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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Una elegante mascarada

Estas cosas de boato y ceremonia siempre se organizan a beneficio de alguien. Y parece que el objetivo esta vez era dejar claro que salimos del túnel, que la situación mejora, que la economía se recupera poco a poco; que sí, que falta aún mucho por hacer, pero que estamos en ello y en la buena dirección aunque las cifras del paro no lo reflejen todavía.

¿Les suena el mensaje? ¿No nos dijo algo parecido el presidente del Gobierno Mariano Rajoy en su discurso de 'alicia-en-el-país-de-las-maravillas' (versión libre del estado de la nación). Bueno, pues han venido a confirmarlo las voces más autorizadas de entre esas voces que dictan lo que hay que hacer en economía (lo que vulgarmente algunos llaman los hombres de negro). Y eso, claro, le beneficia al PP.

La elegante mascarada en el Guggenheim bajo el rimbombante título Foro Económico Global España 2014 (Global Forum Spain –¡cómo le gusta lo de Spain al PP!), ha dejado apuntes sin desperdicio.

Ahí esta la voz de la directora gerente el Fondo Monetario Internacional (FMI) Chirstine Lagarde, pidiendo que se profundice en la reforma laboral. Ahí queda la reflexión del presidente del BBVA Francisco González sugiriendo que haber adelantado esa reforma (terrible para los derechos de los trabajadores) al año 2008 habría permitido “salvar” un millón de puestos de trabajo. Ahí está el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, contando que hay que tener “valentía política” para hacer mas ajustes porque sólo así se podrá mantener el estado del bienestar...

Más o menos, siete horas de discursos. Todos ellos plagados de mensajes y de avisos, pero que ni despejan el futuro ni reducen la incertidumbre con la que convivimos la mayoría de los ciudadanos. Es más, algunos creemos, incluso, que hoy tenemos más motivos para la desesperanza. Si las voces autorizadas en el ámbito económico mundial ensalzan con todo tipo de parabienes unas políticas que nos han hecho más pobres y más desiguales, ¿qué nos pueden estar preparando para los próximos meses?

Dudo mucho de que se escuche la alerta que quiso poner sobre el escenario el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuando recordó que “Europa ha sido un modelo de economía humanista y solidaria. Centrada en las personas. No podemos dejar de ser ese referente para el resto del mundo”. Me temo que no están por hacerle caso. Me temo lo peor. Y eso a pesar de que muchos ciudadanos quisieron expresar pacíficamente en la calle su rechazo a unas decisiones que han ignorado el sufrimiento de los miles de personas que las padecen. Ciudadanos que se manifestaron en Bilbao la víspera del foro mundial y el mismo día de su celebración y que se han visto perjudicados por la violencia de uno grupo de encapuchados.

¿Hasta cuando vamos a tener que soportar las iras perfectamente organizadas de estos maleantes? ¿Por qué la legítima indignación contra una serie de políticas injustas se tiene que ver contaminada por la violencia? ¿Qué lleva a la plataforma Gune , convocante de la marcha reventada por los encapuchados, a ser tan exquisitamente parca con quienes nos han aguado una fiesta democrática? ¿Solo se les ocurre decir que no tienen nada que ver con los protagonistas de los incidentes? ¿Ni siquiera les avergüenza lo ocurrido?

Preguntas que, como siempre, se quedan sin respuesta o, a lo peor, se sitúan como parte de un contexto. En fin, una pena. No parece que ese gran foro mundial haya contribuido, ni por dentro ni por fuera, a darnos alguna tranquilidad respecto al futuro que nos espera.

Estas cosas de boato y ceremonia siempre se organizan a beneficio de alguien. Y parece que el objetivo esta vez era dejar claro que salimos del túnel, que la situación mejora, que la economía se recupera poco a poco; que sí, que falta aún mucho por hacer, pero que estamos en ello y en la buena dirección aunque las cifras del paro no lo reflejen todavía.

¿Les suena el mensaje? ¿No nos dijo algo parecido el presidente del Gobierno Mariano Rajoy en su discurso de 'alicia-en-el-país-de-las-maravillas' (versión libre del estado de la nación). Bueno, pues han venido a confirmarlo las voces más autorizadas de entre esas voces que dictan lo que hay que hacer en economía (lo que vulgarmente algunos llaman los hombres de negro). Y eso, claro, le beneficia al PP.