“Cinco años después, seguimos sin estar diagnosticados, ni atendidos. Vemos cómo se nos pasa a la vida”. Isabelle Delgado, afectada por COVID persistente y representante de la asociación en la que se agrupan los afectados por esta dolencia, Long COVID Euskal Herria, ha relatado de nuevo en en el Parlamento Vasco el calvario al que se enfrentan cada día sin que sean capaces de encontrar una solución desde la medicina. “La mayoría de los afectados sigue sin estar diagnosticado”, lamenta, porque sufren sintomatologías muy diferentes que los médicos no saben cómo tratar, ha asegurado. Eso hace muy difícil tener un registro de cuántas son las personas afectadas en estos momentos en Euskadi, aunque 1.500 han solicitado la incapacidad permamente por esta cuestión, de las que sólo se ha concedido a 150, según ha relatado la representante de la asociación.
En su intervención en la comisión de Salud del Parlamento Vasco, realizada protegida con mascarilla, Delgado ha valorado como una noticia positiva el anuncio que realizó el pasado jueves el consejero de Salud, Alberto Martínez, de que el hospital de Basurto contará con unidad de COVID persistente a partir de este mes de febrero, que comenzará a atender pacientes a partir del día 26. Sin embargo, ha preferido ser prudente sobre el resultado que tendrá y se ha preguntado “qué pacientes son los que se van a derivar a esa unidad cuando cuesta tanto tener un diagnóstico” Además, ha señalado que no hay médicos especialistas en la dolencia, lo que supone una dificultad añadida. De hecho, ha recordado que el Departamento de Salud ha sido siempre hasta ahora reacio a poner en marcha una unidad específica por esta falta de especialización. La unidad de Basurto estará en principio ligada a neurología, aunque será una interdisciplinar.
A la espera de los resultados de esta nueva unidad, cuya puesta en marcha es “un motivo de alegría”, ha recordado que han pasado cinco años del inicio de la pandemia y aunque para la ciencia sea un “periodo corto” para los que sufren la enfermedad es ya un periodo muy largo en el que sienten “abandonados y fuera del sistema”, sin que se les dé solución médica ni tampoco otro tipo de ayudas. En este sentido, ha señalado que no tienen ningún seguimiento emocional, ni tampoco ayudas económicas. “Nosotros vemos cómo se nos pasa la vida, pero la vida sigue y hay que pagar facturas”, describen.
Ha recordado que no es fácil conseguir una incapacidad laboral permanente pero están incapacitados para trabajar. “Y no hay créditos para personas enfermas”, ha lamentado. Delgado ha recordado que no hay ningún afectado que se haya curado del todo. “Se pasan unos síntomas pero vienen otros”, dice. “Cinco años me lleva diciendo mi médico 'creo que te vas curar muy pronto'”.
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