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Sobre este blog

En este espacio se cuentan 27 historias de personas que han sido o siguen siendo usuarias de los servicios públicos forales encargados de favorecer la inclusión social de la Diputación de Bizkaia. Los testimonios figuran en un libro editado por el Departamento Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación. Conviene asomarse a estas historias de vida de tanta gente que se queda en las orillas de una sociedad que va demasiado deprisa y mira pocas veces hacia quienes deja a sus costados. Los testimonios han sido transcritos con austeridad narrativa, tratando de respetar su tono. Se han respetado también algunas expresiones de jerga que utilizaron mientras se animaban, hacían chistes de su vida, miraban al techo o se emocionaban al borde de la lágrima. El objetivo de la obra es ofrecer ejemplos del destino que se da al dinero público y los efectos beneficiosos que esta inversión tiene en las personas de nuestro territorio, personas que se encuentran en alto grado de vulnerabilidad social.

“Mi alcohol ha sido siempre la cerveza. No he bebido otra cosa”

Un camarero tira una caña de cerveza.

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Dioni. 54 años. Bilbao

Éramos cuatro hermanos. Uno ha fallecido recientemente. Vivíamos en San Francisco y yo iba a las escuelas de la plaza del Corazón de María. Me metieron a una academia para hacer las tareas del colegio y la directora me invitó a aprender mecanografía. Me gustó tanto, tanto que con 14 años salí de la academia porque encontré trabajo de oficinista. Era una empresa de textiles, ropa, etc.

Empecé a tener dinero y a hacer vida por ahí. Mi alcohol ha sido siempre la cerveza. No he bebido otra cosa que cerveza. He sido alcohólico de cerveza. Toda la vida tomando cerveza. Ni copas, ni  vino.  Solo  algún  Pico  Plata  y el rosly después de comer. El resto cerveza.

Sin trabajo

Yo ya notaba que cada vez bebía más. Al ir al servicio militar en Colmenar Viejo y en Fuencarral perdí el trabajo y ahí fue cuando empezó mi problema de alcohólico.

Cuando volví ya empecé a darle a la cerveza en cantidad. Mi padre me dijo que me buscaría la vida y empecé a subir sacos de patatas en el mercado de La Ribera aunque más tarde me pasé a Mercabilbao, que pagaban mejor. Hacía pedidos por el Casco Viejo, llevaba cajas de pescado y otros pero  le seguía dando a la cerveza. Sin embargo, el trabajo no lo perdí por el alcohol, porque tenía mucho cuidado de no beber los domingos por la tarde, ni entre semana. Me ponía ciego los fines de semana pero el lunes llegaba bien.

La crisis

A los 22 años tuve una pancreatitis y estuve tres meses ingresado. Me dijo el doctor: “La próxima vez igual no llegas a tiempo”. Ya no volví a trabajar, tampoco había trabajo. A raíz de fallecer mi madre las cosas se fueron torciendo todavía más. Mi padre me presionaba y un día se mosqueó del todo y me encontré las maletas en la puerta

La calle

Estuve un par de años viviendo en la calle hasta que vinieron dos educadores y me metieron en el albergue de Mazarredo. Cuando estás en la calle es lo peor. De día porque ves gente, pero de noche tienes que estar con los dos ojos abiertos, es imposible dormir. No tienes higiene, vas hecho una mierda. Después de Mazarredo vine a la asociación, hace unos cinco años. Ahora vivo en un albergue en Rekalde y tengo mi vida organizada. Después de lo que he pasado, ahora estoy en la gloria, protegido, tranquilo. Ahora me encuentro seguro, me he tropezado con gente buena, estoy ayudado y arropado.

Con mi familia he  vuelto a recuperar el contacto, como si no hubiera pasado nada. Al principio nos veíamos por la  calle  y  luego fueron ellos quienes vinieron. No tengo relación ni mala ni buena. Hacemos una charla, damos  una vueltita y ya. Uno de mis hermanos vive con el padre y los otros están casados.

Dioni.54 urte. Bilbo

Lau anaia ginen. Bat hil da duela gutxi. San Frantziskon bizi ginen, eta ni Mariaren Bihotzaren plazako eskoletara joaten nint-zen. Akademia batean sartu ninduten eskolako etxerako lanak egiteko, eta zuzendariak animatu ninduen mekanografia ikastera. Hain gustuko izan nuen, non 14 urterekin akademiatik irten bainintzen, bulegari-lana aurkitu nuelako. Ehungintzako enpresa batean, arropa eta…

Dirua edukitzen hasi nintzen, eta hor zehar ibiltzen. Garagardoa izan da beti nire alkohola. Ez dut besterik edan. Zerbezaren alkoholikoa izan naiz. Bizitza osoan garagardoa hartzen. Ez koparik, ez ardorik. Bakarrik Pico Pla- taren bat, eta bazkalosteko roslya. Gai- nerakoa, garagardoa.

Lanik gabe

Konturatzen nintzen gero eta  gehiago edaten nuela. Colmenar Viejon eta Fuencarralen soldadutza egitera joatean, lana galdu, eta han hasi zen nire alkoholismo-arazoa.

Itzultzean, garagardoari erruz ematen hasi nintzen. Aitak esan zidan bizibidea bilatzeko, eta zakuak igotzen hasi nintzen Erriberako merkatuan; gero Mercabilbaora, han hobeto ordaintzen baitzuten. Enkarguak eramaten nituen Zazpi Kaleetan; arrainkutxak eroaten nituen, eta abar, baina jarraitzen nuen garagardoari lotua. Dena den, lana ez nuen alkoholagatik galdu, kontu handia izaten bainuen igande arratsal- deetan eta lanegunetan ez edaten. Kristoren aitzurrak hartzen nituen asteburuetan, baina astelehenetan ondo egoten nintzen.

Krisia

22 urterekin, pankreatitis bat izan nuen, eta hiru hilabetez izan nintzen ospitalean. Doktoreak esan zidan: “Hu- rrengoan agian ez zara garaiz iritsiko”. Ez nintzen lanera itzuli, lanik ere ez zegoen. Ama hil, eta gauzak areago joan ziren okertzen. Aitak bultzatzen ninduen, eta egun batean guztiz hase- rretu, eta kale gorrian geratu nintzen.

Kalea

Bi urte eman nituen kalean bizitzen, bi hezitzaile etorri eta Mazarredoko ater- pean sartu ninduten arte. Okerrena da kalean zaudenean. Egunez, jendea ikusten duzulako, baina gauez… begiak zabal-zabalik izan behar dituzu, ezin lorik egin. Ez duzu higienerik; kaka bat eginda joaten zara.

Mazarredoren ostean, elkartera etorri nintzen, duela bost urte. Orain Errekaldeko aterpe batean bizi naiz, eta bizimodua antolatua dut. Pasatu dudanaren ondoren, orain eztitan nago, babestuta, lasai. Orain, seguru sentit- zen naiz, jende onarekin egin dut topo, lagunduta eta babestuta nago.

Berriro hartu dut kontaktua familiarekin, ezer gertatu izan ez balitz bezala. Hasieran kalean ikusten genuen elkar, eta gero haiek etorri ziren niregana. Harremana ez da ez ona ez txarra. Hitz-aspertu bat, buelta bat eman, eta kito. Anaia bat aitarekin bizi da, eta beste biak ezkonduta daude.

Sobre este blog

En este espacio se cuentan 27 historias de personas que han sido o siguen siendo usuarias de los servicios públicos forales encargados de favorecer la inclusión social de la Diputación de Bizkaia. Los testimonios figuran en un libro editado por el Departamento Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación. Conviene asomarse a estas historias de vida de tanta gente que se queda en las orillas de una sociedad que va demasiado deprisa y mira pocas veces hacia quienes deja a sus costados. Los testimonios han sido transcritos con austeridad narrativa, tratando de respetar su tono. Se han respetado también algunas expresiones de jerga que utilizaron mientras se animaban, hacían chistes de su vida, miraban al techo o se emocionaban al borde de la lágrima. El objetivo de la obra es ofrecer ejemplos del destino que se da al dinero público y los efectos beneficiosos que esta inversión tiene en las personas de nuestro territorio, personas que se encuentran en alto grado de vulnerabilidad social.

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