Una definición discriminatoria genera discriminación

¿Sabes lo que significa la palabra trapacero? Probablemente no muy bien, como nos sucede a muchos españoles, pero suena arcaico y peyorativo, y efectivamente lo es. Si buscas en la última edición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la palabra gitano, te remitirá al término trapacero:  “Que con astucias, falsedad y mentiras procura engañar a alguien en un asunto”. Se trata de una definición que atribuye una conducta negativa a un colectivo de personas solo por formar parte del mismo.

Hace ya varios años que las entidades que trabajamos para garantizar el derecho a la igualdad y a la no discriminación de la comunidad gitana estamos pidiendo a la RAE una revisión del término gitano. En la edición anterior del diccionario, la número 22, aparecía la siguiente definición: “Que estafa u obra con engaño”. En su momento, alegamos la necesidad de retirar o modificar esa acepción por considerarla peyorativa y discriminatoria hacia el conjunto de los gitanos y gitanas. La RAE nos hizo caso y la modificó, pero lo hizo solo para introducir un toque de erudición, porque sigue manteniendo la misma connotación negativa. Trapacero significa lo mismo: que estafa, que engaña o defrauda.

Es sintomático que una institución como la RAE mantenga esta definición peyorativa. Parece que no percibe que está discriminando a la comunidad gitana, no se cuestiona el impacto que tiene sobre la imagen social de una comunidad ya de por sí cargada de estereotipos negativos y prejuicios. Y luego nos preguntamos por qué la comunidad gitana es, según el Centro de Investigaciones Sociológicas y otras encuestas, el grupo social peor valorado y más rechazado en nuestra sociedad… Actos como éste contribuyen día a día a echar por tierra el esfuerzo de muchas familias gitanas y de muchas entidades sociales por dar una imagen diferente, más veraz y positiva, por distanciarse del estigma que pesa sobre las personas gitanas. Es difícil luchar contra estereotipos tan arraigados, pero todavía es más difícil si una institución reconocida como la RAE lo refuerza. Es una vulneración del derecho a la igualdad contra la que debemos luchar.

Pero no se trata solo del rol que desempeña la Real Academia Española en toda esta situación. El rechazo a esta acepción de gitano ha pasado desapercibido para la mayoría de la sociedad. En realidad no se percibe como un acto discriminatorio, se acepta, se asume, y son pocas las voces (salvo honrosas excepciones como Soledad Becerril, Defensora del Pueblo) que se han sumado a las entidades gitanas para exigir una rectificación a la RAE que elimine la connotación peyorativa asociada a los gitanos en su diccionario.

Por eso, nuestra campaña del 8 de abril 2015, Día Internacional del Pueblo Gitano, lleva como lema: “Una definición discriminatoria genera discriminación”, y es que el lenguaje no es inocente. Las entidades sociales que formamos parte del Consejo Estatal del Pueblo Gitano queremos aprovechar la celebración del 8 de abril para sumar aliados, para movilizar a la opinión pública en torno a una causa que creemos de justicia: dejemos ya de identificar al conjunto de la comunidad gitana con conductas negativas y reconozcamos la diversidad y pluralidad que existe dentro de la misma. Seamos conscientes del perjuicio que genera la reproducción de imágenes y estereotipos que finalmente conducen a la discriminación. La imagen social negativa es la causa principal de la discriminación hacia la comunidad gitana.