Los alimentos que ya han empezado a bajar de precio aunque aún no se note en la compra

El Gobierno, los grandes grupos de la distribución y, este mismo viernes, un informe de la Comisión Europea defienden que los precios de los supermercados están recogiendo la bajada del IVA a los alimentos básicos desde el 1 de enero. Fuentes conocedoras y el análisis de los datos del IPC (Índice de Precios de Consumo) y los publicados por el Ministerio de Agricultura, junto a la caída de costes como la electricidad y a la contención de los salarios en el sector, apuntan a que las fuertes subidas del cierre de 2022 facilitan que, efectivamente, este mes se note la reducción de impuestos.

Las subidas de precios en los supermercados son el principal problema económico de las familias en España actualmente. La inflación en el carrito de la compra no ha parado de acelerar en los últimos meses, en los que el IPC general sí se ha moderado, hasta ser el más contenido de toda la eurozona. Principalmente, por la bajada de la factura de luz y de los carburantes gracias a medidas como el tope al gas y a menores presiones en los mercados internacionales, totalmente distorsionados tras la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero del año pasado.

El subíndice que mide la evolución de los precios de la alimentación dentro del IPC escaló un 15,7% en diciembre, respecto al mismo mes de 2021 (10 puntos más que el IPC general), tras hacerlo otro 15,3% en noviembre, también en términos interanuales. En respuesta, el Gobierno aprobó la bajada del IVA del pan, harina, leche, huevos, queso, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales (del 4% al 0%) y de los aceites de oliva y de semillas y de las pastas (del 10% al 5%).

Con estos alimentos como referencia y según los datos del IPC que calcula el INE, si se comparan las variaciones mensuales de los precios en diciembre de 2022 respecto a diciembre de 2021, se observan subidas mucho más destacadas en 2022 que en 2021 en el aceite de oliva, arroz, leche, huevos, queso, patatas, pan, cereales de desayuno o en algunas legumbres u hortalizas. Hay otros alimentos afectados por la bajada del IVA que no presentan estos saltos extraordinarios de diciembre a noviembre respecto al del año anterior. Además, hay que tener en cuenta que estos periodos están marcados por la fuerte demanda de la campaña navideña.

Eso sí, las diferencias de hasta siete puntos en el aceite de oliva, o de cerca de cinco puntos en la leche y en el arroz entre los incrementos de 2022 y de 2021 no se pueden explicar intuitivamente por las subidas de los costes. En diciembre de 2021, la electricidad se disparó un 72% respecto al mismo mes del año anterior. En diciembre de 2022, cayó un 30,8%.

Por otra parte, en todo el pasado ejercicio, los salarios del sector del comercio apenas se elevaron un 2,62%, según lo reflejado en la actualización de los convenios que recoge el Ministerio de Trabajo. Mientras, informes como el publicado recientemente por el gabinete económico de CCOO señalan una mejora de los márgenes (la capacidad de convertir en beneficios los ingresos totales) en este mismo sector del 9,5% a cierre del tercer trimestre de 2022. Esto implica un traslado de la mayor parte del aumento de los costes a los precios finales de venta.

Dentro de la cadena de producción, esta cesta de alimentos básicos está bajo la lupa desde el 1 de enero. De hecho, el Ministerio de Agricultura, junto con el de Asuntos Económicos y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) están analizando y reforzando los instrumentos para garantizar que la bajada de impuestos llega a los precios del carrito de la compra.

El Gobierno se decantó por bajar el IVA de productos básicos después de que, en septiembre, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, plantease en elDiario.es que los supermercados pusieran a disposición de los consumidores una “cesta equilibrada y sana” a precios económicos para aliviar la presión inflacionista. De hecho, Díaz se reunió con las principales asociaciones del sector de los supermercados y de la gran distribución donde estas reclamaron que el alivio llegase a través de una rebaja de impuestos, como finalmente acabó sucediendo tres meses después. 

Tras la entrada en vigor de los nuevos tipos impositivos sobre estos productos esenciales, los distribuidores han asegurado públicamente que se comprometen a repercutir esa bajada, que es lo que supervisará el Gobierno. De momento, en cambio, no se habla de reducción de precios, a tenor de los últimos datos de IPC de diciembre. Fuentes del sector aseguran que los costes de producción siguen muy altos, tanto de energía como carburantes y materias primas. También, que “las causas del incremento de costes siguen presentes a lo largo de la cadena”.

Los datos de Agricultura

Para tomar el pulso a la cesta de la compra no solo está el IPC que elabora mensualmente el INE. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también analiza cómo evolucionan los precios de los alimentos en un escalón previo, antes de que lleguen a las tiendas donde los adquieren los consumidores. Pero son análisis diferentes, porque no son exactamente los mismos productos y variedades, lo que dificulta una comparativa plena.

En este caso, se trata de los precios medios nacionales, indicadores semanales que tienen en cuenta los productos agrarios más relevantes y que se obtienen a través de las cotizaciones registradas en los mercados -mayoristas- de mayor representatividad a nivel nacional. Por ejemplo, el precio de los cereales se mide aquí a la salida del almacén o de la industria transformadora, el aceite cuando sale de la almazara y el vino cuando sale de la bodega. 

En ese análisis semanal de precios dentro de la cadena, también se ve claramente que hay alimentos que en la recta final del año empezaron a tomar oxígeno y bajar. Algunos de ellos, como el trigo, se dispararon desde el segundo trimestre del año como consecuencia de la guerra en Ucrania. Este país es uno de los primeros exportadores mundiales de esta materia prima, lo que provocó tensiones en diferentes eslabones de la industria alimentaria.

En esa medición de precios dentro de la cadena de producción, el trigo duro panificable alcanzó su techo a la salida de almacén y entrada en la industria transformadora el pasado 31 de octubre. Entonces, rozó los 374 euros por tonelada. Desde ese día, comenzó a bajar en ese eslabón intermedio y cerró el año en 330,5 euros/tonelada. Una caída que también ha vivido el trigo duro, que entre esas mismas fechas pasó de 498 euros por tonelada a 455,3, u otros cereales, como la cebada o el maíz. Una relajación que no ha llegado a otros productos, como la mayoría de variedades de arroz. 

El análisis de precios medios que publica el Ministerio de Agricultura indica que los dos productos lácteos que mide también comenzaron a bajar en esos escalones intermedios de la cadena de la producción y la cadena alimentaria. El 23 de octubre, el suero de leche en polvo alcanzó los 105,2 euros por cada 100 kilos. Este producto, que se emplea para bebidas, dulces o productos de carne procesada, cerró el año en 91,8 euros por 100 kilogramos.

La mantequilla fue uno de los alimentos que encareció todas las cestas de las compra del pasado año. Sin embargo, en esa cadena intermedia, la variedad sin sal en bloques, que es como la publica el Ministerio, estaba en 678,6 euros por cada 100 kilogramos a finales de noviembre. Acabó diciembre de 2022 en 641,8 euros.

Otros productos no han dejado de subir antes de llegar al súper o a la tienda de barrio. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen, de entre 0,8 y 2 grados, o el virgen extra. Algunos tipos de manzana y de naranja se estabilizaron o, incluso, bajaron ligeramente en la recta final de año. Lo mismo ocurrió con la lechuga romana o la escarola, según esos precios medio nacionales. En cambio, otros vegetales como las espinacas o los champiñones, siguen subiendo.

El Ministerio de Agricultura también ha publicado la evolución de esos precios medios nacionales en las dos primeras semanas de 2023, lo que indican cómo están evolucionando sus cotizaciones en esos mercados mayoristas. Ahí, de nuevo, se siguen viendo subidas en productos como el tomate cereza o el redondo, con repuntes semanales de más de 15 euros por cada 100 kilogramos, pero también hay bajadas.

En la segunda semana de enero, comparada con la primera, se ven pasos atrás en las fresas, los calabacines (que caen 22,7 euros por cada 100 kilos), las berenjenas, el aguacate, las peras conferencia, limones, aceite de girasol y, esta vez, también en el aceite de oliva virgen, aunque está por ver si se trata de algo puntual o de un cambio de tendencia porque la cosecha no haya sido tan mala como se esperaba

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