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La empresa familiar afronta tarde su relevo generacional, según su asociación

En primero término José Piñeiro, presidente de la asociación Empresa Familiar

Redacción

El presidente de la Asociación Extremeña de Empresa Familiar, José Piñeiro, ha lamentado que este tipo de negocio está actualmente en la región en un “momento crítico” pues debe afrontar el relevo generacional, algo que “entraña tiempo, unos cinco o diez años” y en lo que se suele pensar “demasiado tarde”.

Esta asociación, que engloba a 50 familias empresarias de la región que suman unas 300 empresas en su conjunto, celebró días atrás en el Hotel Palacio de los Arenales de Cáceres la jornada “Alternativas a la sucesión tradicional en la empresa familiar”.

“A partir de los 55 años cualquier empresario debe pensar en ese relevo porque son muchos años de proceso que se necesitan para que la empresa siga sobreviviendo junto con sus valores”, dijo Piñeiro momentos antes de comenzar la jornada.

Las empresas familiares representan el 9 % del PIB de la región y el 14 % del empleo, según datos facilitados por Piñeiro, y muchas de ellas están en el “momento clave” del traspaso de una generación a otra, tras comenzar su actividad a finales de los años 70, mientras que otras son empresas centenarias por las que han pasado hasta cinco generaciones.

Transmitir los valores

Para el presidente de la Asociación Extremeña de Empresa Familiar, en el relevo no solo se transmite la parte económica de la empresa, sino también los valores de la familia, por lo que ha instado a los empresarios a que lo hagan de una forma “orientada” y “no esperen a los 65 años”.

Actualmente estas empresas cuentan con ayudas regionales para realizar los protocolos familiares o planes de relevo, pero, a veces, esto no es sencillo porque los hijos no quieren incorporarse, o la familia o la empresa no acepta a la persona llamada a suceder.

Así, como solución estaría vender la empresa, fusionarse y nombrar gestores externos, ha precisado Piñeiro.

A su juicio, para hacer un buen relevo hay que realizar una formación, un acoplamiento de la persona a la empresa, una aceptación por la propia empresa y hay que adaptar la empresa a las ideas de la persona que se va a hacer cargo, a veces con continuidad y otras no.

En este sentido, ha dicho que se requiere tiempo de antelación, “entre cinco y diez años” para iniciar el acoplamiento del sucesor a la empresa, sin embargo, se hace “demasiado tarde”, pues los empresarios piensan en el relevo con 62 años e incluso con 65, lo que obliga a hacer las cosas “muy deprisa”.

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