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Oxfam avisa de que las grandes empresas de España “al ritmo actual” no descarbonizarán su actividad hasta 2090

IAG, la matriz de Iberia, British Arways o Vueling, produce el 23% de las emisiones de gases nocivos del total de las 50 grandes empresas españolas analizadas por Oxfam.

Daniel Yebra

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“La acción de las empresas, sobre todo de las de mayor tamaño, resulta esencial para poder frenar la emergencia climática”, destaca el último informe de Oxfam Intermón. En España, en 2022, las emisiones directas de CO2 (dióxido de carbono, el gas nocivo más presente en nuestra atmósfera) de las 50 compañías con más negocio equivalían al 40% del total de emisiones en todo el país, según los cálculos de la ONG.

“Lamentablemente, el esfuerzo climático de las grandes empresas españolas adolece de falta de contundencia y avanza a un ritmo excesivamente lento”, indica la organización. Concretamente, su informe concluye que al ritmo actual las compañías que más ingresan (31 de ellas cotizan en el Ibex 35) no descarbonizarán su actividad en 67 años, hasta 2090.

Demasiado tarde, según todos los expertos. “El tiempo se acaba: reducir drásticamente las emisiones no es una opción, es un imperativo”, incide el Banco Mundial, en la misma línea de otras tantas instituciones.

“Es imprescindible que hagan avances claros y constantes en la descarbonización de su actividad, y que transiten hacia modelos de negocio sostenibles alineados con la adaptación y mitigación del cambio climático. [...] Aunque algunas de ellas muestran un compromiso evidente, la mayoría realiza avances más bien titubeantes que no suponen una respuesta decisiva al reto climático”, continúa el informe de Oxfam.

Descarbonizar significa recudir las emisiones de carbono a la atmósfera (principalmente de CO2) hasta alcanzar las llamadas cero emisiones netas. “Este objetivo se conseguiría cuando las emisiones de gases [nocivos] de efecto invernadero (GEI) causadas por el ser humano se hayan reducido a los niveles mínimos absolutos posibles, y cualquier emisión residual restante se equilibre mediante una cantidad equivalente de absorción antropógena permanente [de los GEI] para que no puedan liberarse a la atmósfera”, explica el Banco Mundial.

Esta absorción se puede lograr mediante “soluciones tecnológicas (captura y almacenamiento directo del aire) o a través de soluciones naturales (restauración del suelo y gestión forestal mejorada)”, añade la institución internacional.

Los cálculos de Oxfam apuntan a que entre 2021 y 2022, las empresas más grandes redujeron el total de sus emisiones tan sólo un 4%. “Ciertamente, esta variación difiere mucho según el sector y la empresa. Así, mientras 27 compañías aumentaron sus emisiones en ese periodo, 23 las disminuyeron”, comenta el informe. “Es decir, el 54% de las grandes empresas analizadas siguen aumentando sus emisiones totales de CO2 a pesar de la emergencia climática”, añade.

Eso incluye tanto las emisiones propias de su actividad como las que derivan de su consumo energético y las generadas a lo largo de su cadena de valor. La reducción de las emisiones directas de este grupo de empresas se redujo aún menos: un 1,5% entre 2021 y 2022, descontando la evolución de las emisiones de la operadora de aerolíneas International Airlines Group (IAG, matriz de Iberia, British Arways o Vueling), que se dispararon tras la pandemia por la recuperación del tráfico aéreo.

“Este ritmo de reducción resulta muy lento. Tanto que, de seguir así, estas compañías no llegarían a realizar la descarbonización completa de su actividad hasta dentro de 67 años, en el año 2090”, lamenta Oxfam.

Por otra parte, “en lo que respecta a avances en sostenibilidad, tan sólo el 12% del negocio de las grandes empresas estudiadas contribuye de forma sustancial a la mitigación y adaptación al cambio climático”, observa.

Sólo una de cada cuatro grandes compañías hace un esfuerzo relevante por alinear su actividad con la lucha contra el cambio climático, frente a una amplia mayoría que no muestra avances en este sentido.

“Tampoco parece que este grupo de empresas estén apostando especialmente por transitar hacia modelos de negocio más sostenibles, ya que únicamente un tercio de su inversión está dirigida al desarrollo de actividades alineadas con la lucha contra la crisis climática. De hecho, el 53% de ellas no está haciendo nada para que su modelo de negocio contribuya a la mitigación y adaptación al cambio climático”, finaliza Oxfam.

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