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Convertir Barcelona en un motor para la recuperación mundial y la nueva economía

Polígono de la Zona Franca de Barcelona.

P. Pérez

La economía mundial ha dado un giro radical. La pandemia ha servido para propulsar tecnologías que ya estaban emergiendo pero a las que no se daba tanto uso. Para adaptarse a los nuevos tiempos, las empresas tienen que adelantarse al futuro y adaptarse a la nueva revolución industrial. Desde el Consorci de la Zona Franca de Barcelona lo saben bien, y quieren dar visibilidad a la ciudad condal como motor para la nueva economía.

Y es que las empresas de la Zona Franca de Barcelona dan trabajo a 137.322 personas, según datos que la consultoría Deloitte facilitó en 2018. Además, contribuyen en más de 9.000 millones al PIB  tal y como se recoge en el mismo informe. Desde esa posición, el CZFB quiere seguir trabajando como actor fundamental y motor de la economía mundial. 

Llega una nueva revolución industrial, la llamada industria 4.0 en la que el internet de las cosas juega un papel fundamental. Y en este nuevo escenario, la Zona Franca será la protagonista. La nueva industria que proyectan desde el Consorci deberá basarse en la sostenibilidad y la innovación, y tendrá la función de generar ocupación de calidad en beneficio de la igualdad de oportunidades para propiciar una buena cohesión social y territorial. “Queremos ayudar a las organizaciones a dar el salto en soluciones sostenibles, anticipando así lo que quiere el consumidor y contribuyendo a construir un futuro mejor”, explica Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona.

“Desde el CZFB queremos ayudar a dibujar el país del futuro en base a la nueva economía y, por ello, fabricamos oportunidades para impulsar a las empresas a aprovechar sinergias y a superar los retos que presenta la nueva revolución industrial”, cuenta Navarro. 

Impresión 3D

Oportunidades como el 3DFactory, un vivero para empresas de impresiones 3D, que pone al alcance de las empresas la tecnología necesaria para poder desarrollar sus proyectos en un total de 600 metros cuadrados que están en fase de ampliación para acoger nuevos proyectos. Una incubadora que pone a disposición de sus usuarios zonas de coworking, oficinas, laboratorios y áreas de entrenamiento o salas de reunión. 

42 empresas ya han tenido la oportunidad de arrancar en este espacio, que proporciona la tecnología y las herramientas necesarias para emprender dentro de un nuevo marco tecnológico cada vez más exigente y específico. Pero desde el Consorci esperan que en 2024, sean 100 las compañías que hayan podido aprovechar las instalaciones. 

Para 2021, el Consorci de la Zona Franca prepara la apertura del hub tecnológico DFactory BCN. Un espacio de 17.000 metros cuadrados en el que se han invertido 17 millones de euros, y que acogerá a empresas que quieran establecerse en Barcelona para llevar a cabo actividades de la industria 4.0.

El gran hito de 2020

El BNEW ha sido un claro ejemplo del potencial de la Zona Franca. En esta feria innovadora y disruptiva se han generado 23.271 contactos de negocio mediante networking 100% virtual utilizando inteligencia artificial, lo que convierte a Barcelona en la capital mundial de la recuperación y la nueva economía. Además, en la feria se realizaron 23.271 encuentros virtuales. 

“El BNEW ha superado todos los objetivos que nos fijamos cuando lo creamos poniendo en contacto a profesionales del sector de la logística, el eCommerce, el real estate, las zonas económicas y la industria digital de cualquier parte del mundo”, se alegraba Sorigué.

Pese a que un 90% de los participantes de la feria asistieron de forma digital, el BNEW también tenía una fuerte presencia física. Gracias a la colaboración público-privada, tres edificios emblemáticos de la ciudad albergaron las distintas charlas, ponencias y debates que llenaron las horas de contenido. La Estación de Francia, el Movistar Centre y la Casa SEAT, fueron los emplazamientos elegidos para la ocasión. El Consorci de la Zona Franca de Barcelona también impulsa espacios para el desarrollo productivo y la transferencia tecnológica. 

BNEW ha sido una iniciativa público-privada con una inversión de dos millones de euros. Ha generado 140 empleos de forma directa y 550 de manera indirecta y en ella han participado 37 empresas patrocinadoras y se han realizado más de 50 acuerdos con clusters sectoriales a escala global. Todo ello dentro, además, de un evento totalmente sostenible. Y es que el Consorci quiere fomentar una nueva forma de hacer eventos: “Para nosotros, como entidad pública, es también imprescindible ejercer de ejemplo en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el ámbito de la empresa y la industria”, explicaba Navarro.

Por eso, desde el Consorci van a seguir trabajando para mantener el rol de motor de la nueva economía que Barcelona ya tiene, apoyando a las empresas en su desarrollo tecnológico y la apuesta por un mundo sostenible. “Somos conscientes del potencial que tiene Barcelona para liderar el desarrollo de la nueva economía y queremos acompañar a las empresas de nuestro entorno en este camino de transformación y, a la vez, contribuir a potenciar y visibilizar la imagen de Barcelona a nivel mundial”, asegura Sorigué.

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