La Fundación Valhondo Calaff de Cáceres contrató productos financieros de riesgo
En un comunicado, Sayagués ha recordado que ella misma encargó una “auditoría de gestión”, y “no un informe, ni una auditoría de cuentas”, para conocer en qué situación se encontraba la fundación.
Esta decisión fue adoptada “en aras de la transparencia” y después de conocer ciertos aspectos sobre la gestión de la fundación que le hacían dudar sobre si eran los adecuados para una institución como ésta.
En cuanto a la no aprobación de las cuentas anuales los últimos años, la presidenta ha aseverado que tiene una explicación “clara y lógica”, ya que “de manera unánime” los patronos decidieron “la revisión de estas memorias para su posterior aprobación y registro en el protectorado de fundaciones”.
Así se recoge en actas, según Jerónima Sayagués, “ante la falta de transparencia del secretario” de la fundación, Gabriel Casati.
Falta de control y transparencia en el gerente
La auditoría interna encargada por Sayagués cuestiona la gestión llevada a cabo desde años anteriores y habla de la “dejadez” y “falta de control y transparencia” en la labor desempeñada por el secretario y gerente de la entidad, Gabriel Casati.
En relación a Casati, la subdelegada del Gobierno ha aclarado que, hasta este momento, nunca se ha planteado en ninguna reunión de patronato el cese del secretario y gerente de la fundación, a pesar de que ella considera que, al frente de la misma, “debe estar una persona con la formación y conocimientos adecuados para gestionar una entidad de esta envergadura”.
“Si la presidenta asume la responsabilidad de los actos que firma, es lógico que necesite garantías de que la persona que gestiona la fundación está actuando correctamente”, ha insistido Sayagués.
Por último, la presidenta de la fundación ha aclarado también que la auditoría la realizó un profesional “libre e independiente, de reconocido prestigio, y del que ella conocía ”su sobrada solvencia técnica“.