Crece el numero de malienses abocados a pernoctar en la calle en Vitoria y denuncian la pasividad municipal

Iker Rioja Andueza

Vitoria —
13 de agosto de 2025 10:41 h

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En los últimos días, en la zona de Vitoria próxima a las oficinas compartidas de CEAR y Zehar Errefuxiatuekin, se ha incrementado la presencia de migrantes procedentes de Malí, pero también de otros países como Nigeria o Mauritania, que precisan de ayuda básica de subsistencia. Si eran una docena hace un par de semanas ahora son ya más de medio centenar, según explican desde Zehar Errefuxiatuekin, que lamenta que las instituciones locales, en particular el Ayuntamiento, están haciendo oídos sordos a sus llamamientos para poder buscar una salida temporal a este colectivo abocado a pernoctar en la calle y a pasar todo el día también a la intemperie en plena ola de calor. “Desde la entidad pedimos que se aseguren los derechos de las personas solicitantes de protección internacional y su derecho a la acogida”, señalan.

Se trata de un fenómeno que se detectó hace semanas en Donostia. Allí, la asociación vecinal de Amara Berri organizó una acogida informal con repartos de comida y cobertura de otras necesidades básicas que se transformó en una convivencia natural que incluso derivó en conciertos y otras actividades sociales. En Vitoria también están teniendo un “comportamiento ejemplar”, recalcan en Zehar Errefuxiatuekin.

La pasada semana se comunicó que las instituciones habían articulado una derivación de medio centenar de estas personas a un centro en Oñati. Allí hay ya también al menos ocho más derivadas desde Vitoria, indican las fuentes consultados. Este recurso tiene un centenar de camas. El centro de Zehar Errefuxiatuekin en Tolosa, también en Gipuzkoa, ha sido reabierto este verano y su treintena de plazas ya está completa exclusivamente con varones jóvenes con origen en Malí.

Francia se ha convertido en un tapón para estos migrantes, tanto por las devoluciones en caliente que existen desde hace años en la frontera de Irún y Hendaya como por el entorno hostil para determinadas nacionalidades, que hace que abandonden Francia para regresar a España, el primer país de la Unión Europea que pisaron al entrar generalmente por Canarias. La maliense es ya la más común entre los migrantes en tránsito en Euskadi, algo motivado por los problemas políticos y económicos en su país de origen. En España, a su vez, tienen un tapón burocrático para realizar sus solicitudes de asilo. Las citas de la Policía Nacional llegan con cuentagotas.

Cuando la situación en Donostia fue de auténtico “embudo”, en definición de Zehar Errefuxiatuekin, algunos malienses empezaron a intentar acceder a la Policía Nacional en Vitoria, con menos carga de trabajo. Al final, las llegadas están siendo continuadas y “van a ir a más”, según quienes colaboran con estas personas. Además de CEAR y Zehar Errefuxiatuekin, Cruz Roja y Cáritas también están proporcionando recursos, pero no aún las instituciones locales, según las fuentes consultadas. Demandan que Vitoria dé “la voz de alarma” como la ha hecho Donostia. Las entidades sociales, por el momento, les ofrecen aseo, cargar el móvil y agua, pero quedan desatendidos fuera del horario de oficina.

Fuentes de la Delegación del Gobierno de España han señalado a Europa Press que se está tratando de agilizar la concesión de citas para tramitar solicitudes de asilo. De su lado, el Ayuntamiento ha indicado que “el equipo de educadoras de calle les visita, acompaña y asesora” y que se coordina con otras instituciones.

elDiario.es/Euskadi

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