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Hay un lobby en defensa del dinero en efectivo y estos son sus argumentos

Billetes de 20 euros.

Diego Larrouy

El año pasado se realizaron en España 3.430 millones de pagos con tarjeta, casi el doble que hace una década y un 12,6% más que un año antes, según los datos del Banco de España. Mientras, han desparecido 11.000 cajeros desde 2008 y quedan en torno a 50.000, aunque en recuperación frente a años previos. Las mejoras tecnológicas y de los nuevos sistemas de pago en el comercio parecen caminar hacia la reducción del dinero en efectivo, que además acumula mala fama por los grandes y pequeños casos de sobres, maletines y trabajos sin factura. Se han puesto en marcha iniciativas regulatorias que limitan el uso de dinero metálico como forma de lucha contra el blanqueo de capitales o la economía sumergida.

Pero todavía quedan defensores del uso de la calderilla. A nivel internacional nació en 2016 la International Currency Association (ICA) con un objetivo claro: divulgar los valores del uso del dinero en efectivo. La organización, con sede en las afueras de Londres, está inscrita en el registro de lobbies de la Comisión Europa desde el pasado año. Está compuesta por distintas organizaciones y por empresas dedicadas de una u otra manera a la gestión del dinero en efectivo. Una de esas asociaciones es la ATMIA, donde se encuentra la española Prosegur, dedicada entre otros negocios al transporte de dinero en metálico en furgones de seguridad.

La ICA publica informes y estudios donde glosa sobre las transacciones en efectivo. Entre los argumentos que se utilizan para su defensa, se encuentran que el dinero físico es “más seguro”, ya que no se ve afectado por ciberataques ni riesgos similares, como el fraude online, según figura en uno de sus informes titulado Por qué es importante el efectivo. El lobby defiende además que se trata de un método de pago universal, aceptado en todo el mundo, sin la necesidad de tecnologías o plataformas concretas. Pero su posicionamiento va más allá. En el citado documento se defiende también que es “democrático e inclusivo”, ya que se “accesible” para cualquiera, incluso para personas con problemas de visión y sin importar su clase social o su adaptación a las nuevas tecnologías.

El dinero ofrece además, según dicho documento, un respeto a la privacidad de los usuarios, mientras que las plataformas digitales de pago o las tarjetas registran sus movimientos y sus compras. Los argumentos de esta organización abordan todos los escenarios y aseguran que el efectivo daría más seguridad ante la posibilidad de que un ataque terrorista “afectara a la estructura financiera de un país”. “No es necesario poner todos los huevos en una cesta”, argumenta el informe.

Por último, entre los razonamientos que señala este lobby se encuentra que el dinero físico es más eficiente y permite a los hogares controlar mejor sus gastos. “El dinero que no sale del bolsillo es todavía más complicado de controlar”, apunta el informe en defensa del efectivo.

Esta organización está dirigida por Guillaume Lepecq, un empresario francés cuya carrera profesional ha estado ligada a esta defensa del efectivo. Él mismo ha sido el maestro de ceremonias de los congresos organizados por la ICA donde reúne a empresas de todo el mundo para hablar sobre el futuro de este tipo de pagos. El último, celebrado el pasado año en Viena, contó con la participación de Prosegur Cash, la filial de logística y gestión de dinero en efectivo de la multinacional española.

La compañía, cuando salió a bolsa el pasado año, negaba en su propio folleto de emisión de valores que el dinero en efectivo fuera a desaparecer por el impulso de los medios electrónicos. Fuentes del grupo coinciden en los argumentos de la ICA, defendiendo su eficiencia si está bien gestionado y su impacto social.

Por otro lado, es normal que Prosegur defienda el dinero en metálico. Su filial Prosegur Cash, que cotiza en la Bolsa española desde marzo de 2017, es la segunda empresa más importante del mundo por facturación en su sector. La gestión y la logística de efectivo le supuso a la compañía 1.924 millones de euros en ventas en 2017, el 45% de sus ingresos totales. Esta filial terminó el año pasado con un beneficio de 304,9 millones.

Además, consideran que pese a los avances, los estudios todavía apuntan que el uso del efectivo es mucho más importante que el de las plataformas electrónicas. Según datos del Banco Central Europeo, el 79% de los pagos en punto de venta siguen siendo en metálico en Europa y el 87% en España.

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