si alguno de los protagonistas de los vídeos del odio tendrán que sentarse en el banquillo cuando acabe la guerra y la sed de venganza se apague.

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