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ANÁLISIS

Datos que cuestionan el desastre económico anunciado para Catalunya

El Barcelona Meeting Point es el primer gran test económico desde el 1-O

Belén Carreño / Marta Garijo / Antonio M. Vélez

“Escenario estresado”. Así califican los economistas al peor escenario posible dentro de una simulación de lo que puede suceder en la economía a medio plazo. En ese escenario apocalíptico, el vigilante de las cuentas públicas (la Airef) ha imaginado un futuro en el que la incertidumbre catalana impacta de forma evidente en la economía hasta dejar el crecimiento económico esperado en 2018 en un más que moderado 1,5%, frente al 2,7% que predicen las distintas casas de análisis.

Esta ha sido la guinda al pastel de predicciones penumbrosas que diferentes organismos (empezando por el Gobierno), actores sociales como la CEOE, o lobbies, como casi todas las patronales, han enviado en los últimos días. Estas cifras están aderezadas por el contador de empresas a la fuga, que el Colegio de Registradores ha decidido de forma extraordinaria actualizar a diario. Un maremágnum de datos que rodea a la opinión pública y complica aún más el análisis de la situación.

Pero ¿es esto así? ¿Ha entrado la economía catalana ya en zona de peligro? Los datos aún no lo confirman y los expertos no lo ven tan claro. Daniel Fuentes Castro, economista de AFI, cree que “conviene ser prudente a la hora de evaluar el impacto económico de eventos de riesgo político como el actual”.

Señala como precedente “las primeras estimaciones del impacto del Brexit sobre el crecimiento en el Reino Unido”, cuyos peores efectos anunciados en la economía real aún no se han llegado a materializar. En todo caso, recuerda Fuentes, “las perspectivas de crecimiento para la economía de Catalunya en el trimestre actual no son buenas”. AFI mantiene una previsión de crecimiento del 2,8% para España en 2018, aunque procederá a revisarla a la baja próximamente, “en torno a dos décimas.”

Si en las próximas semanas se recrudece el conflicto, los riesgos se pueden hacer realidad. La incertidumbre cotiza a la baja en la economía y es un elemento a tener muy en cuenta como freno para el clima económico. Pero a día de hoy las cifras no hablan de una situación aparentemente tan desbocada como transmiten algunos titulares.

Cuánto restaría a la economía una Catalunya estancada

En los modelos que manejan los expertos, si Catalunya en lugar de crecer a ritmos del 0,9% se estanca, drenaría alrededor de una o dos décimas al conjunto del crecimiento de la economía española, unos datos similares a los que maneja la Airef.

La nueva hipótesis que manejan ahora de forma más coherente el Gobierno y la Airef, con un crecimiento del 2,3%, no está tan alejada de las que manejan el resto de los organismos. El FMI publicó una mejora de la actividad económica española el 10 de octubre, varios días después del 1-O, en la que estimó que la economía crecería un 2,5%, frente al 2,4%, previsto inicialmente. Las cifras son, en cualquier caso, a un año vista, y la experiencia de la reciente crisis nos indicó que son muy susceptibles de ser superadas. 

Las bolsas apenas se mueven, la prima no sube

Las revisiones del Gobierno y los anuncios de bajada de empleo de la CEOE han hecho las veces del mantra que normalmente se utiliza en estos casos: el de la prima de riesgo y la caída de los mercados. En un primer impase, los mercados penalizaron con relativa fuerza la crisis catalana, con una caída el 4 de octubre del 2,85%, que casi recuperó en la siguiente sesión al repuntar un 2,51%. Estos vaivenes se debieron, sobre todo, a las caídas de la banca catalana que vieron que mejoraban su comportamiento en bolsa tras decidir trasladar sus sedes fuera de Catalunya. Desde la sesión previa al 1-O, la bolsa solo se ha dejado un 1,04%.

Además, la prima de riesgo cotiza hoy en los 123 puntos y se sitúa por debajo de otros países como Italia, donde está en 164 puntos, o Portugal, en 191 puntos. De hecho, la rentabilidad del bono español a diez años ha bajado desde la sesión del 29 de septiembre cuando marcaba el 1,63% hasta este martes cuando se sitúa en el 1,54%. 

Con estas cifras, se puede decir que los inversores no ven un riesgo inmediato ni en España ni en la economía catalana, cuyas empresas han cosechado numerosas subidas en bolsa solo con cambiar el domicilio social, sin desplazar por el momento a un solo efectivo.

Las empresas se van y se cuenta en tiempo real

Precisamente, la salida de las empresas es uno de los elementos que se está ondeando con más virulencia para demostrar el dramático momento que vive Catalunya. Este miércoles, el Colegio de Registradores de España volvió a actualizar el minuto y resultado de la fuga de empresas desde el lunes, 2 de octubre, con un total de 805 sociedades catalanas frente a las 43 empresas que llegaron procedentes de otras comunidades autónomas.

Algunos de esos traslados corresponden a filiales de otras sociedades que ya han anunciado su mudanza, como es el caso de Caixabank, Gas Natural (que las está moviendo a Madrid) o Abertis, que desde el miércoles ya es oficialmente objeto de una contraopa de ACS. La constructora de Florentino Pérez quiere llevarse a Alemania la sede de la concesionaria (una de las primeras en anunciar su traslado de Barcelona a Madrid) y competirá con la oferta de Atlantia (Italia).

Publicar estos datos sobre movimientos de sociedades fuera de una comunidad autónoma es una práctica absolutamente inusual (normalmente, esta información se actualiza de forma trimestral) que, según fuentes del Colegio, el organismo ha decidido llevar a cabo tras recibir “cientos de llamadas” de los medios de comunicación en los últimos días para solicitar esa información.

El pasado 11 de octubre, la Junta de Gobierno del Colegio de Registradores de España proclamó “su firme e irrenunciable compromiso de defensa de la legalidad vigente, la Constitución y los principios y valores que la inspiran” ante “la grave situación que se está viviendo en Cataluña”.

Entre las salidas conocidas este miércoles está la de la sucursal de la aseguradora Zurich Insurance, que se trasladará de Barcelona a Madrid. Entre las cotizadas, quedan todavía 17 empresas en Catalunya, tras la marcha de trece compañías en una sola semana. De esas 17, solo una (Grifols) cotiza en el Ibex 35, que hace un mes tenía siete compañías radicadas en Catalunya.

Por el momento, el impacto de estos movimientos está minimizado hasta que no se inicie un éxodo real de efectivos. La mayoría no se atreve ni a comentar esta posibilidad, pero ayer mismo Reuters publicó que Banco Sabadell baraja comenzar a trasladar empleados, y puede mover algunas direcciones de la actual sede central. Si la situación persiste, son varios los empresarios que sí reconocen que harán las maletas y abandonarán Catalunya, pero decisiones tan drásticas se tomarán pasadas unas posibles elecciones.

Se siguen vendiendo coches

En este ambiente de guerra de cifras, la Asociación Española de Fabricantes  de Automóviles y Camiones (Anfac) desmintió este miércoles que las ventas de coches en Catalunya se hayan desplomado entre un 30% y un 40% en solo 15 días, como afirmó el Gremio del Motor de Barcelona.

Según Anfac, que es la fuente oficial de este dato, durante las dos primeras semanas de octubre las matriculaciones en Catalunya “se mantienen estables” e incluso registran “una ligera subida del 0,5% si las comparamos con el mismo periodo del año 2016”, con crecimientos de los dos principales canales, particulares (1,3%) y empresas (5,9%).

En la provincia de Barcelona, que concentra el mayor volumen, “en las primeras dos semanas de este mes el mercado de turismos sube un 4,2% frente al mismo periodo del pasado año”, con un repunte del 8,1% en el canal de particulares y del 7,5% entre las empresas. En cuanto a las matriculaciones por parte de empresas alquiladoras, descienden un 37%, pero Anfac subraya que suponen “escaso volumen”.

Fuga de capitales sin cifras

Sin emitir comunicados, los bancos también desmienten que los datos que se están publicando de fuga de capitales desde entidades catalanas sean ciertos. Aunque el runrún de una estampida lleva desde prácticamente el 2 de octubre, no ha sido hasta el desliz de la ministra Dolors Montserrat en Onda Cero (asegurando que en un día se habían volatilizado 4.000 millones de euros de cuentas bancarias catalanas), cuando se ha intentando cifrar la supuesta salida de este dinero. Algunos medios han hablado de hasta 9.000 millones de euros, cifras todas ellas negadas por la banca.

Lo cierto es que datos oficiales no hay, ni en Economía ni en el Banco de España, ni los habrá nunca con el detalle suficiente para conocer la veracidad de estas filtraciones. Pero sí hay algunos elementos de contexto. Primero, que el pasado 10 de octubre se realizó una subasta de liquidez en el Banco Central Europeo en el que se pidió un número inusualmente alto para los últimos seis meses de liquidez.

Fuentes financieras aseguran que sí que esta alta demanda fue motivada por las entidades españolas pero también recuerdan que la subasta se realizaba antes de un puente, cuando es muy normal que los bancos se pertrechen de efectivo.

Normalización de la banca

En cualquier caso, la subasta venció el 17 de octubre, el dinero se devolvió con normalidad y lo que es más importante, se hizo una petición en línea con cualquier subasta de semanas anteriores. “Esto hace pensar que se ha frenado el problema”, asegura el experto de la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos.

A este economista le preocupaba que el cambio de domicilio hubiera frenado las retiradas de los temerosos a la inseguridad jurídica pero no de los que quisieran hacer un boicot a la entidad, y estas cifras hablan de una aparente normalidad.

Con todo, cabe resaltar que los bancos tienen en Catalunya depósitos por valor de casi 190.000 millones de euros, el 16% de toda España, según los datos del BDE del segundo trimestre del año que precisamente se publicaron ayer (y que habían subido en Catalunya).

El ladrillo a la expectativa

Otros sectores muy sensibles a la incertidumbre y a la inversión, como el turismo y el comercio, también han estado en el punto de mira de los titulares de estos días. Las dudas sobre el ladrillo las lanzó la Asociación de Empresas de Consultoría Inmobiliaria en un comunicado en el que aseguraba que “los últimos acontecimientos afectan gravemente el normal funcionamiento de la actividad inversora y el desarrollo de nuestro mercado inmobiliario”. 

Los datos concretos a operaciones y de la inversión todavía no se conocen, ya que, el sector maneja datos a cierre del tercer trimestre que terminó el 30 de septiembre, justo antes del referéndum convocado por el Govern. Fuentes del sector decían la semana pasada que algunas empresas que habían mostrado interés en alguna operación, estaban ahora estaban esperando a ver cómo se solucionaba la crisis antes de seguir adelante.

En el terreno de las agencias inmobiliarias, las que venden pisos directamente al gran público, no ven un gran impacto en su actividad. Fuentes de Tecnocasa señalan que su cliente principal, el que necesita comprar una casa sigue estando activo, aunque apunta que los que están pensándolo más son aquellos pequeños inversores que van a comprar algo sin que sea una necesidad principal.

Emiliano Bermúdez, subdirector de DonPiso, contó a eldiario.es la semana pasada que lo que habían notado era una bajada en el número de llamadas pidiendo información, pero que esto todavía no era alarmante.

Por lo pronto, ayer se inauguró la Barcelona Meeting Point, la principal feria del sector en Barcelona. Aunque ningún expositor se ha dado de baja, desde el Gobierno aseguran que la cifra de visitantes extranjeros ha descendido un 15%.

El turismo de hoteles, el más afectado

El turismo ha sido otro de los sectores donde puede notarse la incertidumbre de estos días. Este es el principal sector de la economía catalana al representar aproximadamente un 12% de su PIB. El principal lobby turístico, Exceltur, cifró en un 20% las reservas que se habrían cancelado hasta final de año por la incertidumbre que se ha generado. 

La cifra se basa en las respuestas de sus asociados a las encuestas de la asociación y que todavía no se han materializado sino que son en libros. Esto supondría, en el caso de materializarse, una reducción de casi 1.200 millones de euros y una rebaja de un punto del PIB turístico nacional frente al escenario previsto.

El vicepresidente de Meliá, Alfonso del Poyo, aseguró tras el 1-O que habían notado una “relevante caída de la demanda”. Tras el 1-O ha habido algunos cruceros que han desviado su ruta de Barcelona. El 4 de octubre dos barcos de la compañía Tui Cruises cambiaron su parada en Barcelona por Valencia.

Sin embargo, otros directivos del sector hotelero no ven un impacto tan fuerte. Antonio Catalán, fundador y presidente de la cadena de hoteles AC Hoteles by Marriot, cree que “el año va a terminar de forma más o menos como estaba previsto”. “El cliente día a día está funcionando exactamente igual y anulación de grupos ha habido muy pocas”, decía ayer en una entrevista en la Cadena Ser y añadía que “si este tema no dura demasiado tiempo se puede recuperar”. Catalán señalaba que Barcelona parte de una situación de ventaja frente a otros destinos y que está muy preparada, por ejemplo, para el turismo de congresos. “Lo que más ha perjudicado ha sido el día 1 con la intervención que hubo y cómo se publicó en todo el mundo”, apuntaba el directivo. 

En el caso de los apartamentos, fuentes de Friendly Rentals señalan que por ahora “no lo están notando”. La empresa tiene alrededor de 200 apartamentos en Catalunya.  También la plataforma de alquiler de pisos turísticos Homeaway apunta que no han notado en su servicio de atención al cliente un repunte especial de llamadas por cancelaciones en pisos de Barcelona.

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