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Euskadi ve ya probable que el “próximo paso” en la pandemia sea retirar las mascarillas en interiores

La consejera Sagardui, sentada, con sus colegas Arriola y Zupiria, este martes

Iker Rioja Andueza

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La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha parecido dar por hecho que, en España, uno de los “próximos pasos” en la desescalada de la pandemia será la supresión de las mascarillas también en interiores. Euskadi, que incluso las ha recomendado en exteriores hasta fechas muy recientes, opta por no pronunciarse -“toca esperar”- hasta no conocer el “cómo” y el “cuándo” aunque avisa de que la incidencia en las personas mayores está subiendo y de que la alta transmisión que nunca ha desaparecido puede generar nuevas variantes que cambien el escenario asistencial ahora que la UCI tiene la ocupación más baja desde el verano de 2020.

Desde este lunes, incluso las personas contagiadas con síntomas leves pueden hacer vida normal. Es la denominada 'gripalización', que Sagardui ha vendido como seguimiento específico a personas mayores y vulnerables y de atención a enfermos con sintomatología grave. Euskadi llega a esta nueva fase formalmente en alerta roja, con la tasa de incidencia en 468 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. En un mes no ha bajado nada. “Estabilidad relativa”, ha explicado la titular de Salud sobre los datos epidemiológicos. Sin embargo, ello no ha truncado una ocupación a la baja de los hospitales. En ese mismo período, los ingresados totales han bajado de 211 a 165 (de 49 a 16 en UCI). Osakidetza -ha señalado- sufre una “afección medida” por lo que “puede responder [a los casos de COVID-19] sin condicionar el resto de la actividad”. Ha apuntado igualmente que en los ambulatorios se ha mejorado la atención de manera ostensible, también merced a la nueva aplicación de citas.

Sagardui ha destacado también una caída de la letalidad pero ha usado únicamente el indicador de muertes “por” COVID-19 y no la estadística de defunciones con COVID-19 que publica semanalmente su Departamento. En total, 1.363 personas han fallecido en lo que va de 2022, los datos más altos desde la primera ola. En la primera rueda de prensa que ofrece Sagardui sobre la COVID-19 en cuatro semanas, ha augurado que prevén una lenta caída de la incidencia en las próximas semanas pero ha asegurado que el comportamiento puede ser peor en mayores de 60 años, precisamente donde los riesgos y la letalidad se multiplican. “Estaremos especialmente atentos los próximos días y semanas en ese grupo de edad. No hay que bajar la guardia. Esto no se ha acabado en absoluto. La aparición de una variante que lo condicione todo sigue siendo una posibilidad”, ha explicado.

Ahora mismo, el 100% de los casos son de la variante ómicron del Sars-Cov-2, cuya llegada se confirmó el pasado mes de diciembre. “Por encima del 70%” de las muestras corresponden al subtipo BA.2. Pero, según Sagardui, “no está presentando especial incidencia” o cambios en relación a la ómicron estándar. Eso sí, sigue acreditando “rapidez en el contagio”. “El número de casos no termina de descender en los términos en que nos gustaría”, ha admitido.

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