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Palestinos convertidos en escudos humanos: cómo Hamás e Israel han utilizado a la población civil

Cuerpos de víctimas palestinas en un hospital de Jan Younis, en el sur de Gaza.

Ana Garralda

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Desde el comienzo de su ofensiva en Gaza, el Ejército israelí ha justificado el elevado número de bajas civiles (la mayoría de los cerca de 11.500 muertos) alegando que los milicianos de Hamás se esconden entre los gazatíes, utilizándolos como escudos humanos. 

Las tropas de tierra israelíes han irrumpido esta semana en el hospital Al Shifa, el principal de la Franja de Gaza, bajo la justificación de que los combatientes utilizan el recinto médico y túneles cercanos como mando de operaciones. Después de un día en el interior del complejo hospitalario, los militares dicen haber encontrado alrededor de 15 armas, munición y chalecos antibalas, supuestamente empleados por los milicianos de Hamás, pero no han ofrecido evidencias de la infraestructura subterránea del grupo.

Tanto los responsables de Al Shifa, como los portavoces del grupo armado,  han rechazado esas acusaciones, y han denunciado los ataques aéreos y de artillería contra el hospital, además del cerco terrestre. Desde el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, han afirmado que las fuerzas israelíes se atrincheraron el jueves de madrugada en los pisos subterráneos de los edificios, “tomando al personal médico y a las personas desplazadas como escudos humanos”.

Es difícil comprobar la veracidad de las afirmaciones de ambos bandos, pero en contiendas anteriores tanto Hamás como Israel han recurrido al uso de escudos humanos.

Preguntado a este respecto durante un reciente encuentro virtual con periodistas internacionales, el coronel retirado del Ejército israelí Itamar Yaar aseguró desconocer el número de veces que Hamás ha utilizado presuntamente a civiles como escudos humanos. “¿Tiene eso importancia?”, responde el militar a una pregunta de elDiario.es. “No creo que nadie pueda darle esa cifra, si ha pasado una vez, dos, tres o 14. Sabemos que Hamás ha intentado evitar que la gente se marchase al sur (tras la orden del Ejército israelí de evacuar el norte). Eso lo hemos documentado, pero no creo que nadie pueda concretar esa información”, concluye. 

Ni distinción ni proporción

“Aunque fuera cierto y una de las partes violara sus obligaciones, el Derecho Internacional Humanitario (DIH) no exime a la otra parte Israel de la suyas”, explica a este periódico Kenneth Roth, exdirector ejecutivo de Human Rights Watch. Según el abogado, los límites en el uso de civiles como escudos humanos los marcan los principios de distinción y proporcionalidad: un ejército tiene el deber de atacar únicamente al enemigo (los civiles tienen derecho a protección), incluso si eso significa enfrentar mayores riesgos para minimizar las bajas civiles. Además, debe sopesar el valor militar de cada ataque frente a las bajas civiles que probablemente resulten de él.

De acuerdo con eso, para algunos analistas, Israel habría violado el derecho internacional humanitario en varios de sus bombardeos. Entre ellos, los realizados los pasados 31 de octubre y 1 de noviembre contra zonas residenciales del campo de refugiados de Yabalia, un área densamente poblada en el norte de la Franja de Gaza. Cerca de 200 personas perecieron en el ataque y más de 700 resultaron heridas, de acuerdo con la Oficina de Comunicación del Gobierno gazatí.

El principal portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, explicó que el ataque iba dirigido contra Ibrahim Biari, un alto comandante de Hamás, y otros miembros de la milicia islamista que estaban con él en uno de los edificios, así como en dependencias del subsuelo donde Israel considera que existe una vasta red de túneles utilizados por los grupos armados palestinos.

Según Hagari, Biari fue un actor “fundamental en la planificación y ejecución del ataque del 7 de octubre” contra Israel, en el que Hamás y otras milicias de la Franja mataron a alrededor de 1.200 personas (el 70% de ellas civiles) y secuestraron a más de 200, en lo que Israel ha denunciado como “crímenes de lesa humanidad”. 

“Dado el elevado número de víctimas civiles y la escala de destrucción tras los ataques aéreos israelíes contra el campo de refugiados de Yabalia, tenemos serias preocupaciones de que se trate de ataques desproporcionados que podrían constituir crímenes de guerra”, afirmaron en la red X (antes Twitter) funcionarios de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Lo ocurrido en Yabalia es solo un ejemplo de los casos que ya están en el punto de mira de organismos internacionales y distintas ONG por vulnerar al menos dos de los seis principios que conforman la base del Derecho Internacional Humanitario: humanidad, distinción, limitación, precaución, necesidad militar y proporcionalidad. 

En este sentido, las organizaciones palestinas Al Haq, Al Mezan y el Centro Palestino de Derechos Humanos han presentado esta semana una demanda ante la Corte Penal Internacional (CPI), instando al tribunal a investigar a Israel no sólo por los posibles crímenes de guerra cometidos en Yabalia y otros lugares, sino también por “el asedio asfixiante impuesto a Gaza, el desplazamiento forzoso de su población, el uso de gases tóxicos y la negación de necesidades básicas (de la población) como alimentos, agua, combustible y electricidad”.

Esos tres grupos aspiran a que la CPI termine emitiendo órdenes de arresto contra el presidente de Israel, Isaac Herzog, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant.

El uso de escudos humanos por Israel 

Utilizar la vida de una persona para proteger, a su costa, la vida de otra durante un conflicto armado es una práctica antigua. Durante el siglo pasado, su uso se ha documentado en la Segunda Guerra Mundial, en la guerra de Corea, en la de Vietnam y en la de Somalia, entre otros. 

Durante la operación 'Libertad para Irak', en 2003, los escudos humanos fueron utilizados por el dictador iraquí Sadam Hussein en su contraataque. Incluso activistas internacionales por la paz se ofrecieron voluntariamente para ser escudos cuando miles de ellos, llegados de todo el mundo, viajaron hasta el país para frenar los ataques estadounidenses y británicos. 

La lista de conflictos en los que los contendientes han utilizado a civiles como escudos humanos es larga, especialmente en guerras asimétricas, donde existe una diferencia importante entre las armas de las que dispone cada una de las partes beligerantes. Los conflictos afgano, checheno, el israelopalestino o el de la antigua Yugoslavia son algunos ejemplos de ello. 

Por eso, cuando Israel se arroga la autoridad moral que le otorga su condición de Estado –así lo reconocen 164 de los 193 países que integran la ONU– para acusar a milicias armadas como Hamás –considerada organización terrorista por EEUU, la UE, Australia o Reino Unido, pero no por Rusia, China, Noruega o Brasil– de utilizar a civiles como escudos humanos, historiadores y especialistas en vulneraciones del Derecho Internacional despliegan raudos los informes en los que organizaciones internacionales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, o la israelí B'tselem señalan a Israel por servirse de las mismas prácticas que denuncia.

En Cisjordania

“Desde el comienzo de la ocupación en 1967, las fuerzas de seguridad israelíes han utilizado repetidamente a los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza como escudos humanos y la decisión nació de las mismas autoridades militares”, apunta un informe de B'tselem. “Como parte de esta política, los soldados ordenaron a civiles retirar objetos sospechosos de las carreteras, decirle a la gente que saliera de sus casas para que pudieran arrestarles o pararse delante de los militares para que estos disparasen utilizando sus cuerpos como protección”, según la ONG. 

En la retina quedan casos como el de Nidal Abu Mohsen, de 19 años, residente de la aldea cisjordana de Tubas, que fue asesinado a tiros por su vecino, Nasser Jarrar, cuando este le confundió con un soldado israelí después de que los uniformados obligaran al joven a golpear la puerta del morador contiguo para exigirle que se rindiera. 

Tras otros casos sonados como el Mohamed Badwan (el niño de 13 años que fue fotografiado sobre el capó de un coche de la Policía de Fronteras israelí, que le utilizó como escudo humano para evitar que unos manifestantes le lanzasen piedras), el Tribunal Superior de Justicia de Israel prohibió en 2005 la práctica, aunque el Ministerio de Defensa israelí apeló la decisión. Oficiales de las FDI, citados por el periódico israelí Yediot Aharonot, reconocieron que el uso de palestinos como escudos humanos se produjo hasta en 1.200 ocasiones en el marco de la operación israelí 'Escudo Defensivo', durante la Segunda Intifada (2000 - 2005).

En años posteriores, B'tselem y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos israelíes y palestinas documentaron nuevas violaciones del derecho internacional, si bien aseguraron que la incidencia de casos había disminuido gracias a la multitud de denuncias interpuestas ante los tribunales israelíes.

En Gaza

Durante la operación 'Plomo Fundido' en la Franja de Gaza (2008 - 2009), Amnistía Internacional o la israelí Breaking the Silence denunciaron que las FDI continuaron utilizando a civiles como escudos humanos. Según sus investigaciones, siempre basadas en testimonios, los soldados utilizaron a palestinos desarmados, incluidos niños, para proteger posiciones militares israelíes, ya fuera caminando frente a soldados armados o yendo a edificios a buscar tanto a milicianos como trampas explosivas.

De acuerdo con Amnistía Internacional, en algunos casos “las tropas israelíes obligaron a los palestinos a permanecer en una habitación mientras convertían el resto de la casa en una base para sus francotiradores, utilizando a las familias, tanto adultos como a niños, como escudos humanos y poniéndolos en riesgo”. Una acusación que fue refrendada por los relatores del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, organización que, tras la guerra, elaboró el informe 'Goldstone', considerado un hito en el territorio palestino ocupado. 

El diario británico The Guardian recopiló tres videos con testimonios de civiles sobre supuestos crímenes de guerra cometidos por soldados israelíes durante 'Plomo Fundido'incluido el uso de niños palestinos como escudos humanos. En las imágenes, tres hermanos adolescentes de la familia Al Attar afirmaron que les obligaron a punta de pistola a arrodillarse frente a los tanques para impedir que los combatientes de Hamás les disparasen, siendo además utilizados para “limpiar” casas de posibles milicianos. 

Durante la última gran operación israelí en Gaza, 'Margen Protector', en 2014, B'tselem recibió nuevamente testimonios sobre el uso de palestinos como escudos humanos por parte de los soldados. Hasta el momento, nadie en Israel ha sido procesado.

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