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Quiénes son y por qué va a cambiar la economía la nueva Generación Z

Niños usando el iPad en la escuela | programamos

Moha Gerehou

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Si soltáramos a una persona de la Generación Z en una rueda de prensa de Mario Draghi, bazoca en mano para estimular una vez más la economía de la Unión Europea, lo primero que haría sería subir un breve vídeo a Snapchat anunciando su propia presencia en la sede del Banco Central Europeo. Durante la comparecencia, un selfie con el italiano al fondo de la imagen se haría viral entre sus seguidores de Instagram, mientras la cuenta de Twitter canalizaría algunas declaraciones del dirigente mediante los vídeos cortos de Vine.

La mayoría de ellos tal vez no entienda mucho del contenido de las medidas económicas de Draghi, pero su evolución e inminente domino del futuro exige un nuevo modelo económico que tenga en cuenta sus características, anhelos y perspectivas, diferentes a las de generaciones anteriores. Pero, antes de analizar la economía que nos proponen, ¿qué es eso de la Generación Z?

Singulares, emprendedores, irreverentes y sociales

Estos cuatro términos forman parte de los abundantes clichés para describir a esta generación, que tienen mucho de generalización y poco de científico. Lo más cercano a esto último serían sus fechas de nacimiento, y ni siquiera hay consenso, aunque se les acota entre 1993 y 1996 hasta el 2009. Deusto Business School, junto a la agencia de comunicación Atrevia, analizan en 'Generación Z, el último salto generacional' sus características, cuyo inicio común marcan en 1994, cuando Internet se establece en España. Según el informe, lo estereotipos hablan de esta generación como una que asume que el mundo se ha hecho pequeño, ha crecido con las múltiples formas de la diversidad naturalizadas y contribuye a un desarrollo imparable en el ámbito tecnológico, en la parcela democrática y en materia de derechos humanos. Esto último lo confirma un estudio de la agencia estadounidense Sparks & Honey, que concluye cómo el 60% de esta generación quiere tener una repercusión positiva sobre el mundo, superior al 39% de los millennials con el mismo objetivo.

Pero sin duda la característica inherente a los zeta es la vida hiperconectada, la constante presencia en el mundo digital que les da ser la primera generación que nació con Internet desde la cuna. Derivado de esto, en Estados Unidos se ha creado recientemente el término Fear Of Missing Out (FOMO), el miedo a perderse cosas y que se manifiesta cuando se sufre de cierta ansiedad por no saber de lo que se habla en Twitter, no haber visto lo último en Instagram o desconocer las aventuras de las amistades de Snapchat.

Business Insider le pone cifras, asegurando que el 41% del tiempo que pasan los zeta fuera de las aulas lo hacen frente a las pantallas de los ordenadores o los móviles, casi el doble que hace diez años cuando era solo un 22%. Uno de los ámbitos en los que se refleja es la educación. La compañía de marketing JWT realizó una encuesta en 2012 a jóvenes zeta en la que constató varias tendencias: el 85% buscaba toda la información online, el 33% comentaba haber recibido clases por Internet y el 32% detallaba como había compartido un proyecto con algún compañero a través de la red.

El emprendimiento es su seña de identidad

Este perfil tiene su eco en realidades como la economía. Iñaki Ortega, autor del informe elaborado conjuntamente por Deusto y Atrevia, comenta algunas de las transformaciones económicas que la Generación Z ya están implementando en la sociedad, a consecuencia de este nuevo perfil. “Su capacidad para usar la tecnología y promover cambios se traduce, por ejemplo, en la economía colaborativa. Las formas tradicionales de transporte o turismo ya están cambiando. Pero no se limitan a estos dos sectores, también se ve en las finanzas, los seguros, la educación, la energía. Al final, todos los ámbitos se van a ver influidos por una generación irreverente, que pone todo en cuestión”.

El primer factor de influencia para llevar a cabo cambios en la economía tiene que ver con su visión positiva del emprendimiento. La consultora estadounidense Millennial Branding coordinó una encuesta sobre la Generación Z en la que puso de manifiesto su espíritu emprendedor. Los resultados determinaron que el 72% de los alumnos de instituto quería abrir un negocio algún día, y que hasta un 61% de ellos prefería montar algo por su cuenta a ser un empleado por cuenta ajena.

Luis Martín Cabiedes, profesor de Iniciativa Emprendedora del IESE e inversor en startups, valora lo positivo del emprendimiento de los zeta pero pone los pies en la tierra.“Está muy bien que la gente joven lo vea como una opción profesional más, aunque soy un poco pesimista, porque crear una empresa y que tenga éxito no es tan fácil como parece, no depende solo de tener un buena idea e ilusión”.

Las empresas buscan adaptarse a ellos

El segundo factor transformador de la economía tiene que ver con el papel de los zeta en las empresas. Iñaki Ortega anuncia un cambio de paradigma, que a las grandes compañías ya no solo les vale con su nombre. “Ahora mismo, todas las grandes empresas están preocupadas porque saben que los mejores ya no van tanto hacia ellas, los jóvenes poseen nuevas inquietudes y tienen en cuenta factores que antes eran menos importantes”. Por ello, considera que “la clave está en que para ser atractivas, la empresa tienen que compartir algo con las personas de la generación zeta, como ser inclusivas, irreverentes y apostar por lo tecnológico.

En la misma línea se pronuncia Cabiedes, apuntando que actualmente “se le pide al trabajo lo mismo que a la vida no profesional. Antes teníamos como dos vidas separadas y ahora se intenta aunar en una. Los más jóvenes son mucho más abiertos, más dispuestos a compartir y transparentes. Existen menos diferencias entre la vida profesional y la personal”.

Deloitte es una de las empresas que más está apostando en España por la Generación Zeta, pero también debe hacer esfuerzos por mucho nombre que tenga la compañía. Luis López, director del área de recursos humanos de la firma lo sabe y considera que “no hay una receta fija para atraerles”, aunque sí da algunas claves que ellos aplican. “Son personas que quieren resultados muy rápidos, no piensan en lo que pueden obtener dentro de siete u ocho años sino a corto plazo. Por eso, les ofrecemos desde el momento en el que entran a hacer prácticas proyectos cortos que les motiven y enganchen”. Otra de las aspectos de los zeta es su mayor tendencia al trabajo en equipo, y eso desde las compañías también lo saben. López indica que desde Deloitte “promovemos entornos colaborativos, fomentando los trabajos en grupo”.

Por último, el aspecto tecnológico, inherente a esta generación, les convierte en los candidatos perfectos para determinados proyectos. Luis López pone el caso de la ciberseguridad, destacando que “quien va a ser mejor para trabajar en esto que alguien que haya nacido y crecido en un entorno digital, de por sí van a tener un mayor conocimiento”.

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