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Sobre este blog

En este espacio se cuentan 27 historias de personas que han sido o siguen siendo usuarias de los servicios públicos forales encargados de favorecer la inclusión social de la Diputación de Bizkaia. Los testimonios figuran en un libro editado por el Departamento Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación. Conviene asomarse a estas historias de vida de tanta gente que se queda en las orillas de una sociedad que va demasiado deprisa y mira pocas veces hacia quienes deja a sus costados. Los testimonios han sido transcritos con austeridad narrativa, tratando de respetar su tono. Se han respetado también algunas expresiones de jerga que utilizaron mientras se animaban, hacían chistes de su vida, miraban al techo o se emocionaban al borde de la lágrima. El objetivo de la obra es ofrecer ejemplos del destino que se da al dinero público y los efectos beneficiosos que esta inversión tiene en las personas de nuestro territorio, personas que se encuentran en alto grado de vulnerabilidad social.

“Estás en un mundo en el que solo ves lo que te interesa, que es la droga”

Catalunya, ante un repunte del consumo de cocaína

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José Ignacio

José Ignacio59 años. Barakaldo

Empecé a consumir drogas después de la mili, que hice en Valencia. Vivía con mi padre y mi madre en Barakaldo, con toda normalidad. Terminé el bachillerato elemental que es como se llamaba antes. Hice electricista en los Salesianos y soy delineante proyectista que estudié después en una academia. También he trabajado, primero en una calderería en Zorroza y luego en Altos Hornos.

Vivíamos el ambiente juvenil de los años 70 y todos queríamos experimentar sensaciones nuevas, parecía que estaba en el ambiente. Empecé por el hachís y el siguiente paso fue consumir heroína, que ha sido mi problema de toda mi vida. Con intervalos de consumo y de rehabilitación, he estado enganchado desde los 23 años, aunque llevo ya bastantes sin consumir.

La droga o la vida

Yo he estado consumiendo muchos años, pero el problema de las drogas es que te van comiendo la vida sin darte cuenta. Primero pasas el tiempo buscando el dinero para comprarlas, luego buscando quién te las venda y luego consumiéndolas, y así día tras día, año tras año. Estás en un mundo que solo ves lo que te interesa, que es la droga. Y eso que yo no tenía muchos problemas de dinero. Mi padre trabajaba en General Eléctrica y ganaba bien, además puso un negocio con mi tío y les iba muy bien, así que yo no tenía muchas dificultades para conseguir dinero. Ahora miro atrás y me doy cuenta de que he gastado muchísimos millones.

Al terminar la mili salía con una mujer y fue el consumo lo que nos separó. Me quería y tuvo mucha paciencia conmigo, se merecía una vida mejor que la que le estaba dando yo. Ella estaba enamoradísima. Un día nos fuimos de vacaciones con mis padres y yo andaba con el mono, pidiéndole todos los días dinero a mi madre, que me dijo: “¿Para qué quieres tanto dinero todos los días?”. Fue entonces cuando les dije que consumía y decidieron ingresarme en un centro de rehabilitación. Mis padres nunca me abandonaron. Vinieron a verme incluso a Bélgica. En realidad a mi familia le he hecho mucho daño, pero nunca la he perdido. Aquella mujer me aguantó también mucho. No sé lo que será ahora de ella, pero sí sé que perdió conmigo muchos años de su vida.

Altibajos

He estado en bastantes centros de rehabilitación y he hecho varios tratamientos, pero la heroína atrae mucho. La sensación de placer y bienestar es fuerte y muy engañosa porque no es ni placer ni bienestar, es una tontería, porque en cuanto se pasa el efecto, estás muy jodido con el síndrome de abstinencia. Por eso, si no tienes mucha fuerza de voluntad casi todo el mundo vuelve.

Es cierto que hasta que no tocas fondo no sales. En el primer momento me empujaron mis padres. Después tuve un coma hepático y a partir de entonces lo he intentado muchas veces, estás un año sin consumir, luego vuelves... somos gente con muchos altibajos. Ese es el problema que tenemos. Yo sé que soy un adicto y estoy tratando ya de no consumir. Llevo años sin hacerlo y vengo aquí, a este centro de día, tres días o cuatro a la semana. Estoy bien, pero venir me ayuda. No tengo miedo, pero sé que hay que tener precaución y estar siempre alerta porque, si te descuidas, se puede caer el castillo de naipes y tienes que volver a empezar otra vez.

José Ignacio

José Ignacio59 urte. Barakaldo

Drogak kontsumitzen hasi nintzen soldadutzaren ondoren (Valentzian egin nuen). Gurasoekin bizi nintzen Barakaldon, normal-normal. Oinarrizko batxilergoa bukatu nuen; hala deitzen zen lehen. Argiketari-ikasketak egin nituen, Salestarrekin, eta delineatzaile proiektugilea naiz, gero akademia batean ikasi bainuen. Lan ere egin dut: lehen Zorrotzako galdaragintza batean, eta gero Labe Garaietan.

70eko hamarkadako gazte giroa bizi genuen, eta denok sentsazio berriak esperimentatu nahi genituen, giroan zegoen, nonbait. Haxixarekin hasi nintzen, eta hurrengoa izan zen heroina kontsumitzen hastea; huraxe izan da nire arazoa bizitza osoan. Tarteka kontsumitzen, tarteka errehabilitazioan: 23 urte nituenetik egon naiz engantxatuta, baina uste asko daramatzat kontsumitu gabe.

Droga ala bizia

Urte askoan kontsumitzen ibili naiz, baina drogen arazoa da bizia jaten ari zaizkizula zu ohartu ere egin gabe; lehenago, denbora pasatzen duzu drogak erosteko dirua bilatzen; gero, bilatzen nork saldu; eta, gero, kontsumitzen: horrela, egunez egun, urtez urte. Zauden mundu horretan interesatzen zaizuna baino ez duzu ikusten: droga. Eta, gaitzerdi, ez nuen arazo handirik diruarekin. Aitak General Elec- trican egiten zuen lan, eta ondo irabazten zuen; gainera, negozio bat jarri zuen gure osabarekin, eta ondo zihoakien; hala, ez nuen zailtasun handirik izaten dirua lortzeko. Orain, atzera begiratzean, ohartzen naiz milioiak eta milioiak gastatu ditudala.

Soldadutza amaitzean, emakume batekin irteten nintzen, baina kont- sumoak banandu gintuen. Oso maite ninduen, eta egonarri handia izan zuen nirekin; ematen ari nintzaiona baino bizitza hobea merezi zuen. Oso maiteminduta zegoen. Behin, oporretara joan ginen gurasoekin, eta abstinentziak jota nengoen; egunero eskatzen nion dirua amari, eta halaxe esan zidan hark: “Zertarako nahi duzu hain beste diru egunero?”. Orduantxe esan nien kontsumitzen nuela, eta erabaki zuten errehabilitazio-zentro batean sartzea. Gurasoek ez ninduten inoiz abandonatu. Ikustera etorri zitzaizkidan Belgikaraino ere. Benetan, kalte handia egin diet, baina ez ditut inoiz galdu. Emakume hark ere asko jasan zuen. Ez dakit nondik nora dabilen orain, baina bai bere bizitzako urte asko galdu zituela nirekin.

Gorabeherak

Hainbat errehabilitazio-zentrotan egon naiz, eta hainbat tratamendu egin ditut, baina heroinak oso tira handia du. Plazer eta ongizate sentsazioa oso indartsua da, eta oso engainagarria, ez baita ez plazer ez ongizatea, tontakeria bat da: efektua joaten denean oso izorratuta zaude abstinentzia-sindromearekin. Horregatik, oso borondate sendoa izan ezean, ia guz- tiak bueltatzen dira.

Egia da behea jo arte ez zarela ateratzen. Hasieran, gurasoek bultzatu ninduten. Gero, koma hepatiko bat izan nuen, eta geroztik sarritan saiatu naiz: urtebete kontsumitu gabe, gero berri- ro kontsumitu… gorabehera handiak izaten ditugu. Arazo hori daukagu.

Badakit adiktoa naizela, eta ahalegintzen ari nazi ez kontsumitzen. Urteak daramatzat kontsumitu gabe, eta hona, eguneko zentro honetara etortzen naiz, astean hiruzpalau egunetan. Ondo nago, baina etortzeak laguntzen dit. Ez naiz beldur, baina badakit ten- tuz ibili beharra dagoela, eta beti erne egon; oharkabetuz gero, karta-gazte- lua eror daiteke, eta ostera ere hasi behar duzu.

Sobre este blog

En este espacio se cuentan 27 historias de personas que han sido o siguen siendo usuarias de los servicios públicos forales encargados de favorecer la inclusión social de la Diputación de Bizkaia. Los testimonios figuran en un libro editado por el Departamento Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación. Conviene asomarse a estas historias de vida de tanta gente que se queda en las orillas de una sociedad que va demasiado deprisa y mira pocas veces hacia quienes deja a sus costados. Los testimonios han sido transcritos con austeridad narrativa, tratando de respetar su tono. Se han respetado también algunas expresiones de jerga que utilizaron mientras se animaban, hacían chistes de su vida, miraban al techo o se emocionaban al borde de la lágrima. El objetivo de la obra es ofrecer ejemplos del destino que se da al dinero público y los efectos beneficiosos que esta inversión tiene en las personas de nuestro territorio, personas que se encuentran en alto grado de vulnerabilidad social.

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