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Escrivá choca con el Banco de España por sus recomendación de más ajustes en las pensiones

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Miraciones, José Luis Escrivá, en una fotografía de archivo. EFE/Chema Moya

Laura Olías

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“Falta de sofisticación”. Así ha calificado el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, el análisis del Banco de España sobre el sistema público de pensiones en su informe anual de 2021. El regulador bancario considera que son necesarios ajustes en las pensiones adicionales a la reforma ya aprobada en 2021 y al segundo bloque de cambios anunciado para este año. El Banco de España recomienda “mecanismos automáticos” de ajuste, que Escrivá ha tachado de “abrumador fracaso”.

“Las reglas automáticas no funcionan en ningún sitio”, ha respondido José Luis Escrivá este jueves con evidente enfado. El responsable de la Seguridad Social ha afirmado que le ha “sorprendido” que el Banco de España recomiende incorporar este tipo de mecanismos de ajuste “dado el fracaso abrumador de las reglas automáticas en ámbito fiscal y sobre todo en el monetario, del que tienen experiencia”.

El Banco de España apunta en su informe anual la necesidad de más ajustes en el sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad en el largo plazo ante el envejecimiento de la población de las próximas décadas. El regulador recuerda que la derogación de la reforma del PP de 2013 (de las subidas del 0,25% y del factor de sostenibilidad) supondrá un aumento del gasto, que considera que no se verá compensado por el incremento de ingresos fruto de la reforma del ministro Escrivá para incentivar el retraso de la edad efectiva de jubilación y el resto de las medidas anunciadas para el segundo bloque de cambios que se aprobará este año.

“De acuerdo con las estimaciones disponibles, que incorporan las medidas recientemente adoptadas, hacer frente a los incrementos del gasto en pensiones que se derivarán del envejecimiento poblacional requerirá de nuevas actuaciones en el futuro por el lado de los ingresos, de los gastos o de ambos”, valora el Banco de España.

Oposición a las “reglas automáticas” de ajuste

Entre ellas, el regulador desliza brevemente que “podría ser conveniente valorar la introducción de mecanismos automáticos de ajuste que adapten algunos parámetros del sistema a los cambios que se produzcan en las dinámicas demográficas y económicas”.

El Banco de España no detalla qué tipo de “mecanismos automáticos” podrían aplicarse, pero en el pasado reciente hay dos ejemplos: el factor de sostenibilidad y el índice de revalorización de las pensiones de 2013, diseñados para la contención del gasto mediante una reducción de las pensiones futuras. En el primer caso, limitando las pensiones futuras en función de la evolución de la esperanza de vida y, el segundo, que impedía el crecimiento de las pensiones por encima del 0,25% ante una serie de parámetros de financiación del sistema.

La patronal CEOE también ha resucitado la idea de que es necesario un nuevo factor de sostenibilidad de las pensiones, pese a haber pactado hace menos de un año el primer bloque de la reforma de pensiones. Los empresarios, no obstante, no dieron su respaldo al mecanismo de equidad intergeneracional.

José Luis Escrivá ha rechazado las “reglas automáticas”, que ha insistido en que “está claramente demostrado que per sé tienden a fallar” y ha subrayado que la reforma ya aprobada por su equipo es “extraordinariamente sofisticada”. El ministro se ha referido en concreto al mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), que ha calificado de “semiautomático”, que implica un aumento de la cotización para incrementar los ingresos de la Seguridad Social en la próxima década y que deja para 2032 en adelante la evaluación y el diseño de nuevas medidas de ajuste, en caso de ser necesarias.  

El Ministerio de la Seguridad Social tiene pendiente la aprobación del segundo bloque de la reforma de pensiones este año, comprometida con Bruselas, con medidas como la reforma de la cotización de los trabajadores autónomos en función de sus ingresos. Tras muchos meses de compleja negociación con los agentes sociales y colectivos de autónomos, parece que finalmente solo se concretarán los primeros pasos de la reforma, hasta 2025, y se dejará para más adelante la transformación completa del sistema.

Además, todavía está por negociar otros elementos importantes de la reforma, como una revisión sobre las bases máximas de cotización, por las que los salarios más altos aporten más al sistema, y la revisión del cómputo de la vida laboral para cobrar la pensión.

Todas las miradas apuntan a este segundo elemento tras la polémica con Unidas Podemos por su rechazo a la ampliación del periodo de cómputo a los 35 años, que llegó a figurar en borradores internos del Gobierno. Finalmente, los documentos enviados a Bruselas en el Plan de Recuperación dan cuenta del aumento de este periodo, pero el ministro Escrivá ha insistido que se refiere específicamente a aquellas vidas laborales más discontinuas y para las personas a las que les beneficie esta ampliación.

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