En un tono mucho más conciliador que el de otros Gobiernos autonómicos socialistas, el portavoz de la Junta de Extremadura, Juan Antonio González, ha recomendado prudencia al ministro de Consumo, Alberto Garzón, por unas declaraciones recortadas realizadas al periódico The Guardian en las que animaba a comer menos productos cárnicos y criticaba el impacto de la ganadería intensiva a nivel ambiental.
González ha advertido al ministro “cuidado” cuando se realizan declaraciones “porque a veces se quiere comunicar una cosa y se dice otra y eso puede tener un impacto en el empleo y en la industria cárnica”.
Las críticas de PP, Vox y de los presidentes socialistas de Aragón y Castilla-La Mancha han surgido por afirmar en la entrevista en el diario británico que las marcrogranjas “contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados”. Sin embargo, como Garzón ha indicado, inmediatamente antes, en esa misma entrevista, había alabado la ganadería extensiva que —calificó de medioambientalmente sostenible— cuya producción tiene mucho peso en varias comunidades autónomas.
En este sentido, el portavoz de la Junta de Extremadura ha defendido la calidad de la ganadería y la industria cárnica de la región, que es “de las mejores de España”, y ha puesto en valor las ayudas que el Ejecutivo autonómico destinada al sector ganadero.